Versículo base: «Porque nuestro evangelio no vino a ustedes solamente en palabras, sino también en poder y en el Espíritu Santo y con plena convicción; como saben qué clase de personasdemostramos ser entre ustedes por el amor que les tenemos.Y ustedes llegaron a ser imitadores de nosotros y del Señor, habiendo recibido la palabra, en medio de mucha tribulación, con el gozo del Espíritu Santo» (1 Tesalonicenses 1:5-6, NBLA)
Una fe que se esparce
Hay historias de fe que se cuentan solas. Tesalónica era una de ellas. Pablo apenas estuvo tres semanas predicando allí antes de que lo sacaran a golpes de la ciudad. Tres semanas. Es lo que algunos tardan en terminar un libro o en cambiar un mal hábito. Pero en ese corto tiempo, algo pasó en esa ciudad que hizo que su testimonio llegara hasta Macedonia y Acaya. Su fe se divulgó por todas partes.
¿Qué hace que una conversión sea genuina? Es la pregunta que Pablo responde en este capítulo. Veamos.
Entendiendo el pasaje
Pablo escribe esta carta desde Corinto, apenas unos meses después de haber fundado la iglesia en Tesalónica. El contexto es dramático: el apóstol había llegado a esta ciudad portuaria, capital de Macedonia, y predicó en la sinagoga durante tres sábados. El resultado fue una mezcla de conversiones extraordinarias y persecución violenta. Los judíos incrédulos, celosos por el éxito del evangelio, armaron un alboroto en la ciudad acusando a Pablo de sedición contra el César al proclamar que había otro rey, Jesús.
La carta abre con una gratitud desbordante. Pablo no puede contener su gozo al recordar a estos hermanos. Menciona tres cosas que caracterizan su fe: la obra de su fe, el trabajo de su amor y la perseverancia de su esperanza. Él está describiendo una fe que produce resultados visibles, un amor que se arremanga las mangas, y una esperanza que soporta cuando todo se derrumba. Luego les recuerda cómo llegó el evangelio a ellos: con poder, con el Espíritu Santo y con plena convicción. El mensaje no fue mera retórica, fue una experiencia de Dios obrando en sus corazones.
Tres verdades bíblicas
- El evangelio verdadero llega con poder
Cuando el evangelio es genuino, viene acompañado de algo más que buenas ideas. Pablo dice que su mensaje llegó con poder y con el Espíritu Santo. Esto significa que Dios mismo estaba obrando a través del mensaje. Puedes sentarte en una iglesia durante años, puedes memorizar versículos, incluso puedes defender la doctrina correcta, pero si el evangelio no ha entrado con poder en tu vida, si no te ha quebrantado y reconstruido, entonces lo que tienes es información religiosa, no regeneración. ¿Ha cambiado el evangelio tu manera de ver el dinero, las relaciones, el trabajo? ¿O sigue siendo algo que escuchas los domingos pero que no toca tu lunes en la oficina?
- La conversión genuina imita a Cristo en medio del sufrimiento
Los tesalonicenses no recibieron el evangelio en un retiro espiritual con música suave y café de especialidad. Lo recibieron en medio de mucha tribulación. Ahí está la marca de una fe real: perseverar cuando cuesta. Estos creyentes se convirtieron sabiendo que eso les traería problemas con sus familias, pérdida de trabajo, rechazo social. Y aun así lo recibieron con gozo. Ese gozo no era un optimismo barato, era el gozo del Espíritu Santo en medio del dolor. Cuando tu fe solo funciona cuando todo va bien, es probable que sea fe en las circunstancias, no en Cristo.
- Una iglesia genuina impacta más allá de sus paredes
Pablo dice que el testimonio de los tesalonicenses se divulgó por todas partes. Ellos no tenían presupuesto de marketing ni campañas de redes sociales. Su vida hablaba. Se habían convertido de los ídolos al Dios vivo para servirle y esperar a su Hijo. Esa transformación radical no pasó desapercibida. La gente hablaba de ellos. ¿Qué dice tu vida sobre Cristo? ¿Tu conversión es algo que solo tú sabes o es algo que otros pueden ver? El evangelio de Cristo nos transforma de tal modo que nos aparta de todo aquello a lo que rendíamos culto para ahora vivir para el único digno de adoración.
Reflexión y oración
Dios no está buscando fans religiosos. Busca hijos transformados que reflejen su carácter en medio de un mundo que se cae a pedazos. Una fe que solo funciona en la comodidad no es la fe que Pablo celebra aquí.
Padre, gracias porque tu evangelio no es simple información. Gracias porque cuando llegó a mi vida, vino con poder y me cambió. Ayúdame a vivir de tal modo que mi conversión sea visible. Que mi trabajo, mis palabras, mi manera de responder al sufrimiento apunten a ti. No quiero una fe de domingo, quiero una fe que impacte cada área de mi vida. Ayúdame a servirte mientras espero el regreso de tu Hijo. Amén.