Quiero que pienses por un momento en una iglesia con las siguientes características: experimenta continuas divisiones porque unos dicen que son de un bando y otros de otro, al mismo tiempo, en un acto de inmadurez, ellos compiten para ver quien toma el liderazgo y no reconocen a sus líderes, también sostienen relaciones inmorales y practican el pecado sexual sin pudor, otros con el deseo de no participar de esas cosas deciden dedicarse, estando casados, al celibato y se niegan unos a otros. Algunos de los hermanos abusan de las prácticas de su vida pasada mientras y participan en banquetes a otros dioses. Cuando participan en la cena del Señor, algunos de ellos se emborrachan con el vino de la cena y los más pudientes humillan con sus comidas a los más pobres. Del mismo modo, existe una lucha continua por mostrarse cada vez más espirituales y sus cultos son una competencia para mostrar quién tienes más dones y habilidades; y como si fuera poco, algunos tienen problemas para aceptar algunas doctrinas básicas como la resurrección corporal de Cristo. ¿Tienes una iglesia así en tu mente? Bueno, esa es la iglesia de Corinto, de la que nosotros vamos a estar hablando hoy y las semanas que siguen.
Esta carta a los Corintios es tal vez la más instructiva en todo el Nuevo Testamento acerca de cómo resolver la mayoría de problemas que surgen en las iglesias porque pareciera que era una iglesia enferma de todas las enfermedades que pudieran presentarse en una iglesia local; sin embargo, es sorprendente ver que incluso esta iglesia era una en la que Dios estaba trabajando, en la que su Espíritu estaba llevando a las personas a la madurez y en las que su gracia se estaba manifestando de alguna manera. Corintios es el testimonio de que las iglesias subsisten por la fidelidad de Dios y no por alguna virtud en ellas, mas por el contrario, por encima de sus faltas. Es de eso de lo que hablaremos en estos aspectos introductorios de la carta. De como la iglesia está unida a Cristo y cómo el trabaja en ella por causa de su fidelidad.
Así que veremos nuestro texto a la luz de los siguientes puntos:
- Un mensajero enviado por un Dios fiel (v 1)
- Unos destinatarios apartados por un Dios fiel (2-3)
- Una iglesia sostenida por un Dios fiel (4-9)