Devocional para el 4 de julio

Compartir devocional

Versículo base: «Entonces Josué les dijo a los sacerdotes: “Tomen el arca del pacto y que siete sacerdotes lleven siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca del SEÑOR”» (Josué 6:6)

Cuando Dios actúa de manera inesperada

Cuando enfrentamos problemas siempre pensamos en formas prácticas de resolverlos. De hecho, dependiendo el tipo de problema, inmediatamente planeamos una solución que sea lógica. Si tenemos una avería en el carro, lo primero que pensamos es en buscar un mecánico. Si es una avería en la tubería de nuestra casa, pensaríamos en un plomero. Sin embargo, cuando se trata de Dios, a veces la forma en la que él nos pide resolver ciertas cosas no coincide con nuestra intuición o con lo que nosotros haríamos. Dios, que es el dueño de un panorama mucho más amplio, de un poder mucho más infinito, y que habita en una realidad muy distinta a la nuestra, a veces nos pide cosas que van en contra de lo que pudiera ser nuestra intuición, pero es la manera en la que él actúa. Y este es uno de esos pasajes: la famosa historia de la conquista de Jericó, donde el Señor le pide a un ejército salir a la batalla contra una ciudad caminando durante siete días.

Entendiendo el pasaje

Todo el proceso que el pueblo de Israel ha recorrido hasta llegar hasta este punto los ha preparado para este momento. Han cruzado el río Jordán milagrosamente y ahora están listos para empezar la conquista de la tierra prometida. Esta es la primera guerra que ellos van a librar como nación establecida en Canaán. No son un ejército entrenado profesionalmente; son gente que salió de Egipto sin armas y sin experiencia militar, pero que están confiando en la dirección del Señor a través de su líder Josué, y que han visto el poder de Dios obrar de maneras realmente significativas a lo largo del desierto.

Ahora bien, el plan de batalla que Dios les da es completamente contrario a cualquier estrategia militar conocida. En lugar de arietes, catapultas o escaleras para asaltar las murallas, Dios les ordena caminar alrededor de la ciudad una vez al día durante seis días, y el séptimo día, dar siete vueltas. El elemento más «ofensivo» de su arsenal serían las trompetas de cuerno de carnero y sus voces gritando. Jericó era una ciudad fortificada, con murallas dobles de hasta ocho metros de altura. Humanamente hablando, el plan de Dios no tenía sentido. Pero el sentido de este pasaje no está en la lógica militar, sino en la obediencia y la confianza en que Dios pelea las batallas de su pueblo de maneras que van más allá de nuestra comprensión.

Tres verdades bíblicas

  1. Los caminos de Dios no son nuestros caminos Las formas en las que Dios nos pide actuar o cómo resolver ciertas circunstancias no siempre coinciden con nuestra manera de hacerlo. A veces todo lo que el Señor nos llama a hacer en ciertas situaciones es orar, otras veces esperar, otras veces quizá simplemente aceptar su voluntad. No siempre tenemos que «hacer algo». Debes estar dispuesto a oír la voz de Dios como él te guía por medio de su palabra, y también dispuesto a reconocer que no puedes resolverlo todo. Hay formas en las que Dios actúa y nos pide que actuemos que requieren nuestra confianza en su dirección, no en nuestra sabiduría.
  2. Dios ejercita nuestra paciencia en la espera Durante seis días, el pueblo tuvo que caminar alrededor de Jericó sin ver resultados. Cada mañana se levantaban, tomaban el arca, las trompetas, y caminaban en silencio alrededor de una ciudad que seguía en pie. Dios a menudo nos llama a esperar, y es precisamente en esa espera donde ejercita nuestra paciencia y fortalece nuestra fe. Cuando Jesús dijo que cada día trae su propio afán, nos estaba enseñando que no podemos añadir un codo a nuestra estatura preocupándonos. Hay cosas que simplemente salen de nuestra capacidad de control, y en esas situaciones, la confianza en el Señor se manifiesta en nuestra disposición a esperar en sus tiempos.
  3. Reconocemos la realidad espiritual sin vivir en misticismo Hay batallas que libras que no son necesariamente físicas. Detrás de las murallas de Jericó había fuerzas espirituales que se oponían al plan de Dios, y la victoria se logró en el ámbito espiritual antes de manifestarse en lo físico. Esto no significa que debes vivir en una actitud mística todo el tiempo, tratando de descifrar cuáles son los enemigos escondidos detrás de las cosas materiales. Pero sí puedes confiar en que el Señor ya ha vencido por ti en Cristo Jesús. Las batallas contra el desánimo, la ansiedad, la tentación o las circunstancias difíciles tienen una dimensión espiritual, y Cristo ya obtuvo la victoria definitiva en la cruz.

Reflexión y oración

Los caminos de Dios no siempre son fáciles de seguir, pero su destino es bueno para nosotros. No tenemos que entender la lógica detrás de todo lo que el Señor nos pide, estamos llamados a obedecer y guardar su Palabra con toda confianza.

Padre, reconozco que muchas veces quiero resolver las cosas a mi manera, con mi propia sabiduría y mis propios recursos. Te pido que me enseñes a confiar en tus caminos, aunque no los entienda completamente. Ayúdame a ser paciente en la espera, sabiendo que tus tiempos son perfectos. Gracias porque en Cristo ya has vencido todas las batallas que enfrento, y puedo descansar en esa victoria. Amén.

*Lecturas del plan para hoy:

Josué 6, Salmos 135-136, Isaías 66, Mateo 14

*Este devocional está basado en el plan de lecturas de Robert Murray M'Cheyne

¿Dónde quieres recibir los devocionales?

Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado en Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.