Devocional para el 20 de abril

Versículo base: «Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia.» (2 Timoteo 3:16)

La autoridad inmutable de la Palabra

Las opiniones y los estándares morales fluctúan con cada generación, los códigos éticos se reescriben según las preferencias culturales, y lo que una vez fue inimaginable ahora se celebra como progreso. En medio de este cambio constante, el alma humana anhela por naturaleza un punto fijo, un ancla, una brújula que no oscile con cada nueva corriente ideológica. Necesitamos un faro que permanezca firme a través de los siglos, una luz que no parpadee en los momentos más oscuros. La Biblia, la Palabra de Dios, es precisamente ese faro.

Entendiendo el pasaje

En el capítulo 3, Pablo advierte sobre los “tiempos peligrosos” de los últimos días, describiendo personas que tienen “apariencia de piedad” pero niegan su poder. Ante esta amenaza de falsas enseñanzas, Pablo dirige a Timoteo hacia el único fundamento seguro: las Sagradas Escrituras. El versículo 16 contiene una de las declaraciones más importantes sobre la naturaleza e importancia de la Biblia.

La frase “Toda Escritura es inspirada por Dios” afirma que la Biblia no es, como algunos sugieren, un simple libro escrito por hombres sobre Dios. En efecto, aunque Dios se valió de autores humanos, ellos inscribieron inspirados por el Espíritu en el uso pleno de sus personalidades pero dando como resultado una conjunto de Escritos sin error ni contradicciones en sus idiomas originales. La palabra traducida como “inspirada por Dios” (theopneustos) literalmente significa “exhalada por Dios” o “soplada por Dios” – sugiriendo que las Escrituras son el aliento mismo de Dios. La segunda parte del versículo describe la utilidad cuádruple de las Escrituras: enseñan la verdad, reprenden el error, corrigen el comportamiento desviado, e instruyen en el camino de la justicia. Este pasaje establece tanto la autoridad divina de la Biblia como su suficiencia práctica para toda la vida cristiana.

Tres verdades bíblicas

  • La Palabra de Dios tiene autoridad porque viene de Él La autoridad de la Escritura no descansa en que nos parezca razonable o culturalmente relevante, sino en su origen divino. Tampoco es un libro que contiene la palabra de Dios entre otras palabras; es la Palabra de Dios en su totalidad. Esto cambia la manera en cómo nos acercamos a ella. Cuando leemos la Biblia,nos estamos encontrando con el Dios viviente que habla directamente a nuestras vidas. Su autoridad trasciende el tiempo, la cultura y las preferencias personales. Debemos permitir que la Palabra juzgue tus nuestros pensamientos y acciones y no juzgar la Palabra según nuestras propias ideas preconcebidas.
  • La Escritura es completamente suficiente para la vida y piedad La cuádruple utilidad que Pablo describe cubre todas las necesidades espirituales. La Escritura enseña lo que debemos creer, reprende lo que debemos rechazar, corrige lo que debemos cambiar, e instruye en cómo debemos vivir. No necesitamos una revelación adicional para conocer a Dios o seguir su voluntad. Esta verdad es importante sobre todo por la inclinación que tenemos a crear una religión personalizada, acomodada a nuestras preferencias. Dios ya ha proporcionado todo lo que necesitamos para una fe vibrante y obediente. Las modas espirituales vendrán y se irán, pero la suficiencia de la Escritura permanece. Cuando enfrentes decisiones o dilemas, busca primero la sabiduría de Dios en su Palabra, acude a ella como primera regla y no como el último recurso, después que ya has agotado todas las otras fuentes.
  • La palabra debe cambiarnos y no solo informarnos El mero conocimiento bíblico sin aplicación personal produce fariseos, no discípulos. Pablo continúa en el versículo 17 explicando el propósito final de la Escritura: “a fin de que el hombre de Dios sea perfecto [maduro], equipado para toda buena obra.” La Palabra debe producir cambios en quienes han sido regenerados. Cada vez que abrimos la Biblia, nos exponemos a su poder transformador que va mucho más allá de la acumulación de conocimiento. La lectura efectiva de la Escritura ocurre cuando permitimos que nos enseñe, nos reprenda, nos corrija y nos instruya – cuando respondemos con obediencia a lo que leemos. Un error común en esto es quedarnos solo con aquellas porciones de la biblia que nos animan o nos dan esperanza, pero si TODA la Escritura es inspirada es porque toda ella es útil para nuestra edificación, incluso las porciones que son difíciles de procesar.

Reflexión y oración

La Palabra de Dios permanece como un ancla inquebrantable en tiempos turbulentos. A diferencia de lo que la sabiduría de este mundo ofrece que es volátil y cambiante, la Escritura nos provee una fuente de autoridad inmutable, una guía infalible y un poder que tiene un efecto transformador en quienes se exponen a ella. La Biblia es el único libro que puede reclamar ser la revelación definitiva de Dios a la humanidad.

Padre celestial, gracias por el tesoro incomparable de tu Palabra. Reconozco que a menudo busco sabiduría en fuentes que cambian con el viento en lugar de acudir a la verdad que permanece para siempre. Ayúdame a valorar tu Palabra por lo que realmente es: tu aliento, tu revelación, tu guía perfecta. Que no sea solo un libro que leo, sino una autoridad que obedezco y un poder que me transforma. Cuando las voces de este mundo griten cada vez más fuerte, afina mi oído para escuchar tu voz en las páginas de la Escritura. Hazme hambriento de tu Palabra, sumiso a su autoridad y transformado por su poder. En el nombre de Cristo, la Palabra hecha carne. Amén.

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*Lecturas del plan para hoy:

Levítico 24, Salmos 31, Eclesiastés 7, 2 Timoteo 3

*Este devocional está basado en el plan de lecturas de Robert Murray M'Cheyne

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Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado en Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.