Lo que todo cristiano debería conocer sobre la virgen María

El Catolicismo Romano se caracteriza en basar su cuerpo de enseñanzas y doctrinas en la tradición humana. Aunque afirman tener en alta estima la Biblia, ponen a la par y muchas veces por encima de las Escrituras, las tradiciones y declaraciones  de los así llamados sumos pontífices a lo largo de la historia.

Además de un exiguo entendimiento del principio de sola scriptura defendido por los reformadores, la Religión Católica continuamente está presentando doctrinas foráneas a la Biblia.  Toda falsa religión comienza atacando la suficiencia de las Escrituras, y es desde allí que los católicos han caído en todo tipo de errores inaceptables para el cristianismo verdadero.

El pastor reformado R.C Sproul divide las inconsistencias doctrinales del Catolicismo en las siguientes categorías: errores en el tema de la justificación, errores en el tema de la Iglesia, errores en el tema de los sacramentos, errores en el tema del papado y errores con respecto a María. Es acerca del mal entendimiento de los católicos, respecto a María, su naturaleza y su rol en el plan de redención, que se desarrollará una explicación más amplia en este artículo.

Es relevante hablar del tema ya que millones de personas al rededor  del mundo están siendo engañadas diariamente por el error de la falsa enseñanza. Especialmente en Latinoamérica y algunas zonas de Europa, la idolatría a María ha llegado a extremos que es necesario combatir ardientemente (Jud 1:3).

María, un ejemplo para los creyentes

El Cristianismo Bíblico no niega que María es una mujer ejemplar,  que Dios la usó en un papel singular para concebir a Jesucristo, Dios hecho hombre, y que todo creyente puede encontrar en ella un patrón de santidad digno de imitar en muchos aspectos, así como deberíamos hacerlo con Pablo, Pedro y otros en las Escrituras (Fil 3:17). Más cristianos deberían comenzar a imitar la fe de María y poner por obra sus palabras cuando dijo “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra (Lc 1:38).

Lo que no se puede permitir es otorgar a María una posición de divinidad o semi divinidad que cumple algún tipo de intercesión por los cristianos ante Dios. Esto es inaceptable y seria María la primera en oponerse a esto.

¿Fue María virgen perpetuamente?

La Biblia afirma sin lugar a dudas que María concibió a Jesús siendo virgen (Mt 1:24-25), sin embargo la Palabra de Dios es clara en el resto de los relatos de los evangelios en cuanto a que María tuvo más hijos; estos son llamados hermanos de Jesús (Matt 13:55). Por su parte la Iglesia Católica ha querido mantener una doctrina llamada «la virginidad perpetua de María» que afirma que ella jamás tuvo relaciones sexuales con José.

Esta doctrina presenta dos errores: El primero es considerar que la sexualidad es algo impuro. Este concepto católico también se observa en la enseñanza del celibato obligatorio de los sacerdotes, como si esto fuera una muestra de mayor pureza.

El segundo error de la doctrina mencionada, es que sería algo honroso para María estar casada con José y no tener relaciones sexuales con él; sin embargo, contrario a esta idea, este comportamiento convertiría a María no en una mujer piadosa, sino en una mujer que incumplió su papel como esposa respecto a su marido, y en últimas habría estado pecando bajo la instrucción  de 1 Corintios 7:5.

¿María nació sin pecado como Jesucristo?

Esta doctrina es llamada «la inmaculada concepción de María». Esta enseñanza es remota a las Escrituras, por lo tanto es falsa. No existe un solo pasaje en la Biblia que permita concluir que María nació sin pecado.

“El 8 de diciembre de 1854 el papa Pio IX promulgo la siguiente enseñanza:

La Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa  original, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano, fue guardada libre de toda mancha del pecado original”

 El Catolicismo cita Génesis 3:15 para decir que la profecía dada en este proto-evangelio, indica que la mujer sería quien derrotaría a Satanás, es más, algunas estatuas católicas muestran imágenes de María pisoteando a la serpiente. Sin embargo se sabe por las Escrituras en su conjunto, que la labor de derrotar a Satanás es una tarea única de Jesucristo, que la cumplió al morir en la cruz y resucitar y que se ejecuta bajo los pies de Su Iglesia (Rom 16:20).

Las Escrituras son claras en afirmar que sólo Jesús estuvo libre de pecado (Hb 4:15). La enseñanza católica de la inmaculada concepción no sólo es contraría a esta verdad, sino que establece las bases para asignarle a María un estatus divino.

Algunos católicos, piensan que rendir culto a María es algo piadoso y agradable a Dios, sin embargo esto expone un desconocimiento flagrante de las fuertes advertencias que hay en la Biblia acerca de la adoración a cualquier otro ser que no sea Dios (Ex 20:3-5). El culto a María como un ser divino, que puede interceder ante el Padre y que llega a ser tratada como corredentora, no sólo es una práctica equivocada sino que es idolatría, pues trata de usurpar una posición que sólo pertenece a Cristo (Jn 14:6).

Otro versículo que es usado frecuentemente para afirmar que María nació sin el pecado original es Lucas 1:28: “Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: !!Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres”. La Iglesia Católica afirma que la expresión muy favorecida sustenta la doctrina de la inmaculada concepción. Sin embargo la afirmación «muy favorecida» está enseñando lo contrario. El hecho de que Dios tomara la decisión soberana de escogerla y que fuera designada como muy favorecida, indica el favor gratuito de Dios en este acto, no como una obligación que tenía de elegirla. En este sentido ella fue muy favorecida, pues sin merecerlo Dios la seleccionó para tan sublime tarea.

¿Ascendió María al cielo con un cuerpo resucitado?

El papa Pio XII en 1950, afirmó que la enseñanza de la asunción de María es una enseñanza infalible de la Iglesia Católica

“Pronunciarnos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que la           Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida         terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celeste, por lo tanto, si alguien      pretende (Dios no lo permita) voluntariamente negar o cuestionar lo que ha sido       definido por nosotros, sepa que ha caído fuera de la fe divina y católica

Esta declaración tiene solamente un elemento verdadero: “lo que ha sido definido por nosotros”. Esta es la raíz de esta enseñanza.  Es una doctrina inventada y definida por hombres sin sustento bíblico. Muy bien hizo el papa Pio XII en decir que esto era algo definido por él y sus colegas, pero no enseñado en las Escrituras. La Biblia no afirma que María haya resucitado y haya ascendido a los cielos en un cuerpo nuevo.   Por lo tanto es una enseñanza falsa y digna de ser rechazada.

¿Es María quien intercede por los creyentes?

La última afirmación errónea que es enseñada en círculos católicos acerca de María, es que ella es intercesora ante Dios por todos los creyentes. Es común escuchar entre las personas católicas argumentos como que María, por ser la madre de Jesús tiene mayor cercanía a su hijo, y por eso los creyentes deben orar para que ella interceda. Estas afirmaciones tienen cierto atisbo de lógica humana pero son contrarias a la enseñanza Bíblica.

Romanos 8:34 afirma claramente que quien está a la diestra de Dios el Padre y quien intercede por nosotros es Jesucristo. Otros pasajes de la Biblia enfatizan esta misma verdad (Heb 7:25, 1 Jn 2:1). También el Espíritu Santo realiza labores de intercesión por el creyente (Rom 8:26). En este sentido podemos concluir que la labor de intercesión por el creyente es algo reservado para la Trinidad, y que María no tiene ninguna labor en este aspecto.

La enseñanza católica sobre la María es muy peligrosa, pues constantemente le atribuye cualidades y atributos que sólo pertenecen a Jesús. ¡Esto es idolatría! La Biblia nos permite concluir que ella no es corredentora, no es intercesora y no nació sin pecado, y que sólo Jesucristo es el legítimo intercesor entre el Padre y los hombres.

¿Que necesitan conocer los católicos?

Los católicos necesitan conocer el Evangelio de Jesucristo y someterse no a las enseñanzas de hombres, sino bajo la poderosa autoridad de las Escrituras. Un católico debe abandonar cualquier acto de idolatría hacia María y rendirse en adoración hacia Jesucristo, no buscando obtener su Salvación por sus propias obras, sino solo por la fe en Jesucristo.

Si tú eres un católico que aún tiene dudas acerca de estos temas, te animo a que tomes una Biblia y los investigues a profundidad. Además, te animo a reconocer los siguientes tres principios para hallar Salvación:

  1. Dios es Santo. El Creador de todo es diferente a nosotros (Gn 1:1), completamente apartado del pecado (1 Jn 1:5, Matt 5:48), y requiere perfecta obediencia a su Ley (Stg 2:10). El cometer idolatría es un pecado ante los ojos de Dios.
  2. Todo hombre ha roto la Ley de Dios, y eso nos incluye a ti y a mí. No hay ni una sola persona completamente buena sobre la tierra (Rom 3:10, 23), todo ser humano ha fallado y debe pagar el precio eterno por el pecado cometido (Rom 6:23). Sin embargo, ningún hombre puede salvarse por sí mismo por medio de sus buenas obrass (Ef 2:8-9, Tit 3:5).
  3. Jesucristo, Dios hecho hombre vino a pagar el precio del pecado (Col 2:9). Por el amor de Dios hacia su creación y amor a s propio nombre, Jesucristo vino y vivió una vida perfecta, murió en la cruz, resucitó venciendo la muerte y el pecado y saldó la deuda de todo aquel que se arrepienta y crea en El. Solo Él es el camino la verdad y la vida (Jn 14:6). No puedes creer en Jesucristo correctamente y al mismo tiempo pensar que María es tu corredentora. (Isa 55:7, Lc 9:23, Rom 10:9).

Bibliografía

Coffey, Tony. Respuestas a Preguntas Que Hacen Los Católicos: Answers to Questions
– Catholics Are Asking (Answers to Questions Catholics Are Asking) (Spanish Edition)
. Editorial Portavoz, 2008.
– McCarthy, James. El Evangelio Según Roma. 3rd ed. Editorial Portavoz, 1996.
– Sproul, R.C. ¿Estamos Juntos En Verdad? Publicaciones Faro de Gracia, 2015.

 

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Santiago Armel

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