Devocional para el 03 de septiembre

Compartir devocional

Versículo base: «El conocimiento envanece, pero el amor edifica… Pero tengan cuidado de que esta libertad suya no venga a ser tropezadero para los débiles» (1 Corintios 8:1b, 9, NBLA)

La paradoja de la libertad

Los corintios tenían un problema recurrente: tomaban verdades del evangelio y las llevaban a extremos peligrosos. Primero fue con los líderes, creando divisiones. Luego con la tolerancia al pecado, presumiendo de su «amor». Después con el sexo, pensando que toda relación física era impura. Ahora Pablo enfrenta otro extremo: algunos usaban su libertad en Cristo como licencia para hacer lo que querían, sin importar cómo afectaba a otros. «Somos libres», decían. «Los ídolos no son nada, podemos comer lo que queramos». Tenían razón teológicamente, pero estaban destruyendo a hermanos más débiles en el proceso. Es el mismo problema de siempre en Corinto: conocimiento sin amor, libertad sin responsabilidad. Pablo les va a mostrar que la verdadera madurez cristiana no es cuánto puedes hacer, sino cuánto estás dispuesto a no hacer por amor a tu hermano.

Entendiendo el pasaje

Para entender el problema, debemos situarnos en Corinto. Los nuevos creyentes vivían rodeados de una cultura que adoraba muchos dioses. Actos cotidianos como ir a una fiesta o comprar carne en el mercado estaban ligados a la idolatría, pues mucha de esa comida primero se ofrecía en sacrificio a los ídolos. Esto creó un dilema: ¿Podía un cristiano participar en estas cosas?

El capítulo 8 nos muestra cómo Pablo aborda este conflicto entre dos grupos. Primero está la libertad mal entendida (vv. 1-3): Un grupo que se consideraba «fuerte» argumentaba desde su «conocimiento». Sabían que los ídolos no eran nada y que comer esa comida no era pecado. El problema es que usaban este conocimiento con arrogancia, menospreciando a otros hermanos. Pablo les responde que «El conocimiento envanece, pero el amor edifica». No importa cuánto sepas si tu conocimiento no está administrado con amor.
Segundo, Pablo reconoce la libertad bien informada (vv. 4-6): Afirma que el conocimiento de los «fuertes» es teológicamente correcto. En efecto, un ídolo «nada es», pues hay un solo Dios, el Padre, y un solo Señor, Jesucristo. Una conciencia informada por esta verdad no tendría problema en comer esa carne.
Tercero, y aquí está el meollo, Pablo muestra la libertad bien aplicada (vv. 7-13): «No en todos hay este conocimiento». Algunos hermanos, recién salidos de la idolatría, tenían una «conciencia débil» y si veían a un hermano «fuerte» comiendo en un templo de ídolos, podían ser animados a hacer algo que para ellos sí era pecado, traicionando su propia conciencia. Así que Pablo les advierte: cuidado que tu libertad no se convierta en tropiezo para un hermano débil.

Tres verdades bíblicas

  1. El conocimiento sin amor destruye; el amor con conocimiento edifica En estos días en los que impera tanto intelectualismo, este es un recordatorio importante. Es posible usar la doctrina para menospreciar a otros hermanos. Podemos escuchar actitudes como: «Ahora que entiendo estas doctrinas puedo hacer esto y aquello, qué pena por los que siguen en su legalismo». Pero esto no es más que moda teológica si no va acompañada de amor. La evidencia de que alguien es un creyente maduro no es cuánto conocimiento tiene, sino cuánto ama. El verdadero conocimiento entiende que así como el Señor ha sido paciente contigo, debes ser paciente con otros. Tu teología correcta no te da licencia para despreciar al hermano que todavía lucha con escrúpulos de conciencia.
  2. La libertad cristiana debe estar informada por la verdad bíblica Tener una conciencia débil no es una medalla de honor ni un estado permanente. La meta de Pablo era que los débiles crecieran en conocimiento y entendimiento hasta ser maduros y esto no significaba que tuvieran que hacer las cosas que hacían los fuertes, sino entender que podían convivir sin juzgarse o menospreciarse unos a otros. Nosotros también estamos llamados a estudiar la Palabra para que nuestra conciencia sea correctamente informada. Esto nos permite discernir en las «áreas grises» de la vida —música, ropa, entretenimiento— no con base en preferencias personales o tradiciones humanas, sino en principios bíblicos. Una conciencia mal informada puede esclavizarte con reglas que Dios nunca puso, o liberarte para hacer cosas que Dios prohíbe. Ambos extremos son peligrosos.
  3. El amor por mi hermano debe limitar voluntariamente mi libertad  Mi libertad termina donde comienza el bienestar espiritual de mi hermano. Pablo da tres razones de peso para no ser tropiezo: Primero, haces que tu hermano peque contra su conciencia, lo cual es una tragedia espiritual. Segundo, pecas directamente contra Cristo, porque la iglesia es Su cuerpo. Tercero, la unidad de la iglesia es más importante que el ejercicio de tu libertad personal. La conclusión de todo es esta: «Si la comida hace caer a mi hermano, no comeré carne jamás». ¿Estás dispuesto a renunciar a alguna preferencia lícita por amor a tu hermano débil? Esa es la verdadera madurez cristiana.

Reflexión y oración

El conocimiento correcto sin amor es destructivo, pero el amor sin conocimiento es débil. Necesitamos ambos. En nuestras iglesias hoy hay hermanos «fuertes» que necesitan aprender a limitar su libertad por amor, y hermanos «débiles» que necesitan crecer en el conocimiento de la verdad. Lo que no podemos hacer es despreciarnos mutuamente. El fuerte no debe menospreciar al débil por sus escrúpulos, ni el débil debe juzgar al fuerte por su libertad. Cristo murió por ambos y debemos partir de la idea de que ambos tienen el genuino deseo de agradar al Señor.

Señor, perdónanos cuando hemos usado nuestro conocimiento para menospreciar a otros o cuando hemos permanecido voluntariamente ignorantes. Danos sabiduría para discernir entre lo que es pecado y lo que es libertad cristiana. Pero sobre todo, danos amor para limitar nuestra libertad cuando sea necesario por el bien de nuestros hermanos. Que la unidad de tu iglesia sea más importante para nosotros que el ejercicio de nuestros derechos. Ayúdanos a crecer juntos hacia la madurez, con conocimiento y amor. Por Jesucristo, amén.

*Lecturas del plan para hoy:

1 Samuel 27, 1 Corintios 8, Ezequiel 6, Salmos 44

*Este devocional está basado en el plan de lecturas de Robert Murray M'Cheyne

¿Dónde quieres recibir los devocionales?

Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado en Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.