En Iglesia Bíblica Soberana Gracia consideramos el pertenecer a la iglesia como algo muy significativo, esto es expresado por medio del pacto de membresía, un documento que recoge a manera de declaraciones, todos los compromisos que de acuerdo con las Escrituras son una prerrogativa para cada creyente. Hemos convivido con este pacto desde nuestros inicios y nos ha servido como un recordatorio permanente de nuestros deberes unos con otros y el llamado de vivir en comunidad para testimonio al mundo.
El pacto de membresía debe ser firmado por todo el que desee ser parte de nuestra congregación como parte del compromiso de cumplir con estos deberes a los que todos en común acuerdo nos hemos sometido.
Tenemos por buena costumbre leer el pacto de membresía en cada Cena del Señor. Es la forma de renovar nuestro compromiso público unos con otros y también una manera de mantenerlo presente tanto como se posible.
En esta sección encontrarás información sobre nosotros, lo que creemos, y respuesta a algunas de las preguntas que más nos hacen acerca de lo que hacemos como iglesia.
Conoce nuestro pacto de membresía
Confiamos que hemos sido dirigidos por la gracia divina para arrepentirnos y creer en el Señor Jesucristo Y conforme a eso renunciamos a nosotros mismos para vivir para Él, habiendo sido bautizados como parte de nuestra profesión de fe, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, nosotros ahora descansamos en Su gracia. Por lo que solemnemente y con regocijo renovamos nuestro pacto unos con otros:
Vamos a trabajar y orar por la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
Vamos a caminar juntos en amor fraternal, como corresponde a los miembros de una iglesia cristiana.
Ejerceremos un cuidado afectuoso y vigilante uno sobre el otro y fielmente nos amonestaremos y rogaremos unos por otros conforme la ocasión amerite.
No dejaremos de congregarnos, ni descuidaremos nuestras oraciones por nosotros mismos ni por otras personas.
Nos esforzaremos en todo momento en criar como se debe a los que estén bajo nuestro cuidado, tanto en disciplina y amonestación del Señor y a través del puro ejemplo amoroso.
Nos gozaremos de la felicidad de los demás y nos esforzaremos en soportar con ternura y simpatía las cargas y dolores de los demás.
Buscaremos, con la ayuda divina, vivir con cuidado en el mundo, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos.
Recordaremos que así como hemos sido voluntariamente sepultados por el bautismo y resucitados simbólicamente de la tumba, de esta manera ahora hay en nosotros una obligación especial para llevar una vida nueva y santa.
Vamos a trabajar juntos por la continuación de un ministerio evangélico fiel en esta iglesia, así como sostendremos el culto, las ordenanzas, la disciplina y las doctrinas.
Vamos a contribuir con alegría y de manera regular para el sostenimiento del ministerio, los gastos de la iglesia, el alivio de los pobres, y la propagación del Evangelio en todas las naciones.
Cuando nos vayamos de este lugar, y tan pronto como sea posible, nos uniremos a otra iglesia en la cual sea posible llevar a cabo el espíritu de este pacto, así como los principios de la Palabra de Dios.
Que la gracia del Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo esté con todos nosotros. Amén.