Devocional para el 21 de febrero

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Versículo base:
Lucas 7:13 – “Cuando el Señor la vio, tuvo compasión de ella y le dijo: ¡No llores!”

Palabras que sanan

Todos hemos estado alguna vez en la posición de ver a alguien sufriendo y no saber qué decir, y a veces lo único que se nos ocurre es decir: “ya no te sientas mal”. Pero no tenemos ninguna facultad para producir alivio con esas palabras; como mucho, intentamos mostrar empatía y que estamos cerca de quien sufre. No es así con Jesús. Sus palabras tienen poder. En muchas ocasiones, una simple declaración suya transformó la realidad de quienes le rodeaban. Pero en Lucas 7, cuando le dice a una viuda desconsolada “No llores”, no es una petición vacía ni un intento de minimizar su dolor. Es un reflejo del profundo amor y compasión de Cristo.

Entendiendo el pasaje: La compasión de Cristo en acción

El relato de la viuda de Naín es uno de los momentos más conmovedores en el ministerio de Jesús.

  1. El peso de ser viuda en la antigüedad
    En la cultura judía, una mujer dependía económica y socialmente de los hombres de su familia. Si una mujer perdía a su esposo, sus hijos varones se convertían en su sostén. La muerte de su único hijo significaba que la viuda quedaba en total vulnerabilidad, sin esperanza de sustento ni protección. Probablemente quedaba relegada a la caridad de la comunidad o a la miseria.
  2. La respuesta de Jesús: No llores
    Cuando Jesús ve el funeral, su reacción es inmediata. No espera a que alguien le pida ayuda. Su corazón compasivo lo mueve a actuar. “No llores” no es una orden insensible, sino una declaración de lo que está por hacer. Su amor y poder se entrelazan en esta escena, mostrando que no es un Salvador distante, sino cercano a nuestro dolor.
  3. El milagro: La resurrección del hijo
    Jesús toca el ataúd (algo impensable para un rabí, pues lo hacía ceremonialmente impuro) y ordena al joven que se levante. En ese instante, la vida regresa. El milagro no solo devuelve a un hijo a su madre, sino que restaura su futuro, su seguridad y su esperanza. La multitud queda atónita y glorifica a Dios, reconociendo que un gran profeta ha visitado a su pueblo.

Tres verdades bíblicas

  1. Jesús es un Salvador compasivo.
    No es indiferente a nuestro dolor. Así como vio el sufrimiento de la viuda, también nos ve hoy y nos ofrece su amor y su consuelo. La vida en humanidad que vivió el Señor, lo capacita para entender nuestros dolores y padecimientos. Podemos estar seguros que no estamos solos cuando subimos, el Señor está con nosotros.
  2. Jesús tiene poder sobre la muerte y el sufrimiento.
    Lo que parece el fin para nosotros no es el fin para él. El Señor puede traer esperanza donde todo parecía perdido. A veces el Señor permite el sufrimiento en nuestras vidas con el propósito de santificarnos, pero podemos también clamar por ayuda y esperar con esperanza.
  3. Podemos consolar a otros con la esperanza que Cristo provee
    No somos Cristo y decir “no llores” o “no estés triste” no tiene el mismo poder de acción inmediata, pero su tenemos palabras de consuelo para los que sufren; hay una eternidad segura más allá del sol, hay una vida completa y plena donde no habrá ni muerte ni dolor en aquellos que confían en Él.

Oremos:

“Señor, gracias porque tu amor es inagotable y tu compasión no tiene límites. En los momentos de dolor, ayúdanos a recordar que tú nos ves, nos amas y tienes el poder de restaurar nuestra vida. Confiamos en ti. En el nombre de Jesús, Amén.”


Lecturas del plan para hoy:

Éxodo 4, Lucas 7, Job 21, 1 Corintios 8.

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Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.