La verdad establecida | Nehemías 8

Tal vez muchos de nosotros estemos familiarizados con los acontecimientos de la Reforma protestante del siglo XVI, figuras como Lutero, Calvino, Swinglio entre otros nos puede sonar familiares, pero este fue solo el estallido de lo que se venía acumulando dos siglos antes. John Wycliffe, un importante académico de la universidad de Oxford y prominente predicador, revolucionó Inglaterra con sus constantes denuncias sobre los abusos del papado, pero sin duda, su mayor influencia estuvo en su insistencia en que la Palabra de Dios debía ser leída por el pueblo en un lenguaje que ellos pudieran entender. Eran días oscuros aquellos, solos los nobles y el clero podían leer las Escrituras y ponerle sentido, pero Wycliffe se dio a la tarea de traducirlas desde el latín al idioma del pueblo. Ahora la clase media e incluso los que no tenían mucha formación podían leer y entender las Escrituras.

Wycliffe murió señalado de hereje, pero la llama que incendió no se apagó, en Alemania Juan Hus inspirado por Wycliffe insistía vehemente en las mismas cosas y 100 años después, en esa misma Alemania, un monje agustino proclamaría el grito de la verdad de Dios ahora ya no estaría más bajos las cadenas de la tiranía sino que estarían en las manos de todo el que pudiera entender.

Sola Escritura es el slogan de la reforma, es lo que marcó el resurgir de la iglesia y lo que trajo el más grande avivamiento de la historia reciente.

Sin duda, toda vez que Dios ha querido avivar a Su Pueblo lo hecho poniendo la Biblia de nuevo en el lugar más alto de la iglesia. La Biblia es de por sí el horno sobre el que arden todos nuestros afectos religiosos. Ha sido así desde el principio y sigue siendo así para nosotros ahora.

Nehemías ha terminado la muralla y en el capítulo anterior vemos que él estableció las bases para que el pueblo disperso y que había venido de la cautividad pudieran vivir al interior de la ciudad recién restaurada. Ahora tenemos la ciudad terminada, el pueblo reunido, pero el trabajo no ha acabado aún. Si se prefiere, tenemos al pueblo de Dios, en el lugar de Dios, pero ellos deben estar bajo el gobierno de la ley de Dios.

Muchos de los judíos que habían sido llevados cautivos y que ahora estaban regresando tal vez solo habían escuchado historias de las hazañas por las que el pueblo tuvo que pasar pero muy probablemente no estaban familiarizados con la Palabra de Dios como la norma expresa de Dios para ellos, así que en su deseo de restaurar la adoración y la espiritualidad Nehemías debe comenzar por el principio y esto es: poniendo la palabra de nuevo en el centro de la comunidad.

Veremos entonces nuestro texto a la luz de los siguientes puntos:

  1. La verdad leída y explicada (1-8)
  2. La respuesta interna a la verdad (9-12)
  3. La respuesta externa a la verdad (13-18)

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