Bienaventurados

En el mes de agosto de este año, por primera vez se midió por medio de un análisis formal, el estado de felicidad de los colombianos.

Los datos del análisis provienen de una encuesta realizada a 9.710 personas, con una representatividad nacional tanto urbana como rural y abarca las 6 regiones y las ciudades metropolitanas, el periódico El Tiempo precisó la siguiente conclusión al respecto:

Las personas que se consideran pobres son menos felices y satisfechas, y viven más preocupadas y deprimidas. Quienes no se consideran pobres son 10 % más felices y 7,3 % más satisfechos. Por otro lado, quienes se consideran pobres están 22,5 % más preocupados y 47 % más deprimidos.

Las personas a las que les alcanza su ingreso, son más felices y satisfechas, y menos deprimidas y preocupadas. A quienes les alcanza el ingreso son 16 % más felices y 14 % más satisfechos. Por otra parte, a quienes no les alcanza el ingreso son 62 % más preocupados.

Por lo visto esta encuesta no paree revelar nada nuevo. El estándar del mundo para definir la felicidad verdadera es en base a las posesiones materiales y eso convierte la felicidad en un asunto subjetivo.

Pero aquí el Señor va enseñar acerca de una felicidad mucho mayor; que no guarda relación con la que el mundo considera. Él eleva el concepto de felicidad a través de paradojas que retan la mente de aquellos que le escuchaban y que esperaban a otro tipo de Rey.

El Antiguo Testamento termina con una maldición: “El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.” Mal 4:6; pero el nuevo reino es inaugurado con una bendición, con una bienaventuranza.

Un grupo de 8 (algunos dicen que son 7) expresiones repetitivas en su inicio pero que varían de acuerdo a las demandas y a la recompensa. Se conocen como las “Bienaventuranzas”. Se han intentado varias maneras de clasificarlas y algunos agrupan las primeras 4 como las que tienen que ver con nuestra relación con Dios y la salvación y el resto como las que determinan nuestra relación con los semejantes. Por hoy nos concentraremos en estudiar el primer grupo de ellas.

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