Devocional para el 12 de mayo

Versículo base: “¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?” (Santiago 4:1, RVR1960)

Fe que somete los deseos del corazón

Seguimos nuestro recorrido por la carta de Santiago, y hasta ahora hemos visto que la fe genuina se prueba en las dificultades, se muestra en las obras y se escucha en las palabras. Hoy, Santiago nos lleva a mirar algo mucho más profundo: el corazón, donde nacen nuestros deseos y, muchas veces, nuestros conflictos. El evangelio lo cambia todo, y eso incluye también tus motivaciones internas.

Entendiendo el pasaje

Santiago 4 es directo y casi incómodo. Nos confronta con una pregunta visceral: ¿por qué peleamos, por qué tenemos conflictos? Y la respuesta no es “porque los demás son difíciles” ni “porque las circunstancias son injustas”. Santiago apunta al núcleo del problema: nuestros propios deseos desordenados. La palabra griega usada aquí para “pasiones” es hēdonē, de donde viene “hedonismo”; habla de un placer egoísta que busca satisfacer al yo por encima de todo.

Santiago no solo diagnostica el problema, también nos muestra la solución: someterse a Dios, resistir al diablo, humillarse ante el Señor (v. 7-10). Este es el camino de la fe viva: no controlar los deseos con fuerza humana, sino entregarlos bajo el señorío de Cristo. El sentido de este pasaje es mostrar que nuestros conflictos interpersonales son síntomas de un conflicto interior más profundo: la batalla entre nuestros deseos egoístas y la voluntad de Dios.

Tres verdades bíblicas

  1. Los conflictos externos revelan luchas internas Hermano, hermana, si hoy estás envuelto en discusiones, resentimientos o pleitos, haz una pausa y pregúntate: ¿qué deseo no satisfecho está alimentando esto? ¿Anhelo ser reconocido, tener control, ganar siempre? Santiago nos llama a examinar no solo las acciones, sino los motivos. Cada confrontación con otra persona es una oportunidad para ver qué está realmente en juego en tu corazón. Tus conflictos son como ventanas a tus prioridades.
  2. La fe viva se somete a Dios La solución no es suprimir deseos con fuerza propia, sino rendirlos al Señor. Santiago nos invita a acercarnos a Dios, a humillarnos delante de Él, a reconocer nuestra necesidad de su gracia. Veamos: ¿estás luchando solo, o estás acudiendo a Dios para que te transforme desde adentro? Cuando sometemos nuestros deseos más profundos a Cristo, encontramos no restricción sino libertad. La verdadera paz viene cuando dejamos que Dios, no nuestros apetitos, gobierne nuestro corazón.
  3. Cristo es el ejemplo perfecto de entrega Jesús no vino a buscar sus propios deseos, sino a cumplir la voluntad del Padre, incluso cuando eso le costó la vida. Gracias a su entrega, hoy tú puedes tener un corazón renovado, libre de egoísmo, lleno de paz. El evangelio no solo cambia lo que haces; cambia lo que amas y deseas. En Getsemaní, Jesús oró: “No se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42). Esta rendición es el modelo para nuestra propia lucha contra los deseos egoístas.

Reflexión y oración

Hoy, en este cuarto devocional, Santiago nos hace mirar hacia dentro: ¿qué deseos gobiernan tu corazón? La fe viva no es solo conducta externa, es transformación interna. Cada conflicto que enfrentamos es una invitación a examinar qué queremos realmente y si estamos dispuestos a someter esos deseos bajo el señorío de Cristo. La paz en nuestras relaciones comienza con la paz en nuestro interior.

Señor, gracias porque tu Palabra me revela no solo lo que hago mal, sino por qué lo hago. Confieso que muchas veces he dejado que mis propios deseos me dominen, y eso ha roto relaciones y ha traído pleitos. Hoy te rindo mi corazón: transforma mis deseos, somételos a ti, y hazme más como Jesús. Amén.

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*Lecturas del plan para hoy:

Números 21, Salmos 60-61, Isaías 10:5-34, Santiago 4

*Este devocional está basado en el plan de lecturas de Robert Murray M'Cheyne

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Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado en Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.