Devocional para el 15 de julio

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Versículo base: «Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once apóstoles, alzó la voz y les declaró: “Hombres de Judea y todos los que viven en Jerusalén, sea esto de su conocimiento y presten atención a mis palabras”» (Hechos 2:14, NBLA)

La predicación que edifica la iglesia (Serie 2/7)

Ayer comenzamos esta serie sobre lo que es una iglesia conforme a la Biblia, siguiendo el patrón de esta primera iglesia constituida por el Señor. Vimos que el Señor les dio una misión, lo cual enmarca en gran medida lo que una iglesia hace, pero que no podían cumplir esa misión sin la ayuda del Espíritu. Pues bien, en este capítulo 2 el Espíritu vino sobre ellos y la primera manifestación de esa obra es la proclamación de las maravillas de Dios y la predicación clara e inteligible de la palabra de Dios. Así que si hay algo que esperamos ver en una iglesia conforme a la Biblia es predicación bíblica.

Entendiendo el pasaje

El contexto es el aposento alto donde los discípulos habían estado orando y esperando la promesa del Espíritu Santo. Cuando el Espíritu descendió, los fenómenos sobrenaturales atrajeron a una multitud diversa que se preguntaba qué estaba ocurriendo. Pedro, el mismo que había negado a Cristo unas semanas antes, ahora se pone en pie con valentía y predica el primer sermón de la era de la iglesia.

Ahora bien, es crucial observar la estructura de esta predicación. Pedro no improvisó ni habló de sus sentimientos. Primero explicó el fenómeno: lo que estaban viendo era el cumplimiento de la profecía de Joel. Segundo, mostró que ese fenómeno era el inicio de los últimos tiempos que estarían marcados por el aparecimiento del Mesías quien juzgaría todas las cosas. Tercero, identificó a ese Mesías como el Señor Jesucristo, usando las Escrituras del Antiguo Testamento para probarlo. Finalmente, esa predicación llamó a las personas al arrepentimiento y ofreció esperanza. El sentido de este pasaje es que establece el patrón de lo que debe ser la predicación en la iglesia: centrada en las Escrituras, enfocada en Cristo, y dirigida hacia una respuesta específica de fe y arrepentimiento.

Tres verdades bíblicas

  1. La predicación bíblica debe explicar la Biblia Observa cómo Pedro explica la profecía de Joel, cómo se preocupa por dar una exposición clara del texto. No habla de sus opiniones personales ni de filosofías humanas; toma un pasaje del Antiguo Testamento y lo explica en su contexto. La predicación verdadera no es motivación personal, no es terapia emocional, no es comentario social. Es la explicación fiel de lo que Dios ha dicho en su palabra. Si tu iglesia no está recibiendo predicación expositiva que abre las Escrituras y las explica con claridad, entonces está siendo privada de lo que Dios diseñó para alimentar y edificar a su pueblo. La predicación debe responder la pregunta: “¿Qué dice este texto bíblico y qué significa para nosotros?”
  2. La predicación bíblica debe apuntar a Cristo Pedro usa el Antiguo Testamento para mostrar a Cristo, citando los Salmos para demostrar que Jesús es el Mesías prometido. La predicación bíblica debe apuntar a Cristo porque él es el tema central de las Escrituras. Una predicación sin Cristo es una predicación vacía. Todo debe apuntar a él: el Antiguo Testamento lo anticipa, los Evangelios lo revelan, las cartas lo explican, y Apocalipsis lo glorifica. No importa de qué pasaje bíblico se predique, debe encontrarse la conexión con Cristo porque toda la Escritura da testimonio de él. Si sales de un sermón sin haber oído sobre Jesús, sobre su obra, sobre su reino, entonces algo faltó en esa predicación.
  3. La predicación bíblica debe llamar al arrepentimiento y proveer esperanza Pedro no se conformó con informar a su audiencia; los confrontó con su pecado y los llamó al arrepentimiento. Pero también les ofreció esperanza: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados.” La predicación verdadera no deja a las personas cómodas en su pecado, pero tampoco las deja sin esperanza. Confronta pero también consuela, convence de pecado pero señala al Salvador. El Espíritu Santo producirá el efecto: ese día se arrepintieron y creyeron tres mil personas que fueron bautizadas. La predicación fiel siempre busca una respuesta, siempre apunta a la acción, siempre llama a las personas a hacer algo con lo que han escuchado de Dios.

Reflexión y oración

La predicación es el medio que Dios ha escogido para edificar su iglesia. No es casualidad que la primera actividad registrada después de la venida del Espíritu sea la predicación de la palabra. Una iglesia bíblica se caracteriza por predicación bíblica. Mañana veremos cómo esa predicación se extiende hacia afuera en el evangelismo, pero hoy recordamos que todo comienza con la fiel exposición de la palabra de Dios.

Señor, gracias por haber escogido la predicación como el medio para edificar tu iglesia. Ayúdame a valorar la predicación fiel de tu palabra y a no conformarme con sustitutos. Dame hambre por escuchar tu voz a través de las Escrituras fielmente expuestas. Que mi iglesia sea un lugar donde tu palabra se predique con fidelidad, donde Cristo sea exaltado y donde los corazones sean confrontados con tu verdad. Usa la predicación para seguir edificando tu iglesia hasta que Cristo regrese. Amén.

*Lecturas del plan para hoy:

Josué 22, Hechos 2, Jeremías 11, Mateo 25

*Este devocional está basado en el plan de lecturas de Robert Murray M'Cheyne

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Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado en Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.