Devocional para el 2 de febrero

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Versículo base: “Y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá. El Señor dio y el Señor quitó: ¡Bendito sea el nombre del Señor!” (Job 1:21)

Hace poco conversaba con alguien que había perdido todo en un incendio. Entre lágrimas me dijo: “Pastor, solo me quedé con la ropa que llevaba puesta”. Su testimonio me recordó que ninguna posesión en esta tierra es permanente, y que nuestra verdadera riqueza está en el Señor.

Entendiendo el Pasaje

El libro de Job nos introduce a un hombre “perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal”. Satanás desafía a Dios sugiriendo que Job solo sirve al Señor por sus bendiciones materiales. Con el permiso divino, el enemigo despoja a Job de todo: sus rebaños, sus siervos y, lo más devastador, sus diez hijos. En este contexto, Job pronuncia estas palabras que han resonado a través de los siglos como un testimonio de fe inquebrantable.

La respuesta de Job es extraordinaria no solo por su contenido sino por su momento. En medio del dolor más agudo, su primera reacción es postrarse y adorar. Sus palabras reflejan una profunda teología: reconoce la soberanía absoluta de Dios sobre todas las cosas y su derecho como Creador para dar y quitar según Su voluntad. Esta confesión anticipa la verdad del evangelio, donde Cristo, siendo rico, se hizo pobre para enriquecernos con bienes eternos.

Tres Verdades Bíblicas:

  1. Todo lo que tenemos es un regalo temporal Job reconoce que vino al mundo sin nada y se irá sin nada. Nuestras posesiones, relaciones y logros son regalos prestados por Dios. Esta perspectiva nos ayuda a mantener las manos abiertas ante lo que Dios nos confía.
  2. Dios es soberano tanto en la abundancia como en la pérdida La frase “El Señor dio y el Señor quitó” no es una resignación fatalista, sino una profunda confesión de fe. Job reconoce que tanto los buenos dones como las pérdidas dolorosas están bajo el control soberano de Dios. Esta verdad anticipa lo que vemos perfectamente en Cristo, quien se despojó de todo para darnos la verdadera riqueza espiritual.
  3. La adoración es la respuesta correcta en toda circunstancia En medio de su dolor indescriptible, Job bendijo el nombre del Señor. No adoró a Dios por lo sucedido, sino a pesar de lo sucedido. Esta adoración genuina nace de conocer quién es Dios, no solo lo que Él hace.

Reflexión y Oración

A veces las pérdidas nos golpean tan fuerte que parece imposible mantener nuestra fe intacta. Pero el testimonio de Job nos recuerda que podemos confiar en el carácter de Dios incluso cuando no entendemos Sus caminos. En Cristo tenemos un tesoro que nadie puede quitarnos: Su amor eterno y Su salvación perfecta.

Padre, reconocemos que todo lo que tenemos viene de ti. Ayúdanos a mantener nuestros corazones anclados en las riquezas eternas que tenemos en Cristo, más que en las bendiciones temporales. En los momentos de pérdida, danos la gracia para seguir confiando en tu bondad y soberanía. En el nombre de Jesús, amén.

Lecturas del plan para hoy: Génesis 34, Job 1, Marcos 5, Romanos 5

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Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.