Dios gobierna y pesa los corazones – Daniel: 5

Daniel: 5

Dios no puede ser burlado Estas palabras recogen una de las ideas más contundentes de toda la Biblia: ninguna persona en esta tierra podrá no tomar en serio a Dios y salirse con las suyas; todos tarde o temprano seremos pesados en la balanza de su justicia y juzgado conforme a su santidad. Unos para redención por causa de la justicia de Cristo y otros para condenación a como consecuencia de la maldad que mora en los hombres.

El capítulo 5 del libro de Daniel es acerca de un nuevo Rey; no uno en la dinastía, pero si uno en los relatos que Daniel decidió recopilar; uno que nos es un espejo de las consecuencias de jugar con Dios, de no tomar en cuenta su santidad, de mancillar su honra.

Nabucodonosor había muerto y varios años después se levantó un nuevo rey; aunque Reina y Valera señala a Beltsazar como hijo de Nabucodonosor, de acuerdo con la historia este era hijo de Nabónido, un cuñado de Nabucodonosor que había participado en un golpe de estado contra uno de los hijos del Monarca; este Rey no se dedicó tanto a lo político como a lo cultural, por lo que pudo haber dejado a este Beltsazar encargado de la provincia de Babilonia mientras emprendía una cruzada cultural por Arabia, según la propia historia de los Babilonios.

Como quiera que sea, Daniel y los judíos todavía permanecían en Babilonia y bajo el gobierno de este rey caracterizado por su insolencia y necedad.

Vamos ver entonces lo que este texto tiene para enseñarnos, a la luz de tres encabezados:

  • La necedad de un rey insolente (1-5)
  • La sentencia contra un rey insolente (5-12)
  • La caída de un rey insolente (13-30)

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