Dios gobierna y entregará el Reino a los santos (Parte II) – Daniel: 8

Daniel: 8

Es posible que al encender la televisión o leer el periódico por estos días sintamos que estamos más invadidos de malas noticias que siempre. Algunos incluso hacen bromas con respecto al año 2020 como un año horroroso para la humanidad, lo cierto es que, tal como lo hemos mostrado a lo largo de esta serie: Dios sigue estando en su trono. él gobierna desde los cielos. Pero ¿cuál debe ser la respuesta del creyente frente a esto que parece incierto hacia el futuro? Bueno, nuestra convicción, llamado y esperanza han de estar anclados a la Palabra de Dios y a la certeza de que en el futuro, no importa cuál gris se vea en el camino, el Señor consumará su Reino y los santos gobernarán.

En un mundo lleno de malas noticias, necesitamos correr a la buena nueva de nuestra esperanza en el Evangelio; la derrota definitiva del mal y el establecimiento del Reino de Eterno y visible de Dios.

De eso hablaremos esta mañana, continuando con lo que ya Daniel venía desarrollando en el capítulo 7. A partir de aquí, el capítulo 8, Daniel escribe su libro en hebreo hasta el capítulo 12, Daniel entiende que los capítulos anteriores eran de un interés general pero estos van dirigidos directamente al pueblo de Dios disperso en Babilonia y el que había quedado en la tierra desde donde fueron desterrados.
Algo que mocionamos en el sermón pasado, es que Daniel describe en esta segunda parte del libro el futuro de las naciones paganas y el triunfo de los santos y de la misma manera el futuro de la nación de Israel, en una primera visión Daniel vislumbró el desarrollo de los próximos imperios mundiales representados en horrendas bestias, desde Babilonia hasta el imperio romano; pero en  este capítulo 8 en una nueva visión, Daniel apunta a un aspecto más específico de esa primera visión y se concentra específicamente en dos de esos Reinos: Media-Persia y el imperio Griego. Así mismo, conecta el desarrollo de la historia de estos imperios con lo que sucederá con el pueblo de Dios en el tiempo del fin.

Veremos por tanto nuestro texto a la luz de 3 encabezados:

  1. Una visión misteriosa del futuro (v 1-14)
  2. Una revelación específica del futuro (v 15-26)
  3. La respuesta piadosa hacia el futuro (27)

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