La gratitud de un salvo (Lucas 17:11-19)

imagen de las manos de un leproso en señal de gratitud a otras manos, junto a la cita bíblica de Lucas 17:11-19

Manuscrito

Texto bíblico: Lucas 17:11-19

Entre tantas historias que se pueden contar ocurridas durante la Segunda Guerra Mundial, está la de un soldado estadounidense llamado Bob Levine, este fue alcanzado por un fusil en una batalla en Normandía, al quedar gravemente herido fue capturado como prisionero por las tropas alemanas.

Gravemente herido y capturado por los alemanes, sin embargo, había algo que empeoraba la situación de Bob, y es que él era judío, esto ponía en doble peligro su vida.

Bob fue llevado para ser atendido por un médico alemán, y esperaba lo peor, el médico alemán en vez de despreciarlo y abandonarlo, hizo lo que nadie esperaba: opero a Bob, amputándole la pierna para evitar una gangrena, salvando así su vida, además de hacer esto el medico oculto las placas de identificación que podían revelar su origen judío Y de esta forma no solo salvo su vida una vez, sino dos veces.

Bob sobrevivió y regreso a casa después de la guerra, rehízo su vida, tuvo una familia, y nunca olvido a aquel hombre que había salvado su vida dos veces.

Años después, estando ya muy anciano, Bob decidió buscar a aquel médico para agradecerle personalmente, viajo a Francia, busco registros y aunque logro encontrar que el médico ya había muerto, busco a su familia, los visito y con lágrimas en los ojos les dijo:

“Su padre me salvó dos veces: primero físicamente y luego oculto mi identidad, nunca he dejado de pensar en él. Hoy estoy aquí para honrarlo y agradecerle”.

Hermanos, la iglesia de Cristo está formada por hombres y mujeres que estaban separados del Padre por haber ofendido su Santidad, y habiendo estado contaminados con la terrible enfermedad del pecado, ahora han sido acercados a Él por medio de la obra perfecta de Cristo.

Cada domingo, día del Señor, esto es lo que venimos a recordar, lo que celebramos, pero sobre todo por lo que debemos vivir agradecidos.

¿Pero cuantos de nosotros vivimos consientes en nuestra vida de esta verdad?,

¿Cuántos honramos a Dios viviendo para Él, motivados por la gratitud de haber sido salvados por su gracia?

Venimos los domingos a la iglesia, leemos la Biblia todos los días, oramos, servimos a los hermanos con nuestros dones, traemos ofrendas generosas, y aunque todo esto es clara evidencia de corazones que ha sido transformados por el evangelio, hay algo que ratifica la verdadera entrega de nuestras vidas al Señor y para ello debemos responder a lo siguiente:

¿Hasta dónde estamos dispuestos a sacrificarnos para ir una milla más?, ¿cuántas veces estamos dispuestos perdonar a quienes nos ofenden una y otra vez?, ¿servimos con la misma aptitud abnegada y de entrega de nuestro Señor?, ¿que hace que nuestra obediencia deje de ser superficial y esté dispuesta a ir más allá de lo que se no ha pedido?

El pasaje que estudiaremos nos da la respuesta a estas preguntas, el Señor Jesús había determinado firmemente ir a Jerusalén (Lc. 9:51) y durante el viaje habló a sus discípulos sobre el peligro de ser piedra de tropiezo a otros, la importancia de reprender a quienes pecan y perdonar una y otra vez a quienes nos ofenden, ante estas advertencias y peticiones tan difíciles los discípulos le dicen al Señor “auméntanos la fe”. El Señor responde diciéndoles que “teniendo una  fe tan  pequeña como un grano de mostaza todo les sería posible”, de inmediato les refirió  una parábola sobre un siervo inútil que hace solo lo que se le ordenó, sobre este panorama de lecciones sobre fe y obediencia, Lucas autor del evangelio, y quien con cuidado decidió contar todas la cosas ordenadamente, Continúa e0.l viaje de Jesús a Jerusalén y en el camino 10 leprosos le ruegan a Jesús que los sane, a lo que Él responde enviándolos a presentarse a los sacerdotes, estos obedecen, y al ver que han sido sanados, 9 de ellos sigue su camino a obedecer lo que la Ley exige, y solo uno es capaz de reconocer que su sanidad vino directamente de Dios y decide ir más allá en su obediencia, motivado por su fe, el hombre regresa y agradece a Jesús y glorifica a Dios por su milagro.

¿Que hizo que este Samaritano se diferenciara de los otros 9?, y la respuesta la da el Señor en el pasaje,

16Cayó sobre su rostro a los pies de Jesús, y le dio gracias …

18 ¿No hubo ninguno que regresara a dar gloria a Dios, excepto este extranjero?».

19 entonces le dijo: «Levántate y vete; tu fe te ha sanado».

La versión RV1960 dice:

19 Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado

Su Gratitud al Señor Jesús y la adoración a Dios como autor de su milagro marcaron la diferencia en la fe de quien menos se le esperaba, de un Samaritano.

Sobre todo, este contexto podemos decir que la verdad en el pasaje o el argumento del sermón es este:

La verdadera fe agradece y adora a Dios por la obra salvadora de Cristo

Hay unas verdades visibles y claras en nuestro pasaje, que están incluidas en el argumento y que las vamos a desarrollar en los siguientes 3 encabezados:

  • El encuentro y la súplica vv. 11-14
  • Gratitud e Ingratitud inesperadas vv. 15-18
  • Más que sanados, hemos sido Salvados vv. 19

1. El encuentro y la súplica Vr 11-14

11Aconteció que mientras Jesús iba camino a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea, 12y al entrar en cierta aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia, 13y gritaron: «¡Jesús, Maestro! ¡Ten misericordia de nosotros!».

14Cuando Él los vio, les dijo: «Vayan y muéstrense a los sacerdotes». Y sucedió que mientras iban, quedaron limpios.

El mensaje de salvación es el mismo en los 4 evangelios, Lucas lo expresa así:

Lucas 19:10 porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido».

Jesús es el salvador para todos los pueblos, en especial para los marginados y los pecadores menos favorecidos.

Su viaje a Jerusalén es fundamental es este propósito, así como cada lugar y personaje que puedan hallarse en este camino.

Que podemos decir de los diez leprosos Levítico 13 – 14

Levítico 13:45-46   » 45 En cuanto al leproso que tenga la infección, sus vestidos estarán rasgados, el cabello de su cabeza estará descubierto, se cubrirá el bozo y gritará: “¡Inmundo, inmundo!”. 46Permanecerá inmundo todos los días que tenga la infección; es inmundo. Vivirá solo; su morada estará fuera del campamento.

Era un sacerdote quien determinaba si una persona tenía lepra o no, al definirlo, el leproso debía vivir apartado de la sociedad y vestir de manera particular, tapar su rostro y gritar ¡inmundo!, inmundo!

Un leproso no solo debía lidiar con el dolor y la pena de la enfermedad, sino que debía vivir siendo despreciado y apartado por su condición, la impureza de un leproso solo se podría comparar con la de un cadáver, era prácticamente un muerto en vida

… se pararon a distancia, 13 y gritaron: «¡Jesús, Maestro! ¡Ten misericordia de nosotros!».

Por las razones que ya vimos los 10 leprosos gritan de lejos a Jesús, “…Ten misericordia de nosotros”

Este era el grito de agonía de quienes habían sido apartados de su familia, trabajo, amigos incluso de la adoración el templo, estaban fuera de la ciudad o de la aldea, en miseria y sin esperanza, en su condición no podían creer lo que estaban viendo, Jesús el maestro pasaba cerca de donde ellos estaban, ellos no podían desaprovechar esta oportunidad.

Vr 14 Cuando Él los vio, les dijo: «Vayan y muéstrense a los sacerdotes». Y sucedió que mientras iban, quedaron limpios.

Aquí mismos en el evangelio de Lucas narra que Jesús ya había tenido un encuentro con un hombre que tenía lepra

Lucas 5: 12-13 – 12 Estando Jesús en una de las ciudades, había allí un hombre lleno de lepra, y cuando vio a Jesús, cayó sobre su rostro y le rogó: «Señor, si quieres, puedes limpiarme». 13Extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: «Quiero; sé limpio». Y al instante la lepra lo dejó.

En esta ocasión vemos que Jesús toca al enfermo y este es sanado, en el caso de los 10 leprosos nos damos cuenta que “los vio”, a lo mejor de lejos, pero una mirada de Jesús no es una mirada simple, al igual que el Señor miro a Ana y Elizabet en su desgracia porque eran estéril, así mismo Su mirada estaba llena de compasión y misericordia para los diez leprosos que sufrían y suplicaban por ayuda,

Dios no ignora el sufrimiento de los suyos, Él está presente y dispuesto a obrar en favor de quienes claman por Su ayuda.

Quizás creas que Dios ignora tu sufrimiento, pero si estás dispuesto seguir creyendo y esperar, Él ha prometido que te ayudara.

Salmo 34:15-19 – 15 Los ojos del Señor están sobre los justos, Y Sus oídos atentos a su clamor. ————-.17Claman los justos, y el Señor los oye Y los libras de todas sus angustias.18 Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón, Y salva a los abatidos de espíritu.19¶Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas lo libra el Señor.

El Señor no hizo más nada solo les dice “vayan”, no hubo un toque curativo, no hubo una oración, ni mucho menos indicaciones o tratamientos que pudieran curarlos.

Y es curioso por que conozco personas que dicen confiar de Dios, pero creen que Dios necesita una ayudita para obrar un milagro en sus vidas, y para esto tienen que acudir a amuletos, imágenes, rezos y muchas otras cosas que lo que hace con es ofender a Dios.

El mandato de Jesús determina que ellos serian curados si obedecían, los diez escuchan y obedecen su voz, y esto es muy importante para determinar si de verdad nuestra confianza esta puesta en el Señor y no cosas que nosotros podríamos hacer en nuestras fuerzas.

En ocasiones Dios solo espera que obedezcamos y el milagro ocurrirá en el camino.

Naamán   2 Reyes 5: 13Pero sus siervos se le acercaron y le dijeron: «Padre mío, si

el profeta le hubiera dicho que hiciera alguna gran cosa, ¿no la hubiera hecho?

¡Cuánto más cuando le dice a usted: “¡Lávese, y quedará limpio”!».

Jesús los envía a los sacerdotes quienes eran los autorizados por la ley para examinar al leproso y determinar que habían quedado limpios de la enfermedad, el sacerdote no podía curar, solo diagnosticaba.

Levítico 13 – 14 especifica detalles para ayudar al sacerdote a buscar la presencia o ausencia de las señales físicas particulares: cambio en el color de la piel, color del pelo, infiltración, extensión o ulceración de la piel.                                                                                                                                           Una vez que el sacerdote inspeccionaba la piel y daba fe de que esa persona estaba limpia de la enfermedad, el que había sido sano tenía que ir al templo a ofrecer las ofrendas prescritas por el pecado, después de esto podían ser reintegrados a la sociedad.

El milagro ocurre mientras los diez leprosos se dirigen a ser inspeccionado por el sacerdote, le fe en la palabra de Jesús obro en un milagro para los 10 leprosos, tal como sucedió con el siervo del centurión (Lucas 7:1-10) y el hijo del funcionario del rey (Juan 4:49-51)

Como hemos dicho el Salmo 34:17 Claman los justos, y el Señor los oye. Y los libras de todas sus angustias. sin embargo, El Señor mismo dijo

Lucas 18:7-8 7 ¿Y no hará Dios justicia a Sus escogidos, que claman a Él día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles? 8 Les digo que pronto les hará justicia. No obstante, cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?».

Hasta este punto podemos ver muchas ciertas similitudes entre los 10 leprosos

  • Todos estaban afectados con la misma enfermedad.
  • Todos estaban decididos a hacer algo por su situación.
  • Todos habían oído acerca de Jesús, y creían que él podría sanarles, que por lo menos tendría piedad de ellos.
  • Todos acuden a Jesús reconociéndole como Maestro
  • Todos, en obediencia al mandamiento de Cristo, emprenden su camino hacia los sacerdotes.
  • Todos son sanados.

Y hasta este punto terminan las similitudes entre estos, así pasamos a nuestro segundo encabezado.

2. La gratitud e Ingratitud inesperadas

15 entonces uno de ellos, al ver que había sido sanado, se volvió glorificando a Dios en alta voz. 16 cayó sobre su rostro a los pies de Jesús, y le dio gracias; y este era samaritano. 17Jesús le preguntó: «¿No fueron diez los que quedaron limpios? Y los otros nueve, ¿dónde están? 18 ¿No hubo ninguno que regresara a dar gloria a Dios, excepto este extranjero?»

Los diez fueron sanados mientras corrían a presentarse a los sacerdotes, uno de ellos en particular tiene una reacción diferente y es como si los ojos de la verdadera fe se hubiesen abierto para reconocer que el poder y la misericordia de Dios había obrado por medio de Jesús para curarlo.

Este decide regresar, y la emoción de recibir la buena noticia del sacerdote de poder regresar a su vida normal, es reemplazada por un deseo inmenso de agradecer al autor de su milagro y de alabar a Dios por su misericordia.

En este punto para él no fue necesario ir donde el sacerdote para saber si había sido sanado o no, (podía ir después) corre a Jesús y con su rostro en tierra le dio las gracias.

En este instante lo más importante para este hombre era mostrar agradecimiento, y esta aptitud es crucial para entender que Él había visto algo en Jesús que los otros 10 no vieron

Ninguno de los 10 leprosos tenía méritos para que Dios les mostrara misericordia, solo la gracia y amor incondicional de Dios hicieron posible este milagro.

Hermanos, Dios responde al clamor de los suyos, pero en la emoción de recibir Su favor no debemos olvidar ser agradecidos.

Hay algo que Lucas menciona con marcado énfasis sobre le leproso que regreso a agradecer a Jesús, …es Samaritano.

Sólo el samaritano ha demostrado la respuesta adecuada cuando Dios obra un milagro.

Los enemigos acérrimos de los judíos, pero vemos aquí a un judío obrando a favor de un samaritano y a un samaritano agradeciendo a un judío.

El evangelio hace posible lo imposible… dicho de otra manera, No hay nada que el evangelio no pueda solucionar.

Los diez leprosos seguramente era un grupo formado por judíos y samaritanos, debido al lugar geográfico en el que suceden los hechos y por otro lado la desgracia de estos diez había hecho que se olvidaran de sus diferencias al ponerse de acuerdo para acudir a Jesús y como vimos hace un momento tenían muchas cosas en común.

Y con esto en mente y la de otros pasajes afirmamos que el mensaje de Lucas en su evangelio es:

Lucas 5:32 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento».

Y este llamado es para todos los que busquen ayuda y refugio en Él sin importar su origen étnico, posición social o económica (Samaritano, publicanos y los peores pecadores)

La verdadera fe no pertenece a un grupo elite de personas, sino a todo el que ve en Jesús el poder para sanar y salvar.

Vr 17 Jesús le preguntó: «¿No fueron diez los que quedaron limpios? Y los

otros nueve, ¿dónde están? 18 ¿No hubo ninguno que regresara a dar gloria a Dios, excepto este extranjero?».

Tres preguntas de Jesús en estos dos versículos exponen la idea. Las preguntas enfatizan que: los diez quedaron curados, pero sólo uno, justamente un samaritano, sintió la necesidad de regresar para dar gracias a Jesús y glorificar a Dios.

Estas preguntas de Jesús revelan cierto asombro al ver que solo uno regreso a dar gracias.

Y es que hay dos asuntos inesperados aquí o que sorprenden, pero que llevan si un mensaje muy claro, 9 leprosos judíos son sanados y solo uno, el samaritano regresa a

Y es que a lo largo de la historia bíblica vemos como el pueblo judío es bendecido mas que cualquier otra nación, pero también hemos visto como ha despreciado y dado la espalda a Dios.

Una da las aptitudes que cualquiera de nosotros rechaza, es la de no ser agradecidos o la ingratitud, todos nos hemos sentido decepcionados cuando hemos tendido la mano para ayudar a alguien y esto en vez de resultar en gratitud resulta más bien en desprecio y enemistad, esto nos causa tristeza y mucha decepción.

Imagine por un momento como pudo haberse sentido nuestro Señor al ver que solo uno había regresado a dar las gracias. 

Aun así, el hace salir el sol sobre buenos y malos,

Dios es bondadoso y sostiene su creación por gracia común, pero cuida especialmente de quienes confían en el salvador Jesucristo.

Después de estas preguntas que Jesús se hace al único que regreso dar gracias, quedamos como a la espera de un veredicto.

Así llegamos a nuestro tercer y último punto.

3. Más que sanados, hemos sido Salvados

vv. 19 Entonces le dijo: «Levántate y vete; tu fe te ha sanado (NBLA)

vv. 19 Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado. (RV1960)

Usamos el significado de la versión RV1960 ya que el uso del verbo “Salvado” demuestra que la curación física y la impureza ritual y no tienen nada que ver con la salvación.

El propósito de Jesús no es solo obrar milagros, sino ofrecer una relación salvadora con Dios a través de Él.

Quizás sin darnos cuenta, podríamos estar buscando a Dios solo porque necesitamos un milagro en nuestra vida

La iglesia está llena de quienes llegan atribulados y con problemas que requieren una intervención milagrosa (problemas familiares, económicos, de salud, etc), asisten a la iglesia y muestran fidelidad mientras ruegan a Dios por su milagro, pero a penas la situación cambia, son como los 9 leprosos, encuentran una excusa para no agradecer a quien ha obrado con bondad para ayudarlos cuando más lo necesitaban.

Y es aquí donde está la gran diferencia.

Schweizer comenta:

Podemos quedarnos sin salvación cuando queremos algo de Dios, pero no queremos a Dios en ese algo

Si había alguien de estos 10 leprosos que no calificaba para ser salvo, era el samaritano (además de leproso, samaritanos), pero su salvación se hizo evidente al mostrar fe y gratitud a su Salvador.

Su fe en realidad fue lo que verdaderamente marco la diferencia para que Jesús afirmara la salvación de este hombre.

Pero ¿qué fue lo que hizo que los otros 9 no regresaran? ¿A caso ellos no tenían fe cuando decidieron obedecer a Jesús al irse a presentar ante el sacerdote?

¿Qué clase de fe tenía el que decidió regresar antes de continuar hacia el sacerdote?

Para esto veamos un poco del contexto anterior de nuestro pasaje.

Las advertencias de Jesús a sus discípulos de no ser ocasión de tropiezo para otros y la orden de perdonar a una persona que ofende persistentemente pero que pide perdón, son las enseñanzas de Jesús a sus discípulos relacionadas con el desarrollo de su fe en el servicio del reino.

Sobre esto los discípulos le piden al Señor auméntanos la fe, en otras palabras

La fe genuina se caracteriza porque obedece más allá de sus capacidades y esta motivada por el agradecimiento al Salvador.

En la parábola de la fe y el servicio, notamos a un siervo que hace solo lo que se le ordeno, esto lo califica como un siervo inútil, a diferencia de aquellos siervos mencionados en la parábola de los talentos (Mateo 25:14-30) quienes habiendo sido diligentes son llamados a entrar al gozo de su Señor, pero el inútil es echado a las tinieblas de afuera.

La fe de los 9 que fueron sanados se quedó en solo lo que la ley les establecía que debían hacer, pero uno de estos, contra todos pronostico fue más allá, mostrando una fe que no estaba basada en la ley sino en el autor de esa ley y que era mayor que la ley y quien es le Rey del universo y merece toda nuestra gratitud y adoración.

Juan 1:17 Porque la ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad fueron hechas realidad por medio de Jesucristo. 

Tito 3:5 Él nos salvó, no por las obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a Su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo, 

Hermanos esta es la fe que demostró Rut cuando no tenia la necesidad de ir tras Nohemí

4Y ellas alzaron sus voces y lloraron otra vez; y Orfa besó a su suegra, pero Rut se quedó con ella.

15Entonces Noemí dijo: «Mira, tu cuñada ha regresado a su pueblo y a sus dioses; vuelve tras tu cuñada». 16Pero Rut le respondió: «No insistas en que te deje o que deje de seguirte; porque adonde tú vayas, yo iré, y donde tú mores, moraré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. 17Donde tú mueras, allí moriré, y allí seré sepultada. Así haga el Señor conmigo, y aún peor, si algo, excepto la muerte, nos separa».

También la mujer que quebró el frasco de alabastro, ella vio en Jesús amor y misericordia y no escatimo en su adoración y entrega, aunque por esto la criticaran.

Lucas 7:47-50 – 47 Por lo cual te digo que sus pecados, que son muchos, han sido perdonados, porque amó mucho; pero a quien poco se le perdona, poco ama». 48Entonces Jesús le dijo a la mujer: «Tus pecados han sido perdonados».

49Los que estaban sentados a la mesa con Él comenzaron a decir entre sí: «¿Quién es Este que hasta perdona pecados?». 50Pero Jesús dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz».

Oh hermanos que el Señor abra nuestros los ojos y nos permita ver a Cristo como el autor de nuestra salvación y esto no lleve a caer postrados delante Él agradecidos y a estar dispuestos a ir una milla mas por aquel que nos amó antes que nosotros le amaramos a Él.

Aplicaciones

  1. Dios no ha ignorado el sufrimiento de los suyos, Él esta presenta y dispuesto a obrar en favor de quienes claman por su ayuda, si estás dispuesto seguir creyendo y esperar, Él a prometido salir en tu ayuda.
  2. Obedece aun cuando creas que no tiene sentido, Dios ha prometido obrar en quienes confían en Sus promesas
  3. Nunca, Nunca olvides agradecer la obra de Cristo a tu favor, el Nos ha reconciliado con le padre y no libro del infierno.
  4. Y mi amigo que estas aquí, quizás haz venido aquí hoy buscado que Dios obre un milagro o tienes tiempo buscando que Dios obre un milagro en tu vida, y quiero decirte que el Mayor milagro que Dios quiera obrar es que tus ojos espirituales sean abiertos y veas a Jesús como el autor de tu Salvación, haz como ese leproso Clama a él por misericordia.

¡Oremos ¡

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