Devocional para el 2 de mayo

Versículo base: “Al mandato del Señor acampaban, y al mandato del Señor partían; guardaban la ordenanza del Señor según el mandato del Señor por medio de Moisés.” (Números 9:23, NBLA)

Siguiendo la guía divina

Cuando leemos el Antiguo Testamento y vemos las formas en que Dios guiaba a su pueblo o se manifestaba a ellos, nos puede parecer abrumador, especialmente porque no vemos hoy esas manifestaciones extraordinarias o apariciones donde Dios mostraba su poder y su voluntad de manera clara y visible, pero eso no significa que Dios no guíe, no cuide y no proteja a su pueblo. Puede que las formas no sean las mismas, pero el principio detras sigue estando vigente y es que en nuestro peregrinage, el Señor sigue siendo nuestra guía y nuestra proteccion.

Entendiendo el pasaje

El libro de Números documenta el recorrido de Israel entre el Monte Sinaí y los límites de la Tierra Prometida. Su nombre en hebreo significa “en el desierto”, lo cual describe perfectamente su contenido: la travesía de cuarenta años del pueblo de Dios por el desierto. El propósito principal del libro es mostrar cómo Dios, a pesar de la constante rebelión y murmuración de Israel, permaneció fiel a Su promesa de llevarlos a la tierra de Canaán.

En el capítulo 9, después de una sección que detalla la celebración de la Pascua, encontramos la descripción de cómo Dios guiaba a Su pueblo. Una nube cubría el tabernáculo durante el día y por la noche tomaba la apariencia de fuego. Cuando la nube se levantaba, era señal para que el pueblo partiera, y cuando se detenía, debían acampar. A veces se quedaban varios días, otras veces solo una noche. El punto central era claro: cada movimiento dependía completamente de la dirección divina. Israel aprendió a vivir en una dependencia constante, siguiendo el ritmo que Dios establecía.

Tres verdades bíblicas

  1. Dios sigue cuidando de su pueblo Lo que vemos en Números 9 es un Dios profundamente involucrado en los detalles cotidianos de la vida de Su pueblo. Les mostraba dónde acampar, cuándo partir, cuánto tiempo quedarse en cada lugar. Hoy, aunque no tengamos una nube visible que nos guíe, tenemos la misma realidad: un Dios que se preocupa por los detalles de nuestra vida. Jesús enseñó que Dios conoce hasta el número de cabellos en nuestra cabeza. Su cuidado minucioso sigue siendo una realidad para cada creyente. En tus decisiones diarias, en tus luchas, en tus momentos de confusión, Dios está ahí, cuidando cada aspecto de tu vida con la misma atención que mostraba a Israel en el desierto.
  2. La dirección divina ahora viene a través de Su Palabra y Su Espíritu La forma de guiar ha cambiado, pero la realidad de la guía divina permanece. Ya no seguimos columnas de nube y fuego, pero tenemos algo igualmente poderoso: la Palabra de Dios iluminada por el Espíritu Santo. El salmista dijo: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz para mi camino” (Salmo 119:105). Cuando te sumerges regularmente en las Escrituras, cuando pasas tiempo en oración buscando la sabiduría divina, estás posicionándote para recibir dirección. El Espíritu Santo aplica la Palabra a situaciones específicas, proporciona sabiduría a través de consejeros piadosos, y a veces incluso habla a través de circunstancias providenciales.
  3. La obediencia inmediata honra a Dios Los israelitas partían “al mandato del Señor”, sin importar si habían estado acampados un día o un año. Esta disposición para moverse según el tiempo de Dios, no el nuestro, es una lección profunda. Vivimos en una cultura de gratificación instantánea donde queremos respuestas inmediatas y progreso constante. Pero el ritmo de Dios rara vez coincide con nuestras expectativas. A veces Él nos pide esperar cuando queremos avanzar, o nos impulsa a actuar cuando preferiríamos quedarnos quietos. La obediencia inmediata, sin demora, sin cuestionamientos, sin negociaciones, es una forma poderosa de expresar nuestra confianza en la bondad y sabiduría de Dios.

Reflexión y oración

La imagen de Israel siguiendo la nube nos recuerda que la vida cristiana es fundamentalmente un viaje de dependencia y sumisión. No se trata de encontrar nuestro propio camino o establecer nuestra propia agenda, sino de aprender a reconocer y seguir la dirección divina. A veces el camino nos llevará a lugares inesperados, a veces nos hará esperar más de lo que quisiéramos, pero la presencia constante de Dios hace que valga la pena seguir Su guía.

Padre, gracias porque hoy sigues guiando a tu pueblo. Aunque no veo una nube visible, creo que tu dirección está disponible a través de tu Palabra y tu Espíritu. Dame un corazón sensible para reconocer tu voz entre tantas distracciones. Ayúdame a ser obediente de inmediato, sin demoras ni excusas. Cuando me pidas esperar, dame paciencia; cuando me impulses a avanzar, dame valor. Confío en que cada paso que doy siguiendo tu guía me acerca más a la persona que quieres que sea. En el nombre de Jesús, amén.

Lecturas del plan para hoy: Números 9, Salmos 45, Cantar de los Cantares 7, Hebreos 7

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*Lecturas del plan para hoy:

Números 9, Salmos 45, Cantar de los Cantares 7, Hebreos 7

*Este devocional está basado en el plan de lecturas de Robert Murray M'Cheyne

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Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado en Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.