Devocional para el 30 de abril

Versículo base: “Pues aunque ya debieran ser maestros, otra vez tienen necesidad de que alguien les enseñe los principios elementales de los oráculos de Dios, y han llegado a tener necesidad de leche y no de alimento sólido.” (Hebreos 5:12, NBLA)

El camino del crecimiento espiritual

¿Quién no ha estado cerca de un bebe y ha envidiado su estado de no preocupación?, su mundo gira en torno a las necesidades más básicas: comer, dormir, jugar y recibir amor. Es apropiado para su edad y lo más que podemos sentir es envidia tierna (si se me permite combinar ambas palabras). Ahora bien, lo que resultaría preocupante es si dentro de diez o 15 años siguiera comportándose exactamente igual. Bueno, El autor de Hebreos expresa precisamente esta preocupación acerca de sus lectores: han permanecido espirituales bebés cuando ya deberían haber crecido.

Entendiendo el pasaje

El capítulo 5 de Hebreos forma parte de una sección importante de la carta, donde el autor desarrolla la superioridad de Cristo como nuestro Sumo Sacerdote. Después de establecer que Jesús es superior a los ángeles y a Moisés en los primeros capítulos, ahora argumenta que Su sacerdocio supera al sacerdocio levítico. Cristo es presentado como el sacerdote perfecto “según el orden de Melquisedec”, una figura misteriosa del Antiguo Testamento que prefiguraba a Cristo.

Pero justo cuando el autor está llegando al corazón de su argumento, se detiene abruptamente. Reconoce que lo que está explicando es “difícil de entender” no porque el tema sea inherentemente complicado, sino porque sus lectores se han vuelto “tardos para oír”. El problema no estaba en el mensaje, por supuesto, sino en los receptores.

Como creyentes que llevaban años en la fe, deberían estar enseñando a otros, pero en lugar de eso, necesitaban volver a aprender las verdades más básicas. Esta regresión espiritual era peligrosa porque los hacía vulnerables a abandonar la fe bajo presión, la que ya, por cierto, estaban viviendo.

Tres verdades bíblicas

  1. El crecimiento espiritual requiere intencionalidad El estancamiento espiritual comúnmente es producto de la negligencia. Una planta que no se riega se marchita gradualmente. El autor utiliza la frase “se han hecho tardos para oír”, sugiriendo que este no era su estado original. Es fácil caer en rutinas religiosas vacías donde cumplimos con los rituales pero nuestro corazón está ausente. Hoy, toma una decisión deliberada, intencional, de acercarte a la Palabra con hambre real, pidiendo a Dios que renueve tu pasión por las verdades fundamentales del evangelio.
  2. Los fundamentos son para profundizar, no para abandonar El crecimiento cristiano consiste en profundizar en las mismas verdades, no en abandonarlas por ideas nuevas y exóticas. Los “principios elementales” mencionados aquí son fundamentales precisamente porque sostienen todo lo demás. Piensa en las grandes doctrinas: la deidad de Cristo, la salvación por gracia, la suficiencia de la Cruz. Estas no son verdades que aprendemos una vez y dejamos atrás. Son pozos profundos en los que debemos sumergimos repetidamente, descubriendo nuevas dimensiones de su belleza y poder. Un cristiano maduro es alguien que crece sobre las verdades fundamentales de la fe, las cuales está condensadas en el evangelio mismo.
  3. La madurez espiritual se demuestra en nuestra capacidad para alimentar a otros El autor esperaba que después de años en la fe, estos creyentes estuvieran enseñando a otros. La verdadera marca de madurez espiritual es la capacidad de nutrir espiritualmente a otras personas. Esto va más allá de memorizar datos bíblicos; implica aplicar sabiamente la verdad de Dios a situaciones reales. Pregúntate: ¿estás equipado para guiar a un nuevo creyente? ¿Puedes articular claramente el evangelio y su aplicación? ¿Acaso todavía sigues siendo un consumidor estático en lugar de un proveedor de verdad para otros? Estas preguntas son honestas, el evangelio es presentado como un camino porque Dios espera que quienes lo transitan se muevan, no que permanezcan siempre en el mismo lugar. Por lo que si la respuesta a las anteriores preguntas es no, quizás has permanecido como un bebé espiritual más tiempo del debido. La buena noticia es que puedes comenzar hoy mismo a crecer.

Reflexión y oración

El crecimiento espiritual nunca es automático. Requiere disciplina deliberada, hambre constante de la Palabra y una comunidad que nos desafíe a avanzar. Lo maravilloso es que Dios mismo se compromete a completar la obra que comenzó en nosotros. Con Cristo como nuestro perfecto Sumo Sacerdote intercediendo por nosotros, tenemos todo lo necesario para crecer “hasta la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.

Padre celestial, reconozco las áreas donde he permanecido como un niño espiritual. Perdóname por la negligencia y la comodidad que han estancado mi crecimiento. Renueva mi hambre por tu Palabra y mi pasión por las verdades fundamentales del evangelio. Gracias por Jesús, mi perfecto Sumo Sacerdote, que intercede por mí y me da acceso a tu presencia. Ayúdame a crecer hasta ser alguien que pueda alimentar espiritualmente a otros. Quiero honrarte con una fe madura que persevera en medio de cualquier prueba. En el nombre de Jesús, amén.

Lecturas del plan para hoy: Números 7, Salmos 42-43, Cantar de los Cantares 5, Hebreos 

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*Lecturas del plan para hoy:

Números 6, Salmos 40-41, Cantar de los Cantares 4, Hebreos 

*Este devocional está basado en el plan de lecturas de Robert Murray M'Cheyne

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Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado en Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.