Lo único necesario
Estamos a punto de entrar al convulsionado, melancólico y siempre esperado mes de diciembre, y con él llega toda la avalancha de preparativos navideños. Las listas de compras, las decoraciones, las reuniones familiares y los compromisos sociales comienzan a acumularse. Es irónico que en una fecha donde supuestamente celebramos a Cristo terminemos tan ocupados que no tengamos tiempo para estar con Él. Marta nos enseña algo sobre este peligro.
Entendiendo el pasaje
Jesús y sus discípulos llegaron a la casa de Marta y María en Betania. Marta los recibió con hospitalidad y comenzó a preparar todo para atenderlos bien. Mientras tanto, María se sentó a los pies de Jesús para escucharlo. Marta se molestó porque sentía que estaba haciendo todo el trabajo sola, así que le pidió a Jesús que le dijera a María que la ayudara. La respuesta de Jesús es sorprendente porque no regaña a María por no estar sirviendo. En lugar de eso, confronta suavemente a Marta por estar tan preocupada y afanada por muchas cosas que perdió de vista lo más importante.
Jesús no está diciendo que el servicio es malo o que la hospitalidad no importa. Lo que está señalando es la prioridad. Marta estaba haciendo cosas buenas, pero su corazón estaba dividido entre el servicio y la ansiedad. María, en cambio, eligió estar presente con Jesús, y esa era la parte buena que nadie podía quitarle. El contraste no es entre hacer y no hacer nada, sino entre estar ocupado sin enfoque y estar presente con Jesús como la prioridad principal.
Tres verdades bíblicas
1. Podemos estar haciendo muchas cosas para Dios y estar lejos de Dios – Marta estaba sirviendo en la casa donde Jesús estaba presente, pero su corazón no estaba con Él. Estaba preocupada, molesta y resentida. Es posible estar involucrado en actividades religiosas y al mismo tiempo estar emocionalmente distante de Dios. Puedes estar en la iglesia cada domingo, servir en ministerios, dar tu diezmo y leer tu Biblia, pero si todo eso lo haces con un corazón afanado y distraído, te estás perdiendo lo esencial. El activismo religioso no es lo mismo que la intimidad con Dios. Pregúntate hoy si tus actividades cristianas te están acercando a Cristo o simplemente te están manteniendo ocupado.
2. Estar con el Señor no significa no hacer nada más, sino que Él es lo más importante – María no estaba siendo floja al sentarse a los pies de Jesús. Estaba haciendo lo más importante en ese momento. Jesús no está llamándonos a una vida de inactividad espiritual donde no hagamos nada útil. Lo que está diciendo es que todo lo que hagamos debe fluir de nuestra relación con Él. Cuando estás con Dios primero, tu servicio se transforma porque ya no estás trabajando desde la ansiedad sino desde el desbordamiento de tu comunión con Él. Estar con Jesús no es una opción más en tu lista de tareas, es el fundamento de todo lo demás. Si comienzas tu día afanado por todo lo que tienes que hacer sin antes estar con Dios, terminarás como Marta: haciendo muchas cosas pero con el corazón molesto y dividido.
3. Lo que escoges hoy determina lo que tendrás mañana – Jesús dice que María escogió la parte buena, la cual no le será quitada. Marta eligió el afán y la ansiedad, y eso fue exactamente lo que obtuvo. María eligió estar con Jesús, y nadie podía arrebatarle esa experiencia. Cada día tomas decisiones sobre cómo usar tu tiempo y dónde pones tu enfoque. Puedes elegir llenar tu agenda con actividades que te dejan vacío, o puedes elegir priorizar tu tiempo con Dios sabiendo que todo lo demás fluirá de ahí. La presencia de Dios en tu vida no es algo que sucede por accidente. Es el resultado de decisiones intencionales y repetidas de estar con Él por encima de todo lo demás.
Reflexión y oración
Mientras te preparas para entrar en diciembre, con todas sus demandas y expectativas, recuerda la lección de Marta y María. No permitas que la temporada más ocupada del año te robe lo único necesario. Estar con Jesús no es un lujo espiritual para cuando tengas tiempo libre. Es la prioridad que da sentido a todo lo demás.
Señor Jesús, perdónanos por las veces que estamos tan ocupados haciendo cosas para ti que no tenemos tiempo de estar contigo. Ayúdanos a elegir la parte buena cada día. Enséñanos a descansar a tus pies antes de lanzarnos a la actividad. Que nuestra relación contigo sea el fundamento de todo lo que hacemos. En tu nombre, amén.
