Arranca el año y seguramente muchos de ustedes se habrán propuesto, como casi todos los años, supongo, iniciar un plan de lectura bíblica para todo el año.
Ningún compromiso puede ser tan provechoso como los que están relacionados con las disciplinas espirituales, pero al mismo tiempo ningún compromiso es tan difícil de cumplir. Yo veo con mucha preocupación que la mayoría de cristianos nunca ha leído la biblia completa ni siquiera una sola vez en su vida; eso no sólo es grave; sino decepcionante, y pienso que una de las razones por las que esto pasa, es precisamente por la falta de disciplina.
Tener un plan de lectura bíblica para el año es un gran reto que demanda trabajo pero que deja muy buenos frutos por lo que es necesario asumirlo de manera responsable y buscando ser lo más constante posible.
A continuación, compartiré algunos consejos que espero te sean útiles a la hora de emprender esta carrera.
Escoge un plan de lectura
De eso se trata este post. Escoger un plan ayuda mucho al propósito de ir por toda la biblia durante el año.
Un plan nos provee de orden, al mismo tiempo que nos ayuda a no perder tiempo pensando en lo que vamos a leer. Pero creo que una de las ayudas más importantes es mantenernos pegados a una disciplina diaria.
Algunas personas escogen leer la biblia en orden de libros, de Génesis a Apocalipsis, y por supuesto no hay nada de malo en eso, pero con este método algunos libros pueden resultar muy difíciles de leer y llevar al cansancio a algunos, sobre todo a quienes recién comienzan, y pronto al desánimo. El escoger un plan, por el contrario, nos permite leer del Antiguo y el Nuevo testamento al mismo tiempo que ir teniendo devoción en los Salmos. Esa dinámica resulta muy útil.
Existen muchos planes que pudieras escoger (aquí puedes conseguir algunos )
En nuestra iglesia hemos considerado para este año emplear un plan de lectura diseñado por el joven pastor Robert Murray M’Cheyne y que nos permitirá leer el Antiguo Testamento una vez y el Nuevo Testamento y los salmos, dos veces, además de eso está diseñado para considerar dos capítulos para devoción familiar y dos para devoción personal. Creo que también lo puedes considerar
Evita el formalismo muerto
La idea de seguir un plan de lectura anual no es seguir una disciplina fría y hasta muerta; sino que eso contribuya con nuestra devoción personal e incluso familiar. Lo ideal es que toda vez que ocupemos nuestro tiempo en la lectura que corresponda cerremos con oración sobre las cosas que has reflexionado.
Por ejemplo. Al leer Génesis 1, Mateo 1 y Salmos 1 podemos terminar orando al reconocer el poder de Dios en la creación, su compasión al enviar a su hijo como un Mesías que sufriría y cómo debemos deleitarnos en su ley de día y de noche.
Crea un entorno ideal
Dije que seguir un plan de lectura requiere disciplina y ésta a su vez está asociada a tiempo, espacio y elementos. Es necesario tener en cuenta el horario que ocuparemos y el lugar donde lo haremos. Por supuesto, no siempre se tendrán esas condiciones. Los viajes u otras actividades seguramente serán la excepción, pero debemos trabajar por lo menos en tener esas dos cosas definidas.
Si es posible usa una biblia física
Yo soy amigo de la tecnología. La he uso para muchas de las cosas que hago hoy y es por eso que creo, a juzgar por mi experiencia, que leer la biblia desde un dispositivo suele ser poco provechoso en comparación con estar a solas con El Libro, y más si batallamos en nuestra carne por abandonar ciertos hábitos relacionados con estar ‘conectado’.
Recibir notificaciones de correo o de redes sociales puede ser un elemento distractor así que lo mejor es dedicar ese tiempo exclusivamente al Señor tratando de tener alejado cualquier elemento que pueda robarnos la atención.
Confía tu compromiso a alguien
Nosotros no fuimos creados para funcionar como llaneros solitarios. Es cierto que cuando hacemos un compromiso no queremos que muchos se enteren, no quisiéramos que fueran testigos de un posible fracaso, pero eso puede usarse para bien.
Si confiamos nuestro compromiso con un plan de lectura a alguien maduro en la fe y con quien tengamos relación, puede ser de mucha ayuda. Recibir ánimo cuando decaigamos, que es casi que seguro que sucederá en algún momento; que oren por nosotros, o simplemente rendir cuentas, son al menos tres de los múltiples beneficios que obtendríamos.
Hazlo para la Gloria de Dios
Uno de los peligros que enfrentamos cuando asumimos un compromiso de este tipo es el de la autosuficiencia y el legalismo. Pensar que al estar cumpliendo estamos siendo mejores que otros o que merecemos más favor de Dios por ello. De hecho, estamos supliendo una necesidad nuestra y quien debe ser glorificado allí es Dios.
Los creyentes no viven para sí mismos sino para aquél que los llamó, por lo que todo debemos hacerlo por él y para él.