Después de una gran catástrofe los medios de comunicación suelen mostrar las imágenes más fuertes intrigantes; sin embargo, es solo cuando alguien puede entrar al lugar en el que ocurrió el hecho cuando puede ver con mayor detalle la magnitud de los estragos.
Pues bien, lo que hemos visto hasta ahora son las noticias más relevante de la tragedia de Israel, el periodo de los jueces cierra con Sansón, pero ahora tenemos una imagen cercana; como si nos metiéramos a las casas para ver como estaban viviendo las personas en esa época.
El libro al inicio lo dividimos en tres grandes partes por su contenido:
a. Dos introducciones que hablan del fracaso de Israel al conquistar la tierra,
b. Luego el periodo de los jueces, los cuales tuvieron que lidiar con las consecuencias de no haber arrojado a las naciones enemigas
c. Y finalmente, un epílogo con dos historias que nos muestran más de cerca la tragedia de haber abandonado a Dios.
Los capítulos que nos restan son la radiografía de un pueblo sin Dios, entregado a los Idolos y abandonado a su suerte.
hoy vamos a abordar la primera de estas dos historias, los capítulos 17 y 18 y el próximo domingo, si el Señor lo permite, culminaremos viendo la última historia y el cierre del libro.
Veremos nuestro texto entonces a La Luz de tres encabezados:
Un adoración desviada (17R1-6), Un sacerdocio desviado (17R7-13) y un pueblo desviado (cap. 18)