Devocional para el 23 de febrero

Versículo base:
1 Corintios 10:12 – “Por tanto, el que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caiga.”

El peligro de confiar demasiado en uno mismo

Si hay algo que caracteriza la naturaleza humana es la tendencia a sobreestimar nuestras capacidades. Nos sentimos seguros en nuestras habilidades, en nuestro conocimiento y en nuestras decisiones, creyendo que estamos exentos de errores o fracasos. Este sesgo de autoconfianza se manifiesta en muchas áreas de la vida: desde conductores que creen que nunca tendrán un accidente hasta inversionistas que apuestan todo su capital en una economía incierta. Pero ¿qué pasa cuando esta confianza desmedida se traslada a nuestra vida espiritual?

Esto es exactamente lo que Pablo advierte en 1 Corintios 10. Los corintios estaban confiados en su conocimiento, en su libertad cristiana y en su relación con Dios, pero ignoraban que el mismo exceso de confianza había llevado a Israel a la ruina. Pablo los pone frente al espejo de la historia y les dice: “No cometan el mismo error. No se crean intocables”.

Entendiendo el pasaje: Israel, un ejemplo de advertencia

Pablo recuerda a los corintios que Israel experimentó bendiciones extraordinarias:

  • Fueron liberados de Egipto y vieron el poder de Dios.
  • Pasaron por el Mar Rojo y fueron testigos de milagros.
  • Comieron el maná y bebieron el agua que Dios les proveía.
  • Estaban en comunión con Dios a través de su pacto.

Aun así, la mayoría de ellos no agradaron a Dios y murieron en el desierto. ¿Por qué? Porque su confianza no estaba en Dios, sino en ellos mismos. Pensaban que, por ser el pueblo elegido, estaban seguros. Pero su presunción los llevó a la idolatría, la inmoralidad, la murmuración y la desobediencia.

Pablo aplica esta advertencia a los corintios: ellos también habían recibido bendiciones espirituales—la Cena del Señor, el bautismo, la presencia del Espíritu Santo—pero si confiaban en sí mismos en lugar de depender de Dios, estaban en peligro de caer.

Tres verdades bíblicas

  1. Tener conocimiento no es lo mismo que tener obediencia.
    Israel sabía quién era Dios y había visto su poder, pero eso no los llevó a una vida de santidad. Del mismo modo, podemos conocer la doctrina correcta, asistir a la iglesia y participar en los sacramentos, pero si nuestro corazón no está rendido a Dios, todo ese conocimiento no nos servirá de nada.
  2. El pecado comienza cuando nos sentimos inmunes a él.
    Nadie cae de repente. La caída espiritual es un proceso que comienza con pequeñas concesiones, con decisiones que justificamos porque “tenemos libertad”. La advertencia de Pablo es clara: si crees que estás firme, examínate, porque podrías estar al borde del precipicio.
  3. Dios nos da una salida ante la tentación.
    En el versículo 13, Pablo asegura que Dios no permitirá que seamos tentados más allá de lo que podemos soportar y que siempre provee una salida. La clave está en buscar esa salida en lugar de confiar en nuestra propia fuerza para resistir.

Reflexión y Oración

La autoconfianza espiritual puede ser peligrosa si nos hace descuidar nuestra dependencia de Dios. Pablo nos llama a vivir en humildad, reconociendo que solo en Cristo podemos permanecer firmes. Hoy es un buen día para evaluar nuestro corazón: ¿estamos confiando en nuestra madurez o en la gracia de Dios?

Oremos:

“Señor, líbranos de la autosuficiencia espiritual. Ayúdanos a depender de ti en todo momento y a no confiar en nuestra propia fuerza. Danos humildad para reconocer nuestra debilidad y buscar siempre tu dirección. En el nombre de Jesús, Amén.”


Lecturas del plan para hoy:

Éxodo 6, Lucas 9, Job 23, 1 Corintios 10.

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Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado en Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.