Devocional para el 20 de junio

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Versículo base: «El que da testimonio de estas cosas dice: “Ciertamente vengo en breve.” Amén; sí, ven, Señor Jesús.»(Apocalipsis 22:20, NBLA)

La última página que es el primer día

Cuando terminas de leer un libro que realmente te ha marcado, hay algo en ti que no quiere cerrar la última página. Es como si no quisieras que la historia termine. Pero hay libros que no terminan realmente, sino que te cambian la forma de ver todo lo que viene después. Apocalipsis es ese tipo de libro. Juan no cierra esta revelación con un “fin”, sino con una promesa y una oración que debería acompañarnos cada mañana: «Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús».

Hemos llegado al final de nuestro viaje juntos a través de este libro tan hermoso, pero en realidad, estamos en el comienzo de lo que Dios espera de nosotros en una nueva vida. La esperanza de su victoria final nos alumbra en el oscuro tránsito que a veces nos resulta esta vida terrenal.

Entendiendo el pasaje

El capítulo 22 nos muestra el río de agua de vida que fluye del trono de Dios y del Cordero, y el árbol de la vida que da fruto cada mes para la sanidad de las naciones. Pero todo esto culmina con la voz personal del mismo Jesús: «Ciertamente vengo en breve». No es Juan quien habla, no es un ángel quien promete. Es Cristo mismo quien sella toda esta revelación con su palabra personal.

La expresión «en breve» no habla tanto de cuándo ocurrirá, sino de cómo ocurrirá. Cuando llegue el momento, será súbito, definitivo, ineludible. Como un rayo que cruza el cielo en un instante, así será su venida.

Y la respuesta de Juan, que es la respuesta de toda la Iglesia, es esta: «Amén; sí, ven, Señor Jesús». Esta no es la oración desesperada de alguien que quiere escapar del mundo, sino el anhelo gozoso de quien ha visto la gloria de lo que nos espera. Es la oración que nace naturalmente cuando entiendes hacia dónde se dirige toda la historia.

Tres verdades bíblicas

    Ahora tienes el mapa completo de la historia Hemos caminado juntos por cada sección de Apocalipsis. Viste a Cristo glorificado caminando entre sus iglesias en la tierra, contemplaste el trono del universo donde Dios reina soberano, entendiste que el conflicto que enfrentas tiene raíces cósmicas, conociste a los verdaderos combatientes de esta guerra, fuiste testigo de la justicia perfecta de Dios, presenciaste la victoria final del Rey, y contemplaste la restauración completa de todas las cosas. No hay sorpresas en el futuro. No hay páginas en blanco en el plan de Dios. No caminamos a ciegas, como si no tuviéramos destino, por supuesto que no, porque conocemos cómoo terminará la historia.

    Apocalipsis es sobre esperanza y no sobre terror Espero que después de estas semanas juntos, este libro ya no sea para ti una fuente de temor, sino de esperanza inquebrantable. Si antes veías misterios indescifrar­ables, ahora puedes ver la clara revelación de Jesucristo y su plan. Si antes veías solo dolor y confusión, ahora puedes ver la luz gloriosa del destino que nos espera. Este libro no fue escrito para asustarte, sino para anclarte en la certeza de que Dios controla cada detalle de la historia y que el Cordero ya ha vencido. Cada lunes difícil, cada crisis inesperada, cada momento de dolor, ahora tienes una esperanza que el mundo no puede quitarte.

    La oración más poderosa es la más sencilla «Ven, Señor Jesús». Estas cuatro palabras resumen toda la esperanza cristiana. No es escapismo; es fe bíblica. Cuando oras esto, reconoces que solo Cristo puede traer justicia perfecta, restaurar lo que está roto y hacer nuevas todas las cosas. Es la oración que te sostiene cuando todo se tambalea, porque sabes que tu Rey viene y que absolutamente nada puede frustrar sus planes. En Cristo tenemos mucho más que perdón; tenemos la promesa segura de que Él restaurará toda la creación y habitará con nosotros para siempre.

Reflexión y oración

El hilo de toda la Biblia es la fidelidad inquebrantable de Dios para cumplir sus promesas. Desde Génesis hasta Apocalipsis, vemos a un Dios que no abandona su plan original, sino que lo lleva a cabo a través de la redención. La esperanza de la segunda venida además de ser consuelo para el futuro; es poder para el presente. Es saber que cada lágrima que derramas tiene fecha de vencimiento, que cada injusticia será corregida, y que cada promesa de Dios se cumplirá exactamente como Él lo ha dicho.

Señor Jesús, te damos gracias por esta revelación que nos has dado. Gracias por no dejarnos adivinando sobre el futuro, sino por mostrarnos el final de la historia y tu victoria segura. Que todo lo que hemos visto en estos meses llene nuestros corazones de esperanza y nos dé valentía para vivir como tus testigos fieles cada día. Perdónanos cuando vivimos como si este mundo fuera todo lo que existe, y ayúdanos a mantener nuestros ojos fijos en tu promesa. La gracia del Señor Jesús sea con todos nosotros. Amén; sí, ven, Señor Jesús.

Deuteronomio 25, Salmos 116, Isaías 52, Apocalipsis 22

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Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado en Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.