Jefté el líder desechado

El ciclo de Gedeón había terminado con la muerte de Abimelec y unos jueces de transición que trajeron cierta paz a Israel, pero eso no duró mucho, pronto estaba el pueblo volvieron a hacer lo malo ante los ojos del Señor; se entregaron a los falsos dioses y fueron de nuevo reducidos a esclavitud.

Ciclo del pecado ( Jue 10:6-17)

  • Sirvieron a al menos 7 dioses falsos descritos aquí en detalle: imágenes de Baal y Astoret, dioses de Aram, Sidón, de Moab, de Amón y de Filistea y dejaron de servir al Señor por completo.
  • Fueron oprimidos por los amonitas por 18 años
  • En el versículo 10 claman por misericordia, pero Dios en lugar de contestar inmediatamente la llama a un verdadero arrepentimiento
  • El Señor deja claro que él es más grande que todos los dioses falsos que ahora adoran porque él los había librado en el pasado. En parte eso es lo ridículo de la idolatría de los creyentes, terminan sirviendo a dioses de los cuales Dios les rescató.
  • Dios los manda a que clamen a sus dioses falsos. Ciertamente, aunque estaban clamando a Dios, lo hacían como si él fuera un Dios más. Solo querían ser libres de las consecuencias del pecado, pero no querían arrepentirse. Ese es uno de los mayores problemas del idolatra, solo ve a Dios como un instrumento para servir a sus otros dioses. Los que aman el dinero, a la fama, el reconocimiento y todo lo que elevan como ídolo.
    Creo que todos estábamos esperando es respuesta de parte de Dios en algún momento. Pero esa es la tragedia de la idolatría, ningún dios falso puede hacer lo que solo Dios puede hacer. El idolatra solo acude a Dios para que haga funcional su dios falso, que no funciona por sí mismo, pero como ese dios falso es uno conforme a sus concupiscencias, no le deben obediencias ni nada, es más fácil someterse a ellos.
  • En el 15 los Israelitas consideran el verdadero arrepentimiento. Dejan los dioses falsos y claman a Dios sin importar las consecuencias, ahora muestran que solo quieren ser librados. Ese es el verdadero clamor por arrepentimiento, no el que elude las consecuencias del pecado sino el que las enfrenta.

Ahora Dios ha de ser movido una vez mas a misericordia, por la fidelidad de su pacto y escucha el clamor de ellos y levanta a un libertador, uno muy peculiar: Jefté.

Vamos a ver el texto a la luz de tres encabezados:

  • El libertador despreciado (11: 1-12) , (2) el libertador sagaz pero apresurado (11:13-40), (3) el libertador despiadado (12:1-7)

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