Ciertamente el Señor Dios no hace nada sin revelar Su secreto a Sus siervos los profetas. (Am 3:7)
En este libro de éxodo que hemos estado estudiando por varias semanas hemos visto varios atributos de Dios: Su santidad, Su misericordia, Su fidelidad, Su poder; pero hay algo que ha sido más que evidente a lo largo de la trama y es el hecho de que todo lo anunciado por el Señor ha tenido su estricto cumplimiento. Puede ser que lleguemos a dar por sentado que todo lo que Dios dice se cumple, sin detallar que Él ha anticipado cada cosa sobre su pueblo y que ninguna ha quedado por tierra, dando razones más que suficientes para ser un Dios digno de confianza.
Hemos llegado a un punto culminante de este enfrentamiento entre el Dios verdadero y los falsos dioses egipcios, lo que ha dejado claro que no hay nadie como el Señor y que su poder es incomparable.
Pero todavía nos falta algo más por ver, de hecho, se trata de algo que ya había sido anticipado que sucedería y que está a punto de ser manifestado, un último golpe de Dios en este enfrentamiento el cual traerá como resultado la liberación definitiva del pueblo de Israel de la esclavitud egipcia.
Así que seguiremos un bosquejo sencillo para este capítulo 11
- El anuncio del golpe (1-3)
- Los estragos del golpe (4-7)
- Las consecuencias del golpe (8-10)