Versículo base:
“Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree; del judío primeramente y también del griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe; como está escrito: ‘Mas el justo vivirá por la fe.’” – Romanos 1:16-17 (NBLA).
si tuviéramos que hacer una encuesta acerca de los versículos más conocidos de toda la Biblia, estoy seguro que este pasaje que acabamos de leer estaría en la parte alta de los resultados. Es un versículo que marcado la historia del cristianismo y ha sido la fuente de inspiración de muchos hombres y mujeres de Dios que estuvieron dispuestos a morir por la verdad del Evangelio. Es or cierto la verdad contenida en este texto la que impulsó el movimiento de la reforma del siglo XVI en Europa al poner sobre la mesa el hecho de que el hombre no se justifica delante de Dios por medio de las obras sino por la fe solamente. Así que estamos frente a un pasaje precioso lleno de mucha riqueza y verdad para nosotros.
Entendiendo el contexto:
La carta a los Romanos es la explicación más detallada del evangelio en el Nuevo Testamento. Pablo escribe a una iglesia que no fundó, pero que deseaba visitar para fortalecer y unificar a los creyentes, compuestos tanto por judíos como por gentiles. Este contexto multicultural hacía esencial aclarar cómo la salvación en Cristo estaba al alcance de todos, sin distinción.
En Romanos 1:16-17, Pablo introduce el tema central de toda la carta: el evangelio es el poder de Dios para la salvación, disponible para todos aquellos que creen, sean judíos o gentiles. En este contexto, Pablo está escribiendo a una audiencia diversa: por un lado, los judíos que confiaban su salvación al cumplimiento de la Ley dada a Moisés y en ser herederos de Abraham según su linaje y, por otro, los gentiles inmersos en filosofías que exaltaban la razón humana y pensaba que la salvación vendría como resultado de encontrar la verdad en el conocimiento. Ambos grupos necesitaban entender que la salvación se basa en la justicia de Dios, no en los esfuerzos humanos, revelada y ofrecida a través de la fe en Cristo.
El mensaje desafía profundamente las estructuras culturales y religiosas de la época. Para los judíos, reafirma que la promesa hecha a Abraham y reiterada en los profetas alcanza su plenitud en Cristo, y para los gentiles, abre la puerta a una salvación basada en la gracia, no en filosofías o poderes terrenales. La idea que Pablo desarrolla de hecho en este capítulo 1 y también el 2, es que tanto judíos como gentiles estan perdidos y ambos necesitan de un poder más grande que todo aquello en lo que han confiado para ser salvos y ese poder solo se encuentra en el mensaje del Evangelio.
Cuando Pablo afirma que “no se avergüenza del evangelio”, reconoce que el mensaje de la cruz era visto como necedad por los gentiles y como un obstáculo por los judíos (1 Corintios 1:23). Sin embargo, Pablo declara con valentía que este mismo evangelio es el poder de Dios para salvar, para producir el evento más extraordinario en la vida de una persona: que su alma sea librada de la condenación.
Al citar Habacuc 2:4 (“Mas el justo vivirá por la fe”), Pablo conecta este principio fundamental con la narrativa de toda la Escritura, mostrando que la justicia por fe ha sido siempre el camino al favor de Dios. Que no es una verdad nueva, pero que también es un camino. Que la fe nos rescata y es en esa misma fe que somos llamados a permanecer.
3 Verdades Bíblicas:
- El evangelio es el poder de Dios para salvar: El evangelio es mucho más que un mensaje inspirador; es la manifestación del poder de Dios para hacer que los que estan muertos en sus pecados, vuelvan a la vida. Ninguna filosofía o esfuerzo humano puede igualar lo que el evangelio logra en el corazón de quien cree. Nadie debería sentir vergüenza de un mensaje tan poderoso. El mundo ha querido ridiculizar el evangelio, pero olvida que es lo único que tiene el poder para traer salvación a una humanidad perdida.
- La justicia de Dios se revela por la fe: La justicia que Dios exige no se gana mediante obras, sino que se otorga como un regalo a quienes creen en Cristo. Este principio destruye cualquier orgullo humano y nos llama a depender completamente de la gracia de Dios. Vive cada día recordando que tu posición delante de Dios no se basa en tus logros, sino en la justicia de Cristo.
- La fe es el fundamento de la vida cristiana: La frase “Mas el justo vivirá por la fe” describe cómo los creyentes se relacionan con Dios: con una confianza inquebrantable en Su promesa y poder. La fe no es un sentimiento pasajero ni una fuerza positiva; es una confianza plena en la gracia de Dios que nos salva y también nos sostiene. Desde el inicio de nuestra salvación hasta nuestra vida diaria, es la gracia de Dios, recibida por fe, la que nos transforma y nos capacita para vivir conforme a Su voluntad.
Reflexión y oración:
“El evangelio es el poder de Dios para salvar; nuestra respuesta es vivir por fe.”
Oración:
Señor, gracias por el evangelio que me ha salvado y transformado. Ayúdame a proclamarlo con valentía y a vivir cada día dependiendo de Tu justicia y Tu gracia. Que mi vida sea un testimonio de Tu poder y amor. En el nombre de Jesús, amén.
Lecturas del plan para hoy:
Génesis 30, Marcos 1, Ester 6, Romanos 1.