Devocional para el 23 de abril

Versículo base: ««Claman los justos, y el Señor los oye, y los libra de todas sus angustias.
Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón, y salva a los abatidos de espíritu». (Salmo 34:17-18)

Cuando el corazón está quebrantado

Hay días en que el cansancio no es solo físico. Es un agotamiento que penetra hasta el alma, cuando las cargas parecen demasiado pesadas y el camino demasiado largo. Si hoy te sientes así, si tu corazón está quebrantado por circunstancias que parecen imposibles de superar, estas palabras del salmista son para ti.

Entendiendo el pasaje

Los salmos nos muestran el rostro humano de la fe – una fe que no esconde los momentos de dolor, confusión o angustia. En estas oraciones inspiradas encontramos corazones que se atreven a clamar con honestidad brutal. El Salmo 34 es particularmente conmovedor porque David lo escribió cuando fingió estar loco ante Abimelec para escapar con vida. Desde esa experiencia de miedo y vulnerabilidad extrema, nos ofrece este testimonio de la fidelidad de Dios.

Los versículos que consideramos hoy contienen un mensaje de extraordinario consuelo. El verbo “clamar” en hebreo sugiere un grito desde las profundidades, no una petición formal o educada. Es el grito desesperado de alguien que ha llegado al límite de sus recursos. Y la promesa es que Dios no solo escucha estos clamores, sino que responde liberando “de todas sus angustias”. La palabra “cercano” comunica intimidad y disponibilidad inmediata – Dios no mantiene una distancia profesional del sufrimiento, sino que se acerca especialmente a aquellos cuyo corazón está roto y cuyo espíritu está contrito.

Tres verdades bíblicas

  1. Tu sufrimiento no significa abandono divino El dolor puede hacernos cuestionar la presencia y el cuidado de Dios. Cuando el sufrimiento se prolonga, es fácil concluir que Dios se ha olvidado de nosotros o que nuestras oraciones son inútiles. Pero este salmo nos asegura que precisamente en esos momentos de quebrantamiento, Dios está más cerca que nunca. Tu dolor no te aleja de Dios; en un misterio profundo, te acerca más a Su corazón compasivo. El mismo Dios que estuvo con José en la cisterna y en la cárcel, con David en la cueva, y con Daniel en el foso de los leones, está contigo ahora en tu valle oscuro. No estás solo, aunque tus sentimientos digan lo contrario.
  2. Dios valora la honestidad por encima de la espiritualidad fingida La promesa de que Dios está cerca de los “quebrantados de corazón” nos libera para ser auténticos en nuestra comunicación con Él. No necesitas fingir fortaleza o presentar una versión pulida de tu dolor. Las oraciones más poderosas a veces son solo gemidos inarticulados del alma. Dios no espera que formules perfectamente tus pensamientos o que mantengas una fachada de espiritualidad. Él honra la vulnerabilidad y la honestidad cruda. Hoy puedes acercarte a Él exactamente como estás – confundido, enojado, temeroso, agotado – y encontrar que Él ya está inclinándose para escuchar tus palabras más silenciosas.
  3. La liberación divina es real pero viene según Su sabiduría El salmista afirma sin reservas que Dios “libra de todas sus angustias” y “salva a los contritos de espíritu”. Esta promesa es absoluta, pero su cumplimiento puede no corresponder a nuestras expectativas o cronogramas. A veces la liberación viene mediante la remoción milagrosa de nuestras circunstancias difíciles. Otras veces, viene como fortaleza para perseverar a través de ellas. Pablo suplicó tres veces que su “aguijón en la carne” fuera quitado, pero la respuesta de Dios fue: “Te basta mi gracia.” Su poder se perfeccionó en la debilidad de Pablo, no eliminándola sino transformándola en un vehículo para la gloria divina. Tu liberación también puede venir de maneras que inicialmente no reconozcas como respuesta, pero que eventualmente revelarán una sabiduría mayor que tus propias soluciones.

Reflexión y oración

Las promesas de este salmo no son teoría espiritual abstracta sino realidades que han sostenido a creyentes en sus momentos más oscuros a través de los siglos. El Dios que escucha clamores y está cerca de corazones quebrantados no ha cambiado. Él conoce tu nombre, ve tus lágrimas, y sostiene tu futuro. El cansancio que sientes hoy no es el final de tu historia. En Jesús, quien fue “varón de dolores, experimentado en quebranto” (Isaías 53:3), tenemos un Salvador que comprende perfectamente el sufrimiento humano y que ha prometido nunca dejarnos ni desampararnos.

Padre amoroso, hoy vengo a ti con mi corazón exactamente como está – cansado, herido y a veces temeroso. Gracias porque no tengo que fingir fortaleza ante ti. Gracias porque estás especialmente cerca cuando me siento quebrantado. Te entrego cada angustia, cada preocupación, cada carga que me pesa. Renueva mis fuerzas como las del águila. Cuando el camino parezca demasiado largo, recuérdame que caminas a mi lado. Cuando mis oraciones parezcan no tener respuesta, dame fe para seguir clamando. Gracias porque has prometido liberarme de todas mis angustias y salvar mi espíritu contrito. Descanso hoy en tu fidelidad inquebrantable y en tu amor que nunca falla. En el nombre de Jesús, quien conoce el sufrimiento humano por experiencia propia. Amén.

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*Lecturas del plan para hoy:

Levítico 27, Salmos 34, Eclesiastés 10, Tito 2

*Este devocional está basado en el plan de lecturas de Robert Murray M'Cheyne

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Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado en Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.