Devocional para el 19 de marzo

Versículo base: «Ve a la hormiga, oh perezoso, observa sus caminos y sé sabio. La cual, no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, recoge en la siega su sustento.» (Proverbios 6:6-8, NBLA)

Lecciones de una hormiga laboriosa

Es fascinante cómo Dios usa lo cotidiano para enseñarnos verdades importantes. Una simple hormiga se convierte en maestra para nosotros. Estas pequeñas criaturas, que podríamos pisar sin darnos cuenta, llevan en su ADN principios de trabajo, previsión y diligencia que muchos de nosotros todavía intentamos aprender. Salomón nos invita a observarlas detenidamente, no por curiosidad científica, sino porque hay lecciones prácticas para nuestra vida diaria.

Entendiendo el Pasaje

Este texto forma parte de las instrucciones de sabiduría que Salomón comparte en Proverbios. El rey sabio adopta un tono paternal, llamando la atención del «perezoso» para que aprenda de un modelo inesperado: la hormiga. El término hebreo para «perezoso» (עָצֵל/’atsel) aparece repetidamente en Proverbios, describiendo a quien evita el trabajo necesario y busca atajos para el sustento.

La imagen de la hormiga no es casual. Salomón destaca tres características: trabaja sin supervisión («no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor»), tiene visión de futuro («prepara en el verano su comida»), y aprovecha las oportunidades («recoge en la siega su sustento»). La hormiga no necesita que alguien la presione para hacer lo necesario; trabaja con diligencia porque está en su naturaleza. Reconoce que las estaciones cambiarán y el invierno llegará, así que utiliza las épocas de abundancia para prepararse para tiempos de escasez. Esta previsión, basada en la realidad del ciclo de las estaciones, ilustra una sabiduría práctica que el perezoso ignora.

Tres verdades bíblicas

  1. El trabajo diligente honra a Dios y refleja su carácter Las hormigas trabajan constantemente sin necesidad de supervisión. Esta autodisciplina refleja una verdad importante: el trabajo no es una maldición, sino parte del diseño original de Dios. Antes de la caída, Adán ya tenía la responsabilidad de cultivar el jardín. Cuando trabajamos con diligencia, participamos en el carácter creativo de Dios. Pablo fue claro con los tesalonicenses: «El que no quiera trabajar, que tampoco coma» (2 Tesalonicenses 3:10). La pereza no es una opción para el creyente. Pregúntate: ¿Necesitas constante supervisión para cumplir con tus responsabilidades, o trabajas fielmente como si lo hicieras para el Señor? Tu actitud hacia el trabajo dice mucho sobre tu comprensión de quién es Dios.
  2. La previsión es sabiduría, no falta de fe A veces confundimos la confianza en Dios con la negligencia en la planificación. La hormiga muestra que prever el futuro y prepararse para él es señal de sabiduría, no de falta de fe. José en Egipto administró sabiamente durante siete años de abundancia para prepararse para siete años de escasez. Esta previsión salvó naciones enteras. Jesús mismo nos anima a calcular el costo antes de emprender grandes proyectos (Lucas 14:28-30). Ahorrar para el futuro, invertir con prudencia, prepararse para contingencias—todo esto honra a Dios cuando lo hacemos con la actitud correcta. La fe en la soberanía de Dios no elimina nuestra responsabilidad de administrar sabiamente lo que nos ha confiado.
  3. El tiempo tiene estaciones que requieren respuestas diferentes La hormiga reconoce que hay un tiempo para cosechar y otro tiempo donde la cosecha no será posible. No podemos vivir como si cada día fuera igual. Hay estaciones de oportunidad que no se repetirán. El Eclesiastés nos recuerda que «hay tiempo para todo» (Eclesiastés 3:1). Esto requiere discernimiento y adaptabilidad. Tal vez estés ahora en una temporada de abundancia—buena salud, trabajo estable, relaciones sólidas—esta es tu «temporada de siega». ¿Estás aprovechándola? ¿O estás malgastando recursos que necesitarás en el futuro? La mayordomía sabia reconoce las estaciones de la vida y responde adecuadamente a cada una.

Reflexión y oración

La sencilla hormiga me recuerda que Dios ha establecido principios de trabajo y previsión en su creación. No es casualidad que estos pequeños insectos prosperen generación tras generación. Siguen el diseño divino de diligencia y previsión. A veces buscamos atajos espirituales, como si la verdadera espiritualidad estuviera desconectada de cómo manejamos nuestro trabajo cotidiano y nuestras finanzas. Pero la sabiduría de Dios abarca cada aspecto de nuestra vida, incluyendo nuestra actitud hacia el trabajo y la planificación para el futuro.

Dios, gracias por las lecciones que has escondido en tu creación. Reconozco que a veces he disfrazado mi pereza como «fe», esperando que tú resuelvas situaciones para las que debí haberme preparado. Ayúdame a trabajar diligentemente, sin necesidad de que otros me supervisen. Dame sabiduría para reconocer las estaciones de mi vida y responder a ellas con prudencia. Quiero honrarte con mi trabajo, mis ahorros y mi planificación. Que todo lo que haga refleje mi confianza en ti como mi proveedor y mi deseo de ser un buen administrador de lo que me has confiado. Amén.

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*Lecturas del plan para hoy:

Éxodo 30, Juan 9, Proverbios 6, Gálatas 5

*Este devocional está basado en el plan de lecturas de Robert Murray M'Cheyne

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Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado en Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.