Devocional para el 29 de julio

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Versículo base: «Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa» (Hechos 16:31, NBLA)

La pregunta más importante de todas

¿Qué sucede cuando el suelo bajo tus pies comienza a temblar? Cuando las seguridades de tu vida —tu trabajo, tu salud, tu familia, tu futuro— se sacuden y las puertas que mantenían todo en orden se abren de par en par. Nuestra reacción natural es el pánico. Buscamos desesperadamente una salida, una solución, una forma de recuperar el control. La historia del carcelero de Filipos nos presenta a un hombre que vivió esto de manera literal y figurada. Era un hombre común, con un trabajo de responsabilidad, cuya vida predecible fue destrozada en una noche. Y fue precisamente en ese momento de terror y quebrantamiento, cuando su vida pendía de un hilo, que estuvo listo para hacer la pregunta más importante de todas.

Entendiendo el pasaje

Este es el escenario: Pablo y Silas han sido injustamente arrestados, azotados con varas y encerrados en la celda más profunda y segura de la prisión, con los pies sujetos en el cepo. Humanamente, su situación era miserable y sin esperanza. Sin embargo a medianoche, en medio del dolor y la oscuridad, estaban orando y cantando himnos a Dios. Su adoración fue un testimonio tan potente que los demás presos los escuchaban.

Entonces, Dios interviene. Un terremoto violento sacude la prisión, abriendo todas las puertas y soltando las cadenas de todos. No hay duda que es un milagro de Dios. El carcelero, despertando en pánico y asumiendo que todos han huido, está a punto de suicidarse para evitar la ejecución que le esperaba por su aparente fracaso. Su preocupación inicial es puramente por su vida y su honor.

Pero el grito de Pablo lo detiene: “¡No te hagas ningún daño, pues todos estamos aquí!” Este es el punto de inflexión. El carcelero no solo ve un milagro, sino que recibe una gracia inmerecida: los prisioneros no escaparon y le salvaron la vida. Su temor a sus jefes romanos es reemplazado por un temor reverencial al Dios de estos hombres. Cae temblando y pregunta: “Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?” Esta pregunta, nacida del terror por su vida física, se ha vuelto un clamor por la salvación de su alma al encontrarse cara a cara con el poder y la misericordia de Dios.

Tres verdades bíblicas

  1. Dios a menudo usa los “terremotos” de la vida para captar nuestra atención El carcelero estaba cómodo en su rutina y su autoridad. Estaba espiritualmente dormido. Tuvo que ocurrir una crisis que sacudiera los cimientos de su existencia para que despertara a su necesidad de salvación. A menudo, Dios debe permitir que nuestras falsas seguridades —nuestra carrera, nuestra salud, nuestra estabilidad financiera— sean sacudidas para que dejemos de confiar en ellas y pongamos nuestra confianza en él. Si estás atravesando un “terremoto” personal, aunque sea doloroso, pregúntate si Dios lo estará usando para llevarte a hacer la pregunta más importante y a encontrar la única respuesta que da vida verdadera.
  2. La adoración en la oscuridad es uno de los testimonios más poderosos La conversión del carcelero comenzó con el sonido de la adoración que salía de la celda más oscura. La fe de Pablo y Silas, expresada en cantos en medio de un sufrimiento tan atroz, preparó el terreno para el milagro. Demostró que su Dios era real y digno de alabanza incluso en las peores circunstancias. Nuestra fe se vuelve más visible y atractiva cuando elegimos adorar en medio de nuestras pruebas. De modo que, tu respuesta en la dificultad puede ser el sermón más elocuente que prediques a un mundo que te ve.
  3. La respuesta a la pregunta más importante de la vida es una Persona, no un proceso “¿Qué debo hacer…?” preguntó el carcelero, esperando seguramente una lista de tareas o rituales. La respuesta del cielo fue: “Cree en el Señor Jesucristo”. La salvación es por fe, no por obras. No es algo que ganamos con esfuerzo, sino un regalo que recibimos por confiar en la obra de Cristo: su vida perfecta, su muerte sacrificial y su resurrección victoriosa. Frente a las preguntas más complejas de la vida y el peso de nuestro pecado, el evangelio nos ofrece libertad. La salvación había venido para el carcelero y para toda su casa, no de forma automática, pero ni él ni su familia moriría sino todo lo contrario, vivirían, lo que en efecto sucedió cuando abrazaron la misma que el carcelero había abrazado.

Reflexión y oración

Dios usa los terremotos de la vida para despertarnos a nuestra necesidad de Él. La adoración en las pruebas es el testimonio más poderoso del mundo. Tu crisis puede ser la puerta de entrada para una gracia que es una fuente de descanso suficiente.

Señor, se que a veces necesitas sacudir mi mundo para captar mi atención. Ayúdame a ver tus plan en las crisis de mi vida. Dame gracia para adorarte en la oscuridad, sabiendo que mi testimonio en las pruebas puede preparar el corazón de otros para recibir tu gracia. Gracias porque la respuesta a mi necesidad más profunda no es una lista de cosas que hacer, sino una Persona en quien confiar. Que mi fe descanse completamente en lo que Jesús ya hizo por mí en la cruz. En su nombre, amén.

*Lecturas del plan para hoy:

Jueces 12, Hechos 16, Jeremías 25, Marcos 11

*Este devocional está basado en el plan de lecturas de Robert Murray M'Cheyne

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Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado en Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.