Daniel: 6
A lo largo del libro de Daniel hemos sido testigo de una constante: Dios gobierna sobre los dioses y naciones paganas. Pero también otro elemento que el autor ha querido resaltar es la idea de que ese Dios que gobierna también libra a los suyos del peligro. Que al final los fieles triunfan. Este es un tema cardinal del libro como lo veremos más adelante.
Este sexto relato de Daniel, es el último de esta primera parte del libro. Como mencionamos al inicio de esta serie, el gran tema de Daniel es mostrar a un Dios que está en control del curso de la historia, que a pesar de que el templo y la ciudad donde moraba su presencia con el pueblo han sido destruidos, su gobierno sigue estando en los cielos; pero por otro lado, ese Dios guardará a los fieles hasta el fin. Ellos serán librados de la muerte y su memoria no será borrada de los vivientes. Este es un Dios fiel que no. Ha fallado a su pacto y que sigue preservando a los suyos incluso cuando todo lo demás parece perdido.
Este es quizás el relato más conocido de Daniel, la imagen de un anciano sentado al lado de unos mansos leones, ha quedado grabada en nuestra mente como un recordatorio de la protección de Dios; pero este relato no es acerca de este milagro solamente, sino de la fidelidad de Dios con aquellos que le honran en medio del peligro.
Veremos por tanto nuestro texto a la luz de los siguientes 3 puntos:
La persecución contra un hombre fiel (1-9)
El juicio injusto contra un hombre fiel (11-16)
La victoria de un hombre fiel (17-28)
