Devocional para el 13 de mayo

Versículo base: “Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.” (Santiago 5:7, RVR1960)

Fe que espera y ora con paciencia

Hoy llegamos al final de nuestro recorrido por la carta de Santiago. Hemos visto que la fe genuina se prueba en las dificultades, se muestra en las obras, se escucha en las palabras y se somete en los deseos del corazón. Y ahora, Santiago nos deja con una imagen poderosa para cerrar: la fe viva es paciente, espera activamente y ora mientras aguarda el cumplimiento de las promesas de Dios.

Entendiendo el pasaje

Santiago 5 está lleno de llamados pastorales: a los ricos opresores, les advierte del juicio; a los creyentes, los anima a perseverar. La imagen del labrador que espera la lluvia es una de las más bellas del capítulo. Este no es un esperar pasivo, de brazos cruzados, sino un esperar lleno de esperanza, porque sabe que el fruto vendrá.

Más adelante (v. 13-18), Santiago conecta esta paciencia con la oración. El creyente que espera no se queda mudo: clama a Dios, busca consuelo, pide sanidad, confiesa sus pecados. Aquí aparece una de las afirmaciones más conocidas: “La oración eficaz del justo puede mucho” (v. 16). El sentido de este pasaje no es simplemente aconsejar paciencia como una virtud moral, sino anclar nuestra esperanza en el regreso de Cristo, que traerá justicia completa y restauración final.

Tres verdades bíblicas

  1. La paciencia es parte esencial de la fe Hermano, hermana, amigo, amiga ¿te sientes impaciente con Dios? ¿Te preguntas cuándo responderá, cuándo traerá justicia, cuándo cambiará tu situación? La fe viva aprende a esperar, confiando en que el Señor viene, en que Él no olvida ninguna de sus promesas. La paciencia bíblica no es pasividad resignada, sino perseverancia activa. Es como el agricultor que sigue trabajando mientras espera la lluvia. Tu espera no es en vano; es parte del proceso por el cual Dios está trabajando en tu vida.
  2. La oración es el lenguaje de la espera Mientras esperamos, no estamos callados. Dios nos llama a acercarnos, a orar, a presentar nuestras cargas. Veamos: ¿cómo está tu vida de oración? ¿Le hablas al Señor sobre tus luchas, tus enfermedades, tus pecados? La fe activa no solo trabaja, también ora con confianza. Elías era un hombre con pasiones semejantes a las nuestras, y sin embargo, su oración movió los cielos. Tus oraciones no tienen que ser elocuentes para ser poderosas; solo necesitan ser sinceras.
  3. Cristo es nuestra esperanza final El Señor es el motivo por el que esperamos. Él vendrá, Él restaurará todas las cosas, Él sanará por completo. Mientras tanto, nos sostiene con su Espíritu. No esperamos solos ni en vano. Cada oración que elevamos llega al Padre por medio de Él. Cristo mismo esperó pacientemente el tiempo de Dios, incluso en sus sufrimientos. Su resurrección nos asegura que nuestra espera no terminará en decepción sino en gloria. Cuando la espera se hace pesada,debes traer a memoria esto: que Cristo ha ido delante de ti y te espera al final del camino.

Reflexión y oración

Hoy cerramos este ciclo en Santiago con un llamado a esperar y a orar. La fe viva no es solo para el momento presente, es también para la espera futura. El Señor viene, y mientras tanto, nos llama a mantenernos firmes, pacientes y confiados. Esta espera activa, llena de oración y perseverancia, es quizás una de las expresiones más profundas de confianza en Dios que podemos mostrar en un mundo impaciente.

Señor, gracias porque tú eres fiel y nunca fallas. Confieso que muchas veces me impaciento, dudo, me desanimo en la espera. Hoy te pido que fortalezcas mi corazón, que me des una fe paciente, que me ayudes a orar con confianza y a esperar con gozo. Gracias porque en Cristo tengo una esperanza segura. Amén.

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*Lecturas del plan para hoy:

Números 22, Salmos 62-63, Isaías 11-12, Santiago 5

*Este devocional está basado en el plan de lecturas de Robert Murray M'Cheyne

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Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado en Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.