Versículo base:
Éxodo 14:14 – “El SEÑOR peleará por ustedes, mientras ustedes se quedan callados.”
Entre la espada y la gloria
En la vida hay momentos en los que sentimos que no hay salida. Como si estuviéramos atrapados entre un enemigo feroz y un camino bloqueado. Tal vez has estado ahí, en una situación donde lo único que ves es derrota. Israel lo sintió así cuando se encontraron entre el mar Rojo y el ejército de Faraón. Sin embargo, lo que parecía un callejón sin salida era en realidad el escenario perfecto para que Dios mostrara su gloria.
Entendiendo el pasaje
Israel había sido liberado de Egipto, pero Dios los guió hacia una situación que, humanamente hablando, era desesperante. Quedaron atrapados entre el mar y un ejército que quería destruirlos. La reacción del pueblo fue de miedo y desesperación, pero Moisés les dio una palabra clave: “El SEÑOR peleará por ustedes”.
Dios no los había llevado hasta allí para dejarlos solos. El propósito no era su destrucción, sino su liberación total y definitiva. El milagro del mar abriéndose no era solo para asombrarlos, sino para mostrarles que Dios pelea por su pueblo y que su gloria se revela en la redención.
El Nuevo Testamento nos muestra la conexión entre este evento y nuestra salvación en Cristo. Así como Israel fue liberado del dominio egipcio, nosotros hemos sido liberados del dominio del pecado por medio de la cruz. En la cruz, Dios mostró su gloria al juzgar el pecado y salvar a su pueblo al mismo tiempo.
Tres verdades bíblicas
- Dios nos lleva a situaciones imposibles para mostrar su gloria.
A veces pensamos que si Dios nos ama, nos librará de las dificultades. Pero la realidad es que muchas veces Él nos coloca en situaciones donde nuestras fuerzas, recursos e ideas se ven insuficientes. ¿Por qué? Porque cuando no hay escapatoria humana, su gloria brilla con mayor intensidad. Dios llevó a Israel a un punto donde solo su intervención podía salvarlos. Lo mismo ocurre en nuestra vida: nuestros callejones sin salida son el escenario donde Dios se manifiesta con poder. Si hoy te sientes sin salida, recuerda que Dios ya tiene un camino preparado. - Nuestra seguridad no está en nuestras estrategias, sino en la presencia de Dios.
El pueblo de Israel miró atrás y vio a Faraón acercándose con su ejército. En ese momento, su instinto fue buscar una estrategia humana: rendirse, negociar o intentar huir. Pero Dios les mostró que su seguridad no dependía de su ingenio, sino de su presencia. ¿Cuántas veces enfrentamos problemas confiando más en nuestra capacidad que en la fidelidad de Dios? Nos preocupamos, intentamos controlar todo y terminamos agotados. Dios nos llama a descansar en su presencia, porque Él pelea por nosotros. - La gloria de Dios se ve en su justicia y su misericordia.
En el mar Rojo, Dios mostró su gloria de dos maneras: salvando a su pueblo y juzgando a los egipcios. En la cruz ocurrió lo mismo. Dios castigó el pecado en la persona de Cristo y, al mismo tiempo, extendió misericordia a todos los que creen en Él. No podemos comprender plenamente la gloria de Dios si solo vemos su amor sin su justicia, o su justicia sin su amor. La cruz nos muestra ambos aspectos: el pecado es grave y merece castigo, pero Dios, en su infinita gracia, ofrece salvación en Cristo.
Reflexión y oración
Quizás hoy te encuentres entre “la espada y el mar”. No sabes cómo salir, sientes que la derrota es inminente. Pero recuerda: Dios pelea por los suyos. No necesitas una solución humana, necesitas ver su gloria y confiar en Él.
Oremos:
“Señor, gracias porque en cada situación difícil tú nos llamas a confiar en ti. Cuando sentimos miedo, recuérdanos que no estamos solos y que tú peleas por nosotros. Ayúdanos a ver tu gloria en cada prueba y a descansar en tu poder. En el nombre de Jesús, Amén.”
Lecturas del plan para hoy:
Éxodo 14, Lucas 17, Job 32, 2 Corintios 2.