Devocional para el 18 de noviembre

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Lectura:

«Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos. Por tanto, salgamos a Él fuera del campamento, llevando Su oprobio. Pues no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la que está por venir» (Hebreos 13:8, 13-14, NBLA)

Vivir lo que creemos

Hemos llegado al final de Hebreos. Durante estos días hemos caminado por uno de los argumentos más profundos de toda la Escritura sobre la superioridad de Cristo. Vimos que es superior a los ángeles, superior a Moisés, superior al sacerdocio levítico. Descubrimos que es mediador de un mejor pacto, que ofreció un sacrificio superior, que nos dio acceso directo a Dios. Vimos la galería de fe del capítulo 11 y el llamado a correr la carrera con los ojos puestos en Jesús. Ahora, en este capítulo final, el autor cierra con una serie de exhortaciones prácticas. Después de trece capítulos de teología profunda, la pregunta es: ¿cómo vivimos esto en el día a día?

Entendiendo el pasaje

El capítulo 13 no es una colección aleatoria de consejos. Es la aplicación práctica de todo lo que se ha enseñado. El autor agrupa sus exhortaciones en tres áreas fundamentales de la vida cristiana bajo persecución. Primero, cómo tratamos a otros creyentes. Segundo, cómo nos relacionamos con nuestros líderes espirituales. Tercero, cómo vivimos en este mundo sabiendo que no es nuestro hogar permanente.

La exhortación central es clara: «Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos». Todo cambia a tu alrededor. La persecución puede intensificarse. Tus circunstancias pueden empeorar. Puedes perder propiedades, relaciones, estabilidad. Pero Cristo permanece inmutable. Él es la roca firme en medio de la tormenta. Por tanto, sal a él fuera del campamento llevando su oprobio. No tenemos ciudad permanente aquí. Buscamos la que está por venir.

Tres verdades bíblicas

  1. La fe en Cristo se vive en comunidad. El capítulo comienza: «Permanezca el amor fraternal. No se olviden de mostrar hospitalidad. Acuérdense de los presos y de los maltratados». Estas no son sugerencias opcionales. Son expresiones esenciales de lo que significa seguir a Cristo. Tu fe se demuestra en cómo tratas a otros creyentes. Si Cristo lo dio todo por ti, tú puedes mostrar hospitalidad a un hermano necesitado. Si Cristo sufrió por ti, tú puedes acordarte de los que están presos por su causa. La vida cristiana nunca fue diseñada para vivirse en aislamiento. Se vive en el cuerpo de Cristo, amándose unos a otros, soportándose mutuamente, especialmente cuando el sufrimiento aprieta.
  2. Debes honrar y seguir a tus pastores. El autor dice: «Acuérdense de sus guías que les hablaron la palabra de Dios, y considerando el resultado de su conducta, imiten su fe. Obedezcan a sus pastores y sométanse a ellos, porque ellos velan por sus almas». Hay múltiples referencias a los líderes espirituales en este capítulo. No es casualidad. En tiempos de persecución, la tentación es dispersarse y abandonar la comunidad de fe. Pero Dios ha puesto pastores que velan por tu alma. Hombres que te guían, que te enseñan la Palabra, cuyo ejemplo de fe puedes imitar. Honrarlos y seguir su guía es parte de perseverar hasta el fin. No menosprecies este regalo de Dios.
  3. Este mundo no es tu hogar. El texto dice: «No tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la que está por venir». Si esta tierra fuera tu hogar final, perder propiedades sería devastador. Perder estatus social sería insoportable. Sufrir persecución no tendría sentido. Pero resulta que eres peregrino. Estás de paso. Tu ciudadanía está en los cielos. Tienes una ciudad cuyo arquitecto y constructor es Dios. Por eso puedes salir a Cristo fuera del campamento llevando su oprobio. Por eso puedes soportar el rechazo, la hostilidad, el costo de seguirlo. Porque sabes que estás yendo hacia algo infinitamente mejor que cualquier cosa que este mundo pueda ofrecerte.

Reflexión y oración

Y así termina Hebreos. Hemos recorrido el argumento completo. Cristo es superior en todo. Por tanto, no retrocedas. Permanece firme. Ama a los hermanos. Sigue a tus pastores. Vive como peregrino. Ofrece continuamente sacrificio de alabanza a Dios. Y recuerda siempre: Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Las circunstancias cambian, las presiones vienen y van, pero él permanece. Esa es la roca sobre la cual construyes tu vida.

Durante estos días hemos visto que tienes todo lo que necesitas en Cristo. Un sacerdote eterno. Un pacto superior. Promesas inquebrantables. Perdón completo. Acceso directo a Dios. Un reino inconmovible. Una ciudad permanente. ¿A dónde más irías? ¿Qué más necesitas? Mantente firme en él hasta el fin.

Padre celestial, gracias por esta carta maravillosa que nos muestra la supremacía de Cristo en todo. Gracias porque en él tenemos todo lo que necesitamos para perseverar hasta el fin. Ayúdanos a vivir como peregrinos que buscan la ciudad permanente. Ayúdanos a amar a los hermanos, a honrar a nuestros pastores, y a salir a Cristo fuera del campamento llevando su oprobio. Que nunca olvidemos que Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos. En su nombre precioso, amén.

*Lecturas del plan para hoy:

1 Crónicas 11-12, Hebreos 13, Amós 7, Lucas 2

*Este devocional está basado en el plan de lecturas de Robert Murray M'Cheyne

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Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado en Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.