Versículo base: 1 Corintios 1:30-31 – “Mas por obra suya, ustedes están en Cristo Jesús, quien se convirtió para nosotros en sabiduría de Dios, y en justicia, santificación y redención, para que, tal como está escrito: ‘El que se gloría, que se gloríe en el Señor.'”
Vivimos en una era de etiquetas. Definimos nuestra identidad por lo que hacemos, por nuestra nacionalidad, por el grupo al que pertenecemos o por los éxitos que hemos acumulado. Algunos buscan validación en su carrera, en su posición social, en su cuerpo o incluso en sus creencias. Pero esta búsqueda de identidad, en lugar de unirnos, muchas veces nos divide. Nos aferramos a banderas que nos separan y nos hacen competir en vez de conectar.
Esto no es algo nuevo. La iglesia en Corinto estaba atrapada en el mismo problema, y el apóstol Pablo les escribe para recordarles que su verdadera identidad no está en nada de este mundo, sino en Cristo.
Entendiendo el pasaje: La crisis de identidad en Corinto
Corinto era una ciudad con una fuerte influencia cultural y filosófica. Ubicada en un punto clave de comercio, estaba llena de diversidad, pero también de competencia y orgullo. La iglesia de Corinto reflejaba estos problemas: había divisiones internas y los creyentes se identificaban con diferentes líderes espirituales.
Algunos decían: “Yo soy de Pablo”, otros “Yo soy de Apolos”, otros “Yo soy de Cefas” y algunos, intentando ser más espirituales, “Yo soy de Cristo” (1 Cor. 1:12). En otras palabras, había bandos. Cada quien encontraba su identidad en quién los había discipulado o bautizado, en sus dones espirituales, en su conocimiento o en su estatus dentro de la iglesia. Pablo les escribe para desmantelar esta mentalidad y recordarles que la base de su fe y su identidad es Cristo.
Por eso, en el versículo 30, Pablo recalca que nuestra verdadera identidad no está en lo que hemos logrado ni en quién nos ha enseñado, sino en Cristo. Dios mismo ha hecho que estemos “en Cristo Jesús” y nos ha dado en él todo lo que necesitamos: sabiduría, justificación, santificación y redención.
Tres verdades bíblicas para hoy
- Nuestra identidad no está en lo que hacemos, sino en Quién somos en Cristo.
Así como los corintios trataban de definirse por su afiliación a ciertos líderes, nosotros también caemos en la trampa de definirnos por nuestros logros, talentos o incluso ministerios. Pero Pablo nos recuerda que nuestra identidad no está en nada de eso. Dios mismo nos ha puesto en Cristo, y eso es lo que realmente nos define. - Cristo es nuestra sabiduría, justificación, santificación y redención.
Todo lo que necesitamos se encuentra en Cristo. No es nuestro intelecto, ni nuestra justicia propia, ni nuestro esfuerzo lo que nos hace aceptables ante Dios. Cristo nos ha sido dado como nuestra sabiduría (para entender el evangelio), nuestra justificación (para ser declarados justos delante de Dios), nuestra santificación (para transformarnos a su imagen) y nuestra redención (para rescatarnos completamente del pecado y la muerte). - Cuando Cristo es nuestro todo, la unidad es posible.
Los corintios estaban divididos porque ponían su identidad en cosas secundarias. Pero cuando entendemos que todos somos parte del mismo cuerpo en Cristo, las divisiones pierden su fuerza. La iglesia es una sola porque en Cristo somos uno.
Reflexión y Oración
En un mundo que nos presiona a definirnos por lo que hacemos o por a quién seguimos, Pablo nos recuerda que nuestra verdadera identidad está en Cristo. Si has estado luchando con inseguridad, con comparaciones o con la presión de encajar en algún grupo, descansa en la verdad de que Cristo es suficiente. En él tienes todo lo que necesitas.
Oremos:
“Señor, gracias porque en Cristo encontramos nuestra verdadera identidad. Perdónanos por las veces en que hemos tratado de definirnos por cosas temporales. Ayúdanos a recordar que nuestra sabiduría, nuestra justicia y nuestra redención están en Jesús. Que podamos vivir como personas unidas en él y reflejar su amor en todo lo que hacemos. En el nombre de Jesús, Amén.”
Lecturas del plan para hoy:
Génesis 47, Lucas 1:1-38, Job 13, 1 Corintios 1.