Devocional para el 22 de octubre

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Versículo base: «Finalmente, hermanos, oren por nosotros, para que la palabra del Señor se extienda rápidamente y sea glorificada, así como sucedió también con ustedes» (2 Tesalonicenses 3:1, NBLA)

El Poder de la oración en el avance del Reino

Una de las cosas que hace que la oración se convierta en un hábito difícil de cultivar es la sensación de que no parece hacer mucha diferencia. Digamos que alguien te pide que ores por la situación política de un país. Inmediatamente piensas: ¿cómo podría mi oración cambiar un gobierno, traer prosperidad económica y contentamiento social? Así que nuestras oraciones se hacen rutinarias o apagadas. Pero este pasaje es muy alentador. Aquí, ni más ni menos que el apóstol Pablo, el misionero más prolífero que haya tenido la iglesia, está pidiendo oración a los hermanos de Tesalónica para que la palabra del Señor se extienda rápidamente.

Entendiendo el pasaje

Pablo escribió esta segunda carta a los tesalonicenses poco tiempo después de su primera carta. En su primera carta había enseñado sobre el regreso de Cristo, pero algunos en la iglesia habían malinterpretado sus palabras. Algunos creyentes estaban confundidos pensando que el día del Señor ya había llegado. Otros incluso habían dejado de trabajar, esperando el regreso inminente de Cristo en cualquier momento. En esta segunda carta les está llamando a corregir estos malentendidos y para exhortarlos a perseverar en la fe en medio de la persecución que estaban enfrentando.

Y aquí, al final de la carta, les pide oración. Pide específicamente que oren para que «la palabra del Señor se extienda rápidamente y sea glorificada». En otras palabras, quiere que oren por la expansión del evangelio. Veamos lo curioso de esto: Pablo era un apóstol, había plantado iglesias por todo el mundo conocido, había hecho milagros, había enfrentado persecución feroz. Pero aun así reconoce que necesita las oraciones de los santos. En Efesios 6:19 pide lo mismo: que oren para que se le dé palabra al abrir su boca. En Colosenses 4:3 pide que oren para que Dios les abra puerta para la palabra. Esta petición es consistente en Pablo porque entendía algo fundamental sobre cómo avanza el reino de Dios.

Tres verdades bíblicas

Dios es soberano, pero ha decidido obrar en respuesta a nuestras oraciones – Aquí está el misterio que debemos abrazar. Dios no necesita nada de nosotros. Él es completamente soberano sobre todo. Pero en su sabiduría, ha decidido hacer avanzar su reino a través de las oraciones de su pueblo. Pablo sabía esto. Sabía que Dios es quien salva, quien abre corazones, quien da crecimiento. Pero también sabía que Dios responde las oraciones de sus santos. Cuando oras por la expansión del evangelio, Dios abre puertas. Cuando oras por los misioneros, Dios los protege y les da palabra. Tu oración importa. Dios ha elegido usarla como medio para cumplir sus propósitos. Eso debería motivarte a orar con más confianza.

Cuando oramos a Dios, no oramos al aire – No importa cuál sea el motivo de tu oración. Puede parecer imposible. Puede parecer que tu oración es insignificante ante la magnitud del problema. Pero cuando oras a Dios, Él te escucha. Pablo le estaba pidiendo a una pequeña congregación en Tesalónica que orara por él. Esa iglesia no tenía poder político, no tenía influencia, estaba siendo perseguida. Pero Pablo sabía que sus oraciones llegaban al trono de Dios. Tus oraciones llegan al trono del Dios todopoderoso. Cuando oras por esa persona que parece tan lejos de Cristo, Dios te escucha. Cuando oras por ese país donde parece imposible que el evangelio llegue, Dios te escucha. Cuando oras por tu pastor, por los misioneros, por la iglesia, Dios responde. Nunca dudes del poder de la oración.

La oración es el arma ofensiva de la iglesia – El reino y el plan de Dios avanzan espiritualmente. El reino de Dios es espiritual y avanza por medios espirituales. Y la oración es una de las armas principales que Dios nos ha dado. Por eso no debemos dejar de orar por más iglesias, por los misioneros, porque la palabra llegue a donde aún no ha llegado. Y eso incluye incluso a los que están cerca de nosotros. Pablo pedía oración para que la palabra se extendiera rápidamente. La palabra «rápidamente» aquí significa sin obstáculos, sin estorbos. Cuando oramos, Dios remueve obstáculos. Cuando oramos, puertas cerradas se abren. Cuando oramos, el evangelio avanza. Entonces ora por tu familia que aún no conoce a Cristo. Ora por tus compañeros de trabajo. Ora por los misioneros que están en lugares peligrosos. Ora por tu iglesia local para que sea fiel en proclamar la palabra. Porque a través de tu oración, el reino de Dios avanza.

Reflexión y oración

Dios ha decidido usar tus oraciones para hacer avanzar su reino. No ores con duda. Ora con fe. Ora por la expansión del evangelio. Ora por aquellos que llevan la palabra. Tu oración no es en vano.

Señor, perdónanos cuando oramos con duda o con frialdad. Gracias porque has elegido usar nuestras oraciones para hacer avanzar tu reino. Te pido que la palabra del Señor se extienda rápidamente. Abre puertas para el evangelio. Protege a los misioneros. Da valentía a tu iglesia. Y úsanos, Señor, como instrumentos de oración en tu reino. En el nombre de Jesús, amén.

*Lecturas del plan para hoy:

2 Reyes 3, 2 Tesalonicenses 3, Daniel 7, Salmos 114-115

*Este devocional está basado en el plan de lecturas de Robert Murray M'Cheyne

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Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado en Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.