Nuevos humanos en una sociedad corrupta
Si has creído al evangelio y al menos una cosa que es verdad sobre ti, tu vida debió haberse partido en dos. Un antes y un después de la obra de Cristo y eso ademas de asombroso debe ser evidente. Hemos visto en estos días cómo Tito debía establecer líderes íntegros en Creta y cómo la gracia transforma los hogares cristianos. Pero ahora Pablo amplía la visión. Los cristianos deben ser conocidos como los ciudadanos ideales de Creta. Apacibles. Generosos. Obedientes a las autoridades. Conocidos por buscar el bien común. Esto suena casi imposible en una cultura como la cretense y como la nuestra. Pero Pablo sabe algo. El amor transformador del Dios trino puede producir una nueva clase de personas.
Entendiendo el pasaje
Mira cómo comienza Pablo este capítulo. Le dice a Tito que recuerde a los cristianos que deben estar sujetos a las autoridades, ser obedientes, estar listos para toda buena obra, no hablar mal de nadie, ser pacíficos, amables, mostrando toda consideración para con todos. Espera un momento. Estos son cretenses. La gente conocida por ser mentirosos, traidores, violentos, codiciosos. ¿Cómo pueden convertirse en ciudadanos modelo? Aquí está la respuesta del apóstol; recordando de dónde vienen.
«Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios, desobedientes, extraviados». Pablo incluye a los cristianos en esa descripción. Todos estábamos esclavizados por nuestros deseos. Vivíamos en malicia y envidia. Éramos aborrecibles y nos odiábamos unos a otros. Esta era la condición humana universal. Los cretenses eran conocidos por vivir así, pero en realidad todos comenzamos en el mismo lugar. Perdidos. Esclavizados. Incapaces de salvarnos a nosotros mismos.
Ahora bien, fíjate en el contraste. «Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y Su amor hacia la humanidad, Él nos salvó». Aquí está el evangelio en su forma más pura. Dios no esperó a que nos arregláramos. No nos salvó porque hiciéramos obras de justicia. Nos salvó conforme a su misericordia. Y mira cómo describe esta salvación. Es obra del Dios trino. El Padre nos salvó por su bondad y amor. El Espíritu Santo nos lavó, nos regeneró y nos renovó. Y todo esto nos fue dado abundantemente por medio de Jesucristo nuestro Salvador. La Trinidad completa trabajando para transformarte de cretense corrupto a ciudadano del reino.
Pablo cierra con una exhortación. Palabra fiel es esta. Los que han creído en Dios deben ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles para todos. El evangelio produce una nueva humanidad que vive para el bien común. Los cristianos en Creta debían demostrar que la fidelidad a las enseñanzas de Jesús, empoderada por el Espíritu, puede transformar incluso la sociedad más corrupta.
Tres verdades bíblicas
1. Todos comenzamos en el mismo lugar de necesidad. Es fácil mirar a otros y pensar que tú eres mejor. Los cristianos en Creta podían sentirse superiores a sus vecinos. Pero Pablo les recuerda que ellos también fueron necios, desobedientes y esclavos de sus pasiones. Esto es humillante y liberador a la vez. Humillante porque reconoces que no eres mejor que nadie. Liberador porque entiendes que la diferencia en tu vida no es por tu mérito. Es por la misericordia de Dios. Cuando miras a alguien atrapado en pecado, en lugar de juzgarlo, recuerda de dónde te sacó Dios. Esa perspectiva cambia todo.
2. La salvación es completamente obra de Dios. La Biblia es clara. Dios nos salvó, no por obras de justicia que hubiéramos hecho, sino conforme a su misericordia. La salvación no depende de tu esfuerzo. Depende del amor de Dios. Él tomó la iniciativa. Él proveyó el camino. Él te regeneró y renovó por su Espíritu. Todo esto es regalo, pero este regalo gratuito produce gratitud. Y esa gratitud te motiva a vivir de manera diferente. Las buenas obras no te salvan, pero fluyen naturalmente de alguien que ha sido salvado.
3. El poder para vivir diferente viene del Espíritu Santo. Mira de nuevo el versículo 5. Dios nos salvó «por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo». El Espíritu Santo fue derramado sobre ti abundantemente por medio de Cristo. Esto significa que tienes el poder de Dios viviendo en ti. El mismo poder que te regeneró te está renovando continuamente. Cuando te sientes incapaz de vivir con integridad en medio de tu cultura corrupta, recuerda que no estás solo. El Espíritu de Dios te capacita. Te da deseos nuevos. Te fortalece para resistir tentaciones. Te transforma desde adentro hacia afuera.
Reflexión y oración
El amor del Dios trino te hizo de nuevo, pasaste de pecador esclavizado a hijo libre. Eso no fue por tus obras, fue por su misericordia. Y ahora vives con un propósito nuevo. Ser parte de un pueblo que busca el bien común. Que demuestra la belleza del evangelio con su manera de vivir. Que influye en otros por medio de amor sacrificial y buenas obras.
Padre misericordioso, gracias por tu bondad y amor hacia mí. Gracias porque cuando yo estaba perdido y esclavizado, tú me salvaste. Gracias por el lavamiento del Espíritu Santo que me regeneró y me sigue renovando cada día. Ayúdame a ocuparme en buenas obras. A ser conocido como alguien que busca el bien común. Que mi vida demuestre el poder transformador de tu evangelio en medio de mi comunidad. Que toda la gloria sea para ti, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.