Devocional para el 17 de julio

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Versículo base: «Después que oraron, el lugar donde estaban reunidos tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban la palabra de Dios con valor» (Hechos 4:31, NBLA)

La oración que sostiene la misión (Serie 4/7)

Alguien dijo una vez que una iglesia sin oración es una casa sin techo y no puedo estar más de acuerdo. Orar es un mecanismo de protección pero también de ofensiva. La oración revela la dependencia que el pueblo de Dios tiene de su Dios y es el recordatorio de que la misión se lleva a cabo por medio de la proclamación de la palabra, en el poder del Espíritu y como respuesta a la oración. Esta es la cuarta marca distintiva de esta iglesia del primer siglo y que constituye un modelo de una iglesia conforme a la Biblia.

Entendiendo el pasaje

El contexto viene directamente del evento del capítulo 3. Pedro y Juan habían sido arrestados por predicar sobre la resurrección de Cristo después de sanar al paralítico. Las autoridades religiosas los amenazaron y les prohibieron seguir predicando en el nombre de Jesús. Cuando fueron liberados, regresaron a la iglesia y contaron lo que había pasado. Ahora bien, la respuesta de la iglesia no fue hacer un plan estratégico, ni buscar abogados, ni quejarse por la persecución. Su respuesta fue la oración.

Es importante ver la estructura de esa oración. Primero reconocieron la soberanía de Dios como Creador y Señor de todo. Segundo, citaron las Escrituras (Salmo 2) para entender los eventos actuales a la luz de la palabra de Dios. Tercero, identificaron la oposición como cumplimiento de la profecía. Cuarto, pidieron no que cesara la persecución sino que Dios les diera valor para seguir predicando. Finalmente, pidieron que Dios confirmara su palabra con señales y milagros. En este texto vemos el papel central de la oración en la vida de la iglesia: no es un programa más, sino el motor que impulsa toda la misión de la iglesia.

Tres verdades bíblicas

  1. La iglesia depende del Espíritu pero no prescinde de la oración Tener una misión clara, un mensaje bíblico y la promesa del Espíritu no elimina la responsabilidad de ir al Señor en oración. Los apóstoles sabían que tenían el poder del Espíritu, habían visto milagros, habían predicado con efectividad, pero cuando enfrentaron oposición, su primer recurso fue la oración. Esto nos enseña que la oración no es para los débiles en la fe sino para los que entienden la magnitud de la tarea. Cuanto más entiendes la misión de la iglesia, más entiendes tu necesidad de orar. Una iglesia que ora poco es una iglesia que ha perdido de vista la grandeza de su llamado o la dificultad de su tarea.
  2. La oración muestra la dependencia del pueblo de Dios en su Dios La iglesia primitiva no oró porque era una tradición religiosa, sino porque reconocían que sin Dios no podían hacer nada. Su oración revela una teología correcta: Dios es soberano, su palabra es verdad, él controla los eventos de la historia, y ellos necesitan su poder para cumplir la misión. La oración es la expresión práctica de nuestra fe en la soberanía de Dios. Cuando oras por tu iglesia, por la misión, por los perdidos, estás declarando que crees que Dios tiene el poder para actuar y que sin él tus esfuerzos son inútiles. Una iglesia independiente es una iglesia que ha olvidado quién es Dios y quiénes son ellos.
  3. La oración efectiva se basa en la palabra de Dios y busca su gloria Observa cómo la iglesia primitiva fundamentó su oración en las Escrituras, citando el Salmo 2 para entender su situación. No oraron desde sus emociones o sus temores, sino desde la verdad revelada de Dios. Algo interesante es que después de la predicación de Pedro y la conversión de miles de los que oyeron, lo que se dice que hacían era perseverar en la oración y la enseñanza de los apóstoles. También es significativo que no pidieron comodidad sino valor, no pidieron que cesara la oposición sino que Dios fuera glorificado a través de su palabra. La oración bíblica no busca nuestro bienestar sino la gloria de Dios y el avance de su reino. Cuando tu iglesia ora así, pueden esperar que Dios responda como lo hizo aquí: llenándolos del Espíritu y dándoles valor para seguir proclamando su palabra. La oración que busca la gloria de Dios y se fundamenta en su palabra siempre encuentra respuesta.

Reflexión y oración

La oración es el oxígeno espiritual de la iglesia. Sin ella, la misión se vuelve activismo humano, la predicación se convierte en mero discurso, y el evangelismo en técnicas de persuasión. Pero con oración, todo se mantiene conectado a la fuente del poder. Mañana veremos cómo una iglesia que ora también debe practicar la disciplina bíblica, pero hoy recordamos que todo ministerio efectivo nace en las rodillas.

Señor, perdóname por las veces que he intentado vivir la vida cristiana y participar en la misión de la iglesia sin la oración. Reconozco que sin ti no puedo hacer nada. Dame hambre por la oración, tanto personal como corporativa. Que mi iglesia sea conocida como una casa de oración donde tu pueblo se reúne regularmente para buscar tu rostro, depender de tu poder y pedir tu gloria. Llénanos de tu Espíritu como respuesta a nuestras oraciones y danos valor para seguir hablando tu palabra sin importar la oposición. Amén.

*Lecturas del plan para hoy:

Josué 24, Hechos 4, Jeremías 13, Mateo 27

*Este devocional está basado en el plan de lecturas de Robert Murray M'Cheyne

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Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado en Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.