Devocional para el 15 de marzo

Devocional para el 15 de marzo

Versículo base: “Me maravilla que tan pronto estén abandonando al que los llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No es que haya otro evangelio, sino que hay algunos que los perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.” (Gálatas 1:6-7, NBLA)

No hay otro evangelio

La carta a los Gálatas fue escrita en un momento crítico. Pablo había predicado el evangelio de la gracia, pero pronto algunos falsos maestros llegaron con un mensaje distorsionado: afirmaban que, para ser verdaderamente salvos, los creyentes gentiles debían seguir prácticas judías como la circuncisión y la observancia de la ley de Moisés. Esto significaba que la salvación no dependía solo de la fe en Cristo, sino también de las obras. Para Pablo, este no era un asunto menor; era un ataque frontal a la esencia del evangelio.

Entendiendo el Pasaje

Gálatas es una carta de urgencia. Pablo no inicia con una acción de gracias como en otras cartas, sino con una amonestación directa: “Me maravilla que tan pronto estén abandonando al que los llamó por la gracia de Cristo” (v. 6). La palabra griega traducida como “maravilla” (θαυμάζω/thaumazō) expresa asombro e incluso indignación. Pablo está genuinamente consternado por la rapidez con que los gálatas han sido desviados.

El problema en Galacia era serio: algunos judaizantes enseñaban que, para ser salvo, no bastaba la fe en Cristo, sino que también se debía cumplir con ciertos ritos y leyes judías. En otras palabras, Cristo no era suficiente. Pablo deja claro que esto no es un simple error menor, sino un ataque frontal al evangelio mismo. El apóstol usa un lenguaje contundente en el versículo 7, enfatizando que cualquier modificación del evangelio lo convierte en algo completamente diferente – un “no evangelio” que carece del poder salvador de la verdad.

Tres verdades bíblicas

  1. El evangelio auténtico siempre exalta la obra completa de Cristo Cualquier mensaje que sugiera que necesitamos añadir algo a la obra de Cristo para alcanzar la salvación distorsiona el evangelio. Las buenas nuevas son precisamente que Jesús hizo todo lo necesario en la cruz. Cuando te enfrentas a enseñanzas que implican que necesitas ciertos rituales, experiencias espirituales específicas o niveles de obediencia para ganar el favor de Dios, estás oyendo una perversión del mensaje de gracia. Tu valor ante Dios descansa completamente en Cristo, no en tu desempeño religioso. La libertad cristiana genuina florece cuando comprendes que tu justificación está asegurada por la obra terminada de Jesús.
  2. El abandono de la verdad evangélica puede ocurrir con alarmante rapidez La expresión “tan pronto” en el versículo 6 revela una verdad inquietante: la deriva doctrinal puede ocurrir rápidamente. Los gálatas habían recibido la enseñanza apostólica directa, pero en poco tiempo ya estaban siendo desviados. Esto exige vigilancia constante. En tu vida de fe, mantente alerta a las sutiles distorsiones del mensaje de gracia. Examina regularmente tus creencias contra la Escritura, preguntándote: “¿Estoy descansando en Cristo o buscando mi propia justicia?” Las desviaciones doctrinales rara vez ocurren abruptamente; generalmente comienzan como pequeñas concesiones que gradualmente alejan del evangelio verdadero.
  3. La verdad del evangelio vale la confrontación directa Pablo no teme enfrentar este error directamente, incluso usando un lenguaje fuerte y anatemas contra quienes pervierten el evangelio (v. 8-9). Esto revela que algunas verdades son fundamentales e innegociables. El amor cristiano nunca debe usarse como excusa para tolerar distorsiones del evangelio. En nuestra época que valora la inclusividad por encima de la verdad, recuerda que la fidelidad al mensaje apostólico requiere ocasionalmente tomar posturas firmes. Cuando hablamos con claridad sobre el evangelio, no estamos siendo intolerantes; estamos preservando un mensaje que trae verdadera libertad. El amor auténtico siempre se regocija en la verdad (1 Corintios 13:6).

Reflexión y oración

El evangelio no necesita ser mejorado ni actualizado. La salvación es por gracia, solo en Cristo, sin añadiduras ni atajos. Cuando intentamos modificarlo, destruimos su esencia. Cada generación enfrenta la tentación de adulterar el mensaje para hacerlo más aceptable culturalmente o menos ofensivo para nuestras inclinaciones humanas. Pero el poder del evangelio radica precisamente en su mensaje inmutable: somos salvos únicamente por la obra de Cristo, recibida por fe. Esta verdad sigue siendo revolucionaria en cada época.

Señor, guárdame de alejarme de la verdad de tu evangelio. Ayúdame a confiar solo en tu gracia y a rechazar cualquier enseñanza que intente añadirle algo a la salvación que nos diste en Cristo. Perdóname por las veces que he buscado establecer mi propia justicia en lugar de someterme a la tuya. Fortalece mi discernimiento para reconocer distorsiones sutiles de la verdad. Que mi corazón no busque la aprobación de los hombres, sino ser fiel a tu mensaje transformador. Amén.

Lecturas del plan para hoy: Éxodo 26, Juan 5, Proverbios 2, Gálatas 1

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Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado en Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.