Versículo base: «Aunque tengo muchas cosas que escribirles, no quiero hacerlo con papel y tinta, sino que espero ir a verlos y hablar con ustedes cara a cara, para que su gozo sea completo» (2 Juan 1:12, NBLA)
El gozo insustituible de la presencia
Soy de la época que vio nacer los dispositivos móviles y aquella fiebre de los mensajes de texto tipo SMS. Recuerdo especialmente los cumpleaños, uno esperaba desde las 11:59 del día anterior, cuáles serían los amigos que se ganarían el premio por escribir primero y dependiendo de qué tan popular fueras, a lo mejor ni siquiera podrías contarlos al final del día. Con el tiempo surgió Facebook, WhatsApp y tantas otras cosas que fueron haciendo que eso perdiera importancia y ni qué hablar de los que esperaban cartas o dedicatorias con colores. Pero esas son otras épocas. Lo cierto es que aunque la tecnología es una bendición porque nos concede el beneficio de la inmediatez, la posibilidad de una comunicación multicanal, la verdad es que poco a poco ha ido produciendo en nuestras mentes la idea de que vernos cara a cara ya no es tan importante.
Entendiendo el pasaje
La segunda carta de Juan presenta un debate interesante entre los estudiosos bíblicos. Algunos creen que está dirigida a una mujer cristiana específica, mientras otros consideran que “la señora elegida” se refiere a una iglesia local en un lenguaje casi encriptado por razones de seguridad. La referencia final a “los hijos de tu hermana elegida te saludan” apoya esta segunda interpretación, sugiriendo que una iglesia hermana envía saludos.
El propósito central de esta breve carta es alertar sobre el peligro de los falsos maestros que negaban la encarnación de Cristo y se habían convertido en apóstatas, alejándose de la verdad. Juan enfatiza la importancia de mantenerse firmes en la doctrina de Cristo y no dar cabida a quienes traen enseñanzas contrarias. Pero al concluir su advertencia, Juan hace una transición hacia algo más personal y cálido. A pesar de tener muchas cosas importantes que comunicar, prefiere reservarlas para un encuentro presencial. No es que la carta no sea suficiente para transmitir información, sino que reconoce que hay algo irreemplazable en la comunicación cara a cara que completa el gozo de la comunión.
Tres verdades bíblicas
- Las comunicaciones mediáticas son buenas pero no reemplazan la comunicación personal Los creyentes debemos entender el valor de la vida en comunidad. No deberíamos dejarnos absorber por esta cultura de la inmediatez donde todo es impersonal. No deberíamos acostumbrarnos a expresarnos con emojis o risas que no son risas, entristecernos con una carita con lágrimas. Puede ser que alguien esté comunicando algo genuino, pero corremos el riesgo de mentir acerca de emociones que no son reales solo porque podemos comunicarlas con cierto protocolo. Tu alma necesita conexiones reales, no virtuales.
- La comunicación personal debería ser un anhelo No siempre es posible, especialmente cuando hay distancia de por medio, pero siempre debería ser un deseo ver a los que amamos cara a cara. Con el tiempo nos hemos acostumbrado a una soledad virtual. A tener muchos conocidos y pocos amigos. Pocas personas dispuestas a correr cuando haya que hacerlo. Tener un dispositivo móvil puede hacer que sea igual en tu mente estar con alguien que estar solo. Te propongo un reto: busca en tu lista de contactos a un amigo o hermano con el que te puedas ver, pon una hora y vayan por un café, un té o agua, lo que sea, pero pongan el celular a un lado y simplemente charlen.
- Las relaciones firmes producen gozo Tengo amigos con los que me veo pocas veces al año, pero anhelo el día en que nos es posible. Algunos de ellos son tales que podemos comunicarnos pocas veces entre encuentro y encuentro, pero cuando nos vemos es como si el tiempo se hubiese detenido y el amor se hubiese hecho más grande. Eso hace una comunión verdadera. Un vínculo que está por encima de la comunicación, que es real y que está basado en el amor genuino, como el amor sacrificial de Cristo por nosotros. Él no solo nos amó entregando su vida sino que nos ha acercado a él en una relación real.
Reflexión y oración
Somos llamados a gozarnos en relaciones reales. No creamos la mentira de los muchos amigos que venden las redes sociales y trabajemos en construir relaciones significativas. Eso va a significar invertir tiempo, recursos y sacrificio, pero es justo de eso de lo que se trata. El gozo completo viene de la presencia, no de la distancia.
Señor, reconozco que he permitido que la tecnología reemplace muchas veces la comunión real. He preferido la comodidad de un mensaje rápido al esfuerzo de una conversación cara a cara. Perdóname por conformarme con relaciones superficiales cuando tú nos has llamado a amarnos de manera profunda y sacrificial. Ayúdame a valorar la presencia, a buscar momentos de comunión genuina con otros. Dame sabiduría para usar la tecnología como herramienta y no como sustituto del amor real. Gracias porque en Cristo tengo la relación más profunda y satisfactoria, y porque esa relación me capacita para amar a otros de manera auténtica.