Devocional para el 20 de marzo

Versículo base: “El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.”(Proverbios 28:13, RVR1960)

La libertad de la confesión

¿Has notado cómo los niños pequeños, cuando rompen algo, instintivamente intentan esconderlo? Tengo en mi memoria el rostro de un niño al que descubrieron comiendo leche pulverizada y cuando su mamá le preguntó, su respuesta fue: ¡yo no fui! Pero su cara y sus manos estaban tan blancos como e interior de la bolsa. Esta tendencia a encubrir nuestros errores no desaparece con la edad—solo se vuelve más sofisticada. Como adultos, desarrollamos complejos sistemas de justificación, negación y encubrimiento que, al igual que ese “yo no fui”, solo agravan el problema subyacente.

Entendiendo el Pasaje

 Este versículo específico contrasta dos caminos: el encubrimiento y la confesión, y sus respectivas consecuencias.

El término hebreo para “encubrir” (kasah) sugiere un acto deliberado de ocultar o tapar, como quien entierra algo para que no sea descubierto. La frase “no prosperará” tiene un matiz importante en el hebreo original: indica que el encubridor no tendrá éxito en su intención de mantener oculto su pecado. Es una advertencia de que tarde o temprano, lo escondido saldrá a la luz. Por otra parte, “confesar” (yadah) implica reconocer abiertamente, admitir la verdad sin reservas. La “misericordia” prometida (racham) evoca la compasión entrañable, semejante al amor maternal, que Dios muestra hacia quienes se acercan a Él con arrepentimiento genuino.

Tres verdades bíblicas

  1. El intento de ocultamiento siempre fracasa eventualmente La primera parte del proverbio no solo advierte sobre consecuencias negativas en un sentido general, sino que afirma específicamente que el plan de encubrimiento no tendrá éxito. Los secretos tienen una manera casi sobrenatural de salir a la luz. Piensa en figuras públicas cuyas indiscreciones, a veces décadas después, son expuestas. O en cómo un pequeño engaño requiere otros mayores para sostenerse. Como dijo Mark Twain: “Si dices la verdad, no tendrás que recordar nada.” El encubrimiento es una inversión destinada a la bancarrota.
  2. La confesión requiere tanto honestidad como abandono del pecado Nota que el texto vincula dos acciones: confesar y apartarse. No basta con admitir el pecado si no existe la determinación de abandonarlo. Muchas personas confiesan repetidamente las mismas faltas sin experimentar cambio porque confunden el alivio temporal de la confesión con el arrepentimiento genuino. La verdadera confesión implica un cambio de dirección. Debes identificar no solo la conducta sino también las creencias y patrones que sustentan ese comportamiento.
  3. Apartarse del pecado es caminar hacia la libertad de la misericordia Cuando Cristo murió en la cruz, hizo posible que nos acercáramos a Dios sin temor al rechazo. Su sacrificio garantiza que la confesión nunca termine en condenación para quienes están en Él. La misericordia no es solo perdón pasivo sino liberación activa. Apartarse del pecado no significa una restricción opresiva sino el rechazo de aquello que nos ha mantenido cautivos. Es como quitarse cadenas, no ponérselas. El acto de confesión y apartamiento nos mueve del territorio del encubrimiento al espacioso terreno de la gracia, donde la misericordia divina puede obrar plenamente.

Reflexión y oración

Este proverbio del ver los intentos de encubrimiento están condenados al fracaso, mientras que la confesión abre la puerta a la misericordia restauradora. No es solo cuestión de consecuencias morales abstractas sino de cómo funcionan las cosas en el orden establecido por Dios. El camino del ocultamiento promete protección pero entrega ansiedad; el camino de la confesión parece amenazante pero conduce a la libertad.

Padre, reconozco mi tendencia a ocultar mis faltas, creyendo ingenuamente que puedo mantenerlas escondidas de ti y de otros. Hoy elijo dejar de gastar energía en este encubrimiento agotador y entrego mis transgresiones a tu luz sanadora. Dame valor para confesar no solo con palabras sino con un compromiso genuino de apartarme del mal camino. Gracias porque tu misericordia no solo perdona sino que libera, permitiéndome caminar en espacios de libertad que nunca encontraría en el estrecho sendero del ocultamiento. Amén.

 
 

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*Lecturas del plan para hoy:

Éxodo 31, Juan 10, Proverbios 7, Gálatas 6

*Este devocional está basado en el plan de lecturas de Robert Murray M'Cheyne

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Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado en Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.