Hemos llegado a la última sección del libro de Jueces, el segundo epílogo y uno de los textos más tristes, crueles y crudos de toda la biblia. Es el cuadro de un pueblo que ha dejado la ley de Dios, que ha quedado sin ley, sin juez, y sin sacerdocio.
En esta historia hay todavía mas que el autor quiere mostrarnos sobre la lamentable condición de Israel y el cuadro no es para nada alentador.
Pero en medio de toda esa desesperanza podemos mirar al futuro y el plan redentor de Dios no fracasará.
Lo que hemos visto a lo largo de este libro, más allá de las hazañas de libertadores y sus proezas, es a un Dios que ha estado obrando soberanamente en Su pueblo; pero sobre todo, la historia de este libro es un cuadro de lo desastroso puede llegar a ser vivir lejos de la voluntad de Dios, no solo para las personas, sino para el pueblo de Dios.
Vamos a abordar esta última parte del libro de los jueces, a la luz de nuestros acostumbrados 3 encabezados: Los pecados de un pueblo sin Dios y sin ley (cap 19), El juicio contra un pueblo sin ley (Cap 20) y la desesperanza de un pueblo sin Dios y si Ley (Cap 21)
