Manuscrito
Texto bíblico: Mateo 28:16-20
En 1911, en Nueva York, ocurrió un incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist (Tryan Gul Shur twayst), donde trabajaban cientos de mujeres jóvenes, la mayoría inmigrantes. El día del incendio, el fuego se propagó rápidamente, pero muchas de las puertas estaban cerradas por dentro, para evitar que las trabajadoras salieran sin permiso. No había salidas de emergencia suficientes, ni medidas de seguridad adecuadas. Durante años, los directivos habían sido advertidos por inspectores, obreros y hasta vecinos, pero cada grupo pensaba: “Eso le corresponde a otro”:
Los trabajadores decían: “No es nuestro rol cambiar las normas.”
Los inspectores pensaban: “Los dueños no hacen caso, no es mi problema.”
Los vecinos comentaban: “Yo solo vivo cerca, no trabajo ahí.”
El resultado: 146 personas murieron. Muchas murieron quemadas o al lanzarse por las ventanas para escapar.
Después del desastre, una comisión investigadora concluyó una frase clave: “Todos sabían algo. Pero nadie hizo lo que debía.”
La gran comisión, el mandato que dio el Señor a sus discípulos, ¿tiene implicaciones solo para aquellos que son misioneros? ¿Cuál es la motivación que debe haber en el creyente para hacer misiones? ¿Cuál es el papel de la iglesia en la gran comisión dada por Cristo?
Argumento: Jesús ha dado autoridad a la iglesia y le ha encomendado la misión de hacer discípulos.
- El escenario de la comisión (16-17)
- La autoridad de quien comisiona (18)
- Los detalles de la comisión (19-20)
1. El escenario de la comisión (16-17)
Jesús había resucitado, la tumba estaba vacía. ¡Y qué gran problema para los principales sacerdotes! Los guardias a quienes le habían encargado cuidar los restos de Jesús estaban en peligro. Los sacerdotes habilitaron mucho dinero y crearon una estrategia que le comunicaron a los guardias: Digan que los discípulos vinieron de noche y robaron el cuerpo mientras dormían (y bajo cuerda les dieron la bolsa de dinero).
Ya Jesús se les había aparecido a 2 mujeres: Su madre María y María Magdalena, las dos quienes seguramente habían visitado la tumba de Jesús cada día desde su muerte. Ellas habían llevado el mensaje a los apóstoles de ir a Galilea, pero estos no habían creído todavía. Marcos por ejemplo, narra que Jesús también se les apareció a dos de sus discípulos, antes de encontrarse con todos los 11.
Y este es el escenario de la gran comisión. Unos hombres probablemente nerviosos ante la tremenda noticia llegan a un monte de Galilea.
El lugar: Galilea, era un territorio al norte de Israel, que se encuentra entre el lago de Genesaret y el río Jordán.
Mateo 4:5 dice: Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, Camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los Gentiles…
En tiempos del Antiguo Testamento, Galilea correspondía en parte a los territorios asignados a las tribus de Neftalí, Zabulón, Isacar y Aser (Josué 19). Por lo tanto, era tierra israelita, aunque con el paso del tiempo, especialmente después del exilio del Reino del Norte (Israel) en el año 722 a.C., esa zona fue colonizada por pueblos extranjeros enviados por Asiria (2 Reyes 17:24). A causa de esto, Galilea quedó muy mezclada étnica y religiosamente.
Galilea fue importante en la vida y ministerio de Jesús:
Jesús crece en Nazaret (Galilea)
Jesús fue criado en Nazaret, una ciudad de Galilea.
“Y vino y habitó en una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno.”
— Mateo 2:23
a. Inicio del ministerio público en Galilea
Después del arresto de Juan el Bautista, Jesús comenzó su predicación en Galilea.
“Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a Galilea […] Desde entonces comenzó Jesús a predicar y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.”
— Mateo 4:12,17
b. Llamamiento de los primeros discípulos junto al mar de Galilea
Jesús llamó a Pedro, Andrés, Santiago y Juan en Galilea.
“Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón […] y les dijo: Venid en pos de mí…”
— Mateo 4:18-22
Y fue entonces donde todo inició, donde todo terminó. O más bien, donde el Señor reúne a sus discípulos para dar instrucciones claras acerca de la continuidad de Su Reino en la tierra.
El versículo 17, presenta que cuando los discípulos vieron a Jesús lo adoraron, pero algunos dudaron.
Regularmente cuando una persona tenía encuentros con el Señor, tenían una actitud de reverencia y adoración. Acá los discípulos ven a Jesús y lo adoran. Esa actitud a pesar de que probablemente fue una actitud tímida porque algunos dudaron, es una actitud propia de una persona que ha creído en Cristo.
Me imagino a los apóstoles como cuando ves a alguna persona en una fila de banco o en la sala de espera a una cita médica, y le parece conocida pero tu cerebro no da para conectar y decirte de quién se trata. Bueno, algo así vivieron los discípulos.
Pero lo interesante acá mis hermanos, es que estos hombres respondieron en adoración. Tal vez no con la misma emotividad que las mujeres (v9) que incluso le besaron los pies a nuestro Señor Jesús.
Adoración: una palabra que cuando la escuchamos pensamos en cantos, instrumentos musicales, una actitud de reverencia y a pesar de que cada una de estas cosas son expresiones de un alma que adora a Dios, la adoración es mucho más que eso.
Un autor desconocido dijo: La adoración trascendente está relacionada directamente con la profundidad de la comprensión de la verdad divina. Los que comprenden el evangelio más profundo adoran a Dios con la mayor exaltación y regocijo.
Si entendemos que hemos sido creados para Su Gloria y que por ende, vivimos para adorarle, es entonces la adoración la razón por la que existen las misiones, o el predicar el evangelio. ¿Lo puedes comprender?
Te explico: Dios está buscando hombres y mujeres que le adoren. En muchos lugares y en muchos corazones, no existe adoración. Dios creó las misiones para expandir la adoración a Él como Dios y Rey del universo. Jhon Piper dice: “Por tanto, la adoración es el motor y el objetivo de las misiones”.
Sin embargo, para comprender mejor este aspecto de la adoración y las misiones es necesario ir a ver el segundo punto de nuestro sermón.
2. La autoridad de quien comisiona (18)
Estas palabras del Señor son el “Broche de Oro”, fue su último testimonio, la revelación de su voluntad. Si el relato de Mateo fuera una montaña, este sería el puerto fuera de categoría, es el clímax. Acá Jesús usa el primer “Todo” de los cuatro que menciona en estas palabras de la gran comisión.
El primer todo es: Toda autoridad: Una autoridad completa o absoluta.
Mateo 11:27: Al Señor le han sido entregadas todas las cosas.
Mateo 26:64: Está a la diestra del Padre y cuando regrese todo ojo le verá.
Romanos 14:9: Su muerte y resurrección ejerce autoridad tanto para vivos como para muertos.
Leer:
Efesios 1:20-22.
Colosenses 2:9-10
Cristo es el cumplimiento de la promesa dada por Dios a Abraham en Génesis 12 en el pacto Abrahámico, es el descendiente del linaje de David que vino a establecer un reinado no local sino universal.
Es entonces pertinente ver que el Señor es la razón por la cual existimos, la razón del cristianismo, la razón por la cual respiramos y debemos vivir es para dar gloria a su nombre. La gran comisión, es entonces grande porque está basada en la autoridad de Cristo, quien se ha dispuesto extender su Reino y adoración sobre todas las naciones a través del poder del evangelio.
“La autoridad de Jesucristo es una realidad objetiva, aunque no reconocida por la mayor parte de la humanidad. La misión que Jesús encomendó a los discípulos y a la iglesia es la de obrar bajo su autoridad con el fin de llevar el mayor número posible de personas a reconocer y someterse a esa autoridad real, como súbditos de su reino. El alcance de la autoridad de Jesús aumenta a medida que avanza en su ministerio, pero llega a su culminación en la resurrección”.
Y Él entonces, cede esa misión o entrega la antorcha a sus discípulos y por extensión a Su Iglesia. Pero, ¿cuál es en sí la gran comisión? Vamos a nuestro tercer y último punto.
3. Los detalles de la comisión (19-20)
La NBLA dice: Vayan, por tanto… Sin embargo, Reina Valera utiliza el “Por tanto”, que nos muestra un conector que nos ayuda mostrar el resultado producto de una acción anterior. Entonces, como TODA la autoridad pertenece al Señor, entonces él tiene la absoluta autoridad para ordenar a los discípulos la realización de una misión universal.
Podemos ver que el Señor les dice: Id o Vayan, que significa moverse de lugar, cambiar de posición, actuar. Imaginemos por un momento que el mandato del Señor hubiese sido algo así como: Oigan mis muchachos, tranquilos, no se muevan de acá de Israel. Quédense en Jerusalén que ahí les van a llegar todos los que han de ser salvos. Si eso hubiese sucedido así ¿ustedes creen que usted y yo hubieses conocido y creído en el Señor? Por supuesto que no.
Antes de continuar, quiero que podamos tener algo claro mis hermanos. El Señor les entregó inicialmente esta gran comisión a los 11 apóstoles, pero a partir de ellos como los pilares de la Iglesia, y por extensión a la Iglesia en pleno. Es decir, cada persona que hace parte de la Iglesia del Señor tiene el llamado de parte del mismo Señor para cumplir las palabras de este mandato. Tal vez, muchos creyentes han llegado a creer que esta gran comisión pertenece a los misioneros y plantadores de Iglesias que tienen ese llamado. Pero no es así, la gran comisión es un mandato dado a la Iglesia.
Entonces, de los 4 todos que mencionó el Señor, ya vimos uno: Toda autoridad. Ahora vamos a ver los tres que faltan.
…Hagan discípulos en todas las naciones: acá vemos el alcance o extensión del Reino.
Es la Iglesia la encargada de ir a hacer discípulos ¿dónde? en todas las naciones. Haced discípulos mis hermanos, se constituye como la idea central de la gran comisión. La idea de Mateo quiso comunicar de las palabras de Jesús no es solo “Vayan” sino junto con el “hagan”. El dejar mi ciudad, mi país, por ir a hacer la obra es un aspecto de este mandato, pero el enfoque principal del Señor es que sigue siendo una tarea de todos los creyentes el multiplicarse.
¿Alguna vez evangelizaron entregando un tratado sin saber que sucedió después con esa persona? Bueno, esa no es la manera en que Dios desea que hagamos el Vayan, sino que es una tarea que no termina con evangelizar a un perdido. Y El Señor mismo dejó las instrucciones de cómo hacer a esa persona que evangelizamos, un discípulo.
La segunda parte del versículo 19 parte del 20, nos muestran el camino: Bautizándolos y enseñándoles a guardar Todas las cosas o todo lo que les he mandado.
Y acá vemos el tercer Todo: la amplitud del mensaje. Cada palabra que el Señor les enseñó a sus discípulos deben ser enseñadas a aquellos que han llegado al evangelio.
Si quisiéramos hacer un resumen hasta acá, podríamos decir que el Señor en su autoridad les encomendó a sus discípulos y en extensión a Su Iglesia universal, el trabajo de expandir Su Reino a través del Ir y hacer discípulos, primero bautizándolos y luego enseñándoles todo lo dicho por el Señor en su ministerio.
Lo cierto mis hermanos, es que cada una de estas facetas (y no sé si se han dado cuenta) que corresponden a las actividades que desarrolla la Iglesia.
Ha sido a la iglesia a la que se le ha dado la predicación del evangelio, la evangelización de los inconversos, la instrucción a los nuevos convertidos, el llevar a las aguas bautismales, el hacerlos miembros de la congregación y de ahí en adelante discipulados para que sean más cómo Cristo. Es la iglesia la encargada de instruir y preparar a aquellos que desean ir porque es la Iglesia la que encarga y envía a plantar iglesias. Y así, el ciclo se renueva vez tras vez.
Entonces, siendo así quiero preguntarte a ti amado hermano. ¿Has sido consciente de la responsabilidad que el Señor te ha encomendado?
Algunas aplicaciones:
- La comisión de hacer discípulos es un mandato de Dios para Su iglesia universal a través de las iglesias locales.
- La predicación del evangelio continúa con el hacer discípulos. Estamos llamados a preparar hombres y mujeres para el Señor como iglesia local.
- El “Vayan” del Señor no está relacionado solamente a misiones afuera sino también en el lugar donde Dios nos ha puesto.
- El éxito de la comisión evangelista no depende de métodos humanos, sino de la voluntad de Dios.
Y saben ustedes ¿por qué el evangelio no ha muerto ni ha fracasado? Porque hoy a pesar de que la mies es mucha y los obreros pocos, es el Señor quien ha sostenido esta misión de expandir Su Reino. Ahí está el último Todo: El Señor nos manda a recordar que no estamos solos, que tenemos su compañía personal hasta el fin del mundo.
- Cristo ha garantizado su compañía a través del Espíritu Santo.
- El evangelio de Cristo es exclusivo para aquellos que crean en Él y puedan alabarle eternamente.
- Amigo, hay una promesa dada a Abraham y cumplida en Cristo, ser integrante de la familia del Pueblo de Dios.