Hemos estado viendo a lo largo de estas semanas la manera en que Marcos presenta a Jesús como el Mesías, el Hijo de Dios.
Vimos como esto fue testificado por Juan el Bautista y también por el Padre en el bautismo, sin embargo, Jesús también comprobó por medio de señales, sanidades y prodigios que él sin duda es el hijo de Dios, el que puede perdonar pecados.
Una vez presentado esto, lo siguiente es el discurso de autoridad de Jesús y como es a él a quien se debe seguir verdaderamente, él es quien trae la semilla del Reino para que los que crean en él crezcan y lleven mucho fruto.
Lo siguiente que Marcos presenta es una nueva sección del Jesús milagroso, pero esta vez como aquel que no solo hace que la gente le siga, sino quien demanda la fe genuina. Él es digno de asombro por su poder y autoridad y por tanto es digno de poner nuestra fe en él.
Esto es en lo que nos concentraremos hoy, en ver qué es lo que debemos hacer con este Jesús poderoso y lleno de autoridad que vino a anunciar el Evangelio del Reino y a esparcirlo como un sembrador riega su semilla, la gran conclusión de Marcos es:
Él es el Hijo de Dios que tiene autoridad, pongan su fe en él.
Como se puede ver, Marcos introduce un nuevo concepto: LA FE, como aquello que se necesita para responder al mensaje del Reino, al Hijo de Dios.
Veremos nuestro texto a la luz de 4 encabezados, los cuales corresponden con 4 relatos que están íntimamente relacionados y son acerca del poder milagroso y la autoridad de Jesús.
- La falta de fe de los discípulos que los llevó a temer (4:35-41)
- La fe de un libertado que lo llevó a testificar (5:1-20)
- La fe de una mujer que la llevó a encontrar salvación (5:21-34)
- La fe de un hombre que lo llevó a ver la resurrección (5:35-41)
(Te invitamos seguir leyendo descargando el archivo Pdf de la enseñanza en esta publicación)