Devocional para el 10 de julio

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Versículo base: «Así dice el SEÑOR: “Párense en los caminos y miren, pregunten por los senderos antiguos: ‘¿Cuál es el buen camino?’ Anden por él y hallarán descanso para sus almas. Pero dijeron: ‘No andaremos'”» (Jeremías 6:16, NBLA)

La sabiduría de los senderos antiguos

Este mundo se mueve cada vez más rápido, más incluso que nuestra capacidad de poder asimilar tantos cambios. Eso nos puede conducir a la idea equivocada de que todo lo útil y bueno es necesariamente lo novedoso, y va creando una cultura que sin darnos cuenta nos va alejando del valor que hay en las cosas fundamentales. Pero en Dios, el valor no está en aquello que renueva sino precisamente en lo que no cambia, en lo que es consistente con su naturaleza y su carácter. Dios es inmutable y su verdad también lo es. Lo que fue verdad ayer lo es hoy y lo será mañana, y eso es lo que sostiene toda nuestra esperanza.

Entendiendo el pasaje

Jeremías está llegando a este pasaje en medio de una profunda crisis espiritual y nacional. El pueblo de Judá había abandonado los caminos del Señor y se dirigía hacia el juicio divino. Es una exhortación urgente a volver a la palabra, pero también es una advertencia de Dios al pueblo de cómo les pidió que volvieran y no lo hicieron, como les sonó trompeta y no la oyeron. Y la pregunta es: ¿qué fue lo que no oyeron? La clave está en el verso 19: “sus palabras” y “su ley”. Esto es importante remarcarlo.

Ahora bien, la senda antigua, el camino antiguo no es otra cosa que el camino de la palabra de Dios. No se trata de nostalgia cultural o de tradiciones humanas, sino de un regreso a los fundamentos eternos que Dios había establecido desde el principio. El contexto muestra que el pueblo había rechazado deliberadamente tanto la palabra profética como la ley escrita, prefiriendo sus propios caminos. La tragedia es que Dios les había mostrado claramente dónde estaba el descanso para sus almas, pero ellos, en su orgullo y rebeldía, dijeron categóricamente: “No andaremos”. Este rechazo los llevó directamente al exilio y la destrucción.

Tres verdades bíblicas

  1. Volver al camino antiguo es volver a la Palabra de Dios Cuando el Señor exhorta al pueblo a volver a la senda antigua, no le está diciendo otra cosa al pueblo rebelde que enfrentaría su juicio que volvieran a la ley, a su verdad (verso 19). Como en los días de Josías o de David. Algunos se refieren a la “senda antigua” como un sistema de doctrinas de añoranza, a una forma de vestir o de cantar las canciones en el culto o algún otro elemento de liturgia; pero este texto es más bien un llamado a volver a la palabra de Dios. Si quizás has abandonado la palabra por ideas o filosofías modernas, o si la has reemplazado en tus hábitos por cualquier otra cosa, vuelve a ella. Pídele al Señor que renueve un deseo genuino por su palabra y que te hable por medio de ella.
  2. Los caminos nuevos prometen libertad pero traen esclavitud El pueblo de Jeremías pensó que podía encontrar mejores alternativas a los caminos de Dios. Se inclinaron hacia las prácticas religiosas de las naciones vecinas, adoptaron sus filosofías y confiaron en alianzas políticas en lugar de confiar en el Señor. Pero todos esos “caminos nuevos” los llevaron directamente a la ruina. Es lo mismo que pasa hoy: cada generación piensa que ha descubierto algo mejor que la sabiduría bíblica. Nuevas terapias, nuevas filosofías, nuevas formas de entender la espiritualidad que supuestamente nos liberan de las “ataduras” de la palabra de Dios. Pero la realidad es que estos caminos nuevos siempre terminan siendo más pesados que los antiguos. La verdadera libertad está en someterse a la autoridad de las Escrituras, no en liberarse de ella.
  3. Rechazar los senderos antiguos es rechazar el descanso para el alma Dios no era cruel cuando llamaba al pueblo a volver a su palabra. Les estaba ofreciendo “descanso para sus almas”. Esta frase es profundamente significativa porque anticipa las palabras de Jesús: “Vengan a mí todos los que están trabajados y cargados, y yo les daré descanso”. Los senderos antiguos de Dios no son cargas pesadas; son el lugar donde el alma encuentra paz verdadera. Cuando rechazas la palabra de Dios, rechazas el único lugar donde tu corazón puede encontrar verdadero reposo. Puedes buscar descanso en el entretenimiento, en las relaciones, en el éxito profesional, en las filosofías modernas, pero solo encontrarás fatiga espiritual. El alma fue diseñada para funcionar según los parámetros que Dios estableció en su palabra, y solo allí encuentra su verdadero hogar.

Reflexión y oración

La tentación de nuestra época es pensar que lo antiguo está obsoleto y que necesitamos reinventar la fe para cada generación. Pero la sabiduría está en reconocer que los caminos de Dios son eternos y que su palabra sigue siendo tan relevante hoy como cuando fue escrita. Los senderos antiguos no nos atan; nos liberan del caos de buscar nuevos caminos que solo conducen a la frustración.

Padre, reconozco que mi corazón tiende a buscar caminos nuevos y aparentemente más fáciles que los que has establecido en tu palabra. Perdóname por las veces que he pensado que tu verdad necesita ser actualizada o modernizada. Ayúdame a encontrar descanso para mi alma en los senderos antiguos de tu palabra. Renueva en mí el amor por las Escrituras y la disposición a caminar en obediencia, aunque el mundo me diga que hay mejores alternativas. Que encuentre en ti el verdadero descanso que mi alma necesita. Amén.

*Lecturas del plan para hoy:

Josué 12-13, Salmo 145, Jeremías 6, Mateo 20

*Este devocional está basado en el plan de lecturas de Robert Murray M'Cheyne

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Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado en Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.