Devocional para el 26 de abril

Versículo base: “Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por Su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas, por medio de quien hizo también el universo.” (Hebreos 1:1-2, NBLA)

La revelación suprema

Estoy tan emocionado de comenzar este nuevo libro en nuestro plan de lecturas diarias. Es uno de mis libros favoritos del Nuevo Testamento y ha significado mucho ánimo en mi carrera de fe pero también una fuente de entendimiento del papel de Cristo y su centralidad en toda la Escritura. Él es la voz que somos llamados a oír.

Cada mañana abrimos nuestros teléfonos y somos bombardeados por miles de voces que claman nuestra atención. Noticias, redes sociales, amigos, familiares y compañeros de trabajo – todos tienen algo que decir. En medio de este ruido incesante, ¿cómo identificamos la voz que realmente importa? Hebreos comienza afirmando que Dios ha hablado, y que su palabra final y definitiva vino a través de su Hijo.

Entendiendo el pasaje

Muchos eruditos creen que originalmente fue un sermón que luego se adaptó como carta. Su autor permanece desconocido, aunque históricamente se ha atribuido a Pablo, Bernabé, Apolos y otros. Lo que sí sabemos es que se escribió para creyentes judíos que enfrentaban persecución y estaban tentados a abandonar su fe en Cristo para volver al judaísmo tradicional.

El libro comienza con una declaración magistral sobre la revelación divina. El autor contrasta cómo Dios se comunicó en el pasado (de forma fragmentada, “en muchas ocasiones y de muchas maneras”) con cómo se ha revelado finalmente en Cristo. Las palabras para “hablado” en el versículo 1 y la usada en el versículo 2 están estratégicamente colocadas para marcar este contraste. La primera indica una acción continua en el pasado, mientras que la segunda señala una acción completa y definitiva. El mensaje es claro: en Cristo, Dios ha hablado su palabra final y completa.

Tres verdades bíblicas

  1. Cristo es la revelación suprema de Dios Dios ya no habla principalmente a través de sueños, visiones o profetas como lo hacía en el Antiguo Testamento. Ha hablado definitivamente en y a través de su Hijo. Esto tiene implicaciones prácticas para tu vida. No necesitas buscar nuevas revelaciones especiales, voces misteriosas o señales sobrenaturales para conocer la voluntad de Dios. Si quieres saber cómo es Dios, mira a Cristo. Si quieres saber qué piensa Dios sobre algo, estudia las palabras y acciones de Cristo. Él es la Palabra hecha carne, el mensaje viviente y completo de Dios para nosotros.
  2. Toda la Biblia apunta a Cristo Cuando los discípulos caminaban hacia Emaús tras la resurrección, Jesús “comenzando desde Moisés y todos los profetas, les explicó lo referente a Él en todas las Escrituras” (Lucas 24:27). El Antiguo Testamento no es una colección de historias desconectadas o un conjunto de reglas morales. Es la historia de la redención que encuentra su cumplimiento en Jesús. Cuando lees la Biblia, busca a Cristo en cada página. Las profecías lo anuncian, los sacrificios lo prefiguran, la ley lo anticipa y la historia lo prepara. Todo apunta hacia Él.
  3. Cristo es el creador y heredero de todo El texto afirma que Dios hizo el universo por medio de Cristo y lo constituyó “heredero de todas las cosas”. Esto significa que Cristo no solo es el agente de la creación sino también su legítimo dueño y señor. Cada átomo del universo le pertenece por derecho. Cuando entregas tu vida a Cristo, no estás haciendo un favor a Dios; estás reconociendo la realidad de quién es el verdadero dueño de tu vida.

Reflexión y oración

La manera en que Dios eligió revelarse finalmente a la humanidad dice mucho sobre quién es Él. No nos envió simplemente otro profeta o un libro de reglas; nos envió a su Hijo. Dios eligió hablar en el lenguaje más íntimo y personal posible: una vida humana vivida entre nosotros. En Cristo, vemos que Dios no está distante ni desinteresado, sino profundamente comprometido con nuestra redención y restauración.

Padre celestial, gracias por hablarme tan claramente a través de tu Hijo. Perdóname por las veces que he buscado señales misteriosas o nuevas revelaciones en lugar de simplemente conocer mejor a Jesús. Ayúdame a ver a Cristo en cada página de las Escrituras y a reconocer su señorío sobre cada aspecto de mi vida. Que hoy pueda escuchar su voz por encima del ruido de este mundo y seguirle con todo mi corazón. En el nombre de Jesús, amén.

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*Lecturas del plan para hoy:

Números 3, Salmos 37, Cantar de los Cantares 1, Hebreos 1

*Este devocional está basado en el plan de lecturas de Robert Murray M'Cheyne

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Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado en Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.