Un análisis del pentecostalismo unicitario (primera parte)

No es el anti-trinitarismo de antaño

Es un hecho alarmante el que la forma más  potente de anti-trinitarismo actualmente circulante se encuentra en la esfera del movimiento evangélico conservador. En el siglo XIX, la variedad dominante de anti-trinitarismo era el unitarismo del Viejo Mundo, el cual encontró suelo fértil en América[i].

Para los cristianos evangélicos de carácter conservador, el unitarismo como movimiento teológico fue tan fácil de ignorar como cualquier versión de la teología liberal. Este ofrecía una generalizada interpretación no sobrenatural del cristianismo, y de este modo se volvió irrelevante para las iglesias que estaban comprometidas con un rango de doctrinas tradicionales, tales como la Encarnación, la Expiación, los Milagros, la Revelación, la Inspiración de la Escritura así como el Cielo y el Infierno.

Hoy, sin embargo, se está adelantando un tipo de enseñanza anti-trinitaria completamente diferente, la cual no guarda relación con el antiguo unitarismo liberal, y requiere una respuesta completamente diferente tanto del unitarismo como  del movimiento más obviamente no cristiano de los Testigos de Jehová. En este breve análisis, me gustaría describir el movimiento conocido como el pentecostalismo unicitario, identificar su núcleo teológico y explicar qué está de por medio en las discusiones sobre la doctrina unicitaria. No citaré autores unicitarios extensamente ni interactuaré directamente con sus argumentos. Antes bien, hablando como un evangélico trinitario a otros evangélicos trinitarios, me gustaría recomendar la orientación estratégica que deberían seguir los grupos evangélicos con relación a los grupos unicitarios.

Marcas distintivas de las iglesias pentecostales unicitarias

Pentecostalismo unicitario” es un apelativo descriptivo para el movimiento religioso anti-trinitario que se desarrolló en el transcurso del siglo XX en los márgenes del movimiento evangélico. Como movimiento, ha existido en varias formas y organizaciones denominacionales, y su más amplia manifestación actual es la Iglesia Pentecostal Unida Internacional. En la mayoría de sus formas principales se ha distinguido por:

  • Un compromiso con el bautismo en el nombre de Jesús en vez de en el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo (incluyendo el rebautismo para aquellos bautizados de forma incorrecta la primera vez);
  • Un rechazo acompañante hacia la doctrina trinitaria tradicional sostenida por las iglesias cristianas históricas;
  • Un rechazo consecuente de la preexistencia del Hijo de Dios.

Algunas veces (pero no siempre) estas iglesias también se caracterizan por:

  • Un legalismo que se manifiesta en hacer que la salvación dependa del bautismo en agua con la fórmula sólo “en el nombre de Jesús”, un bautismo en el Espíritu Santo con señales acompañantes de hablar en lenguas y mantener estándares específicos de conducta.
  • Dividir a Cristo Jesús en una persona humana y una persona divina separada, de manera que el uno puede orar al otro como “el Padre” (Esta es una forma de la herejía nestoriana).

A causa de la diversidad entre las congregaciones autónomas dentro del movimiento  es importante separar estos últimos elementos (el legalismo y el nestorianismo) del análisis central de su teología característica. Algunos maestros y grupos estarán definitivamente marcados por el legalismo y el nestorianismo, los cuales son errores doctrinales mayores que los distinguen de los cristianos normales. Sin embargo, otras iglesias unicitarias han eliminado  estos rasgos y permanecen teológicamente reprobables con base en lista anterior solamente.

¿Quiénes son los pentecostales unicitarios?

Varios ministerios cristianos han publicado análisis útiles de la teología unicitaria.[ii] Gregory A. Boyd, quien aceptó a Cristo a la edad de 16 años en una iglesia unicitaria pero más tarde adoptó la teología cristiana ortodoxa, es el único que ha tratado extensamente en un libro la teología unicitaria en un texto que está ampliamente disponible (Gregory A. Boyd, Oneness Pentecostals and the Trinity [Pentecostales unicitarios y la Trinidad]  [Grand Rapids: Baker, 1992])[1]. Me he beneficiado de la investigación previamente publicada sobre el pentecostalismo unicitario, pero me parece que mucha de la investigación está varios años detrás del estado actual de este movimiento de rápido desarrollo.

La  denominación unicitaria más grande, la Iglesia Pentecostal Unida Internacional, afirma tener más de 4000 iglesias en Norteamérica y “una circunscripción mundial total de más de 4 036 945” [iii] Esta denominación ha instalado una facultad teológica en su Escuela Universitaria de Teología Urshan en St. Louis (Urshan Graduate School of Theology) y está intentando proveer una vanguardia intelectual ascendente para el movimiento más amplio.[iv] Probablemente su trabajo dejará las críticas anteriores desactualizadas, a menos que se mantenga el enfoque en los asuntos doctrinales centrales.

Los grupos pentecostales unicitarios pronto podrán tomar medidas para alejarse de algunos de sus peores abusos (el legalismo y el nestorianismo), y aún continuarán siendo pentecostales unicitarios en vez de cristianos trinitarios. Por esta razón, es crucial que los elementos definitivos centrales del movimiento, aquellas convicciones sin las cuales la enseñanza unicitaria no sería la misma, sean el foco de nuestra atención.

La negación ultraconservadora de la Trinidad

Hay dos formas de negar la doctrina de la Trinidad. Una de ellas es rechazar la divinidad de Cristo, al colocarlo en la categoría de ser creado. Este es el error del subordinacionismo. Los subordinacionistas vienen en muchas variedades, desde aquellos que dicen que Cristo es simplemente un ser humano (los ebionitas, los socinianos, la teología moderna liberal) hasta aquellos que dicen que Cristo es la criatura suprema, la primera cosa creada por Dios, mucho más superior que la creación humana o incluso angelical (los arrianos, los Testigos de Jehová). Podemos llamar a este tipo de anti-trinitarismo la negación liberal de la Trinidad, pues el rechazo de la divinidad de Cristo es típico de la teología moderna liberal y requiere que sus partidarios se deshagan de un elemento importante de la fe cristiana.

Pero hay otra forma de negar la ortodoxia trinitaria, y es considerar a Jesús tan absoluta y exhaustivamente divino que Él es todo lo que hay de Dios. En este caso, la divinidad de Jesucristo es reconocida, pero su relación con el Padre y su dependencia del Espíritu no se reconocen como nada más que su relación con su propia divinidad. Tan confiados están estos maestros de que Jesús es Dios, que empiezan a pensar acerca de Él como el único Dios unipersonal que ha asumido forma humana. Esta postura inmediatamente plantea la pregunta de a quién está hablando Jesucristo el Hijo de Dios cuando ora a su Padre. En vista de que Jesús es todo lo que hay de Dios, de algún modo Él debe estar hablando consigo mismo en oración, y debe ser Él mismo en algún otro modo de ser.  Al igual que el subordinacionismo, esta herejía viene en muchas variedades, pero el término que abarca todas sus variedades es el modalismo.

El pentecostalismo unicitario, como una forma de modalismo, es una negación ultraconservadora de la Trinidad. Los evangélicos instantáneamente reconocen el error liberal, el subordinacionismo, como herético, y lo consideran una idea sub-cristiana de Dios, la cual no puede ser suficiente para la salvación. Diríamos que ya que los subordinacionistas (los arrianos, los socinianos o los Testigos de Jehová, por ejemplo) no adoran al Dios correcto, no son salvos. Pero encontramos aún más difícil decir esto acerca de los modalistas, especialmente aquellos como los pentecostales unicitarios quienes oran, cantan y se comportan de forma tan parecida a los evangélicos. Una razón para nuestra dificultad puede ser que estemos tan comprometidos con la deidad de Cristo (¡con toda razón!) que mientras podemos ver fácilmente cómo esta doctrina puede ser subestimada, es difícil para nosotros imaginar cómo sería posible enfatizarla demasiado. No obstante sobreestimar o malentender la deidad de Cristo es exactamente lo que los pentecostales unicitarios han hecho.

¿En cuántas formas está errado?

Otra razón para nuestra dificultad viene de pensar erróneamente en el unitarismo como una desviación de la doctrina cristiana que tiende a la misma dirección que el subordinacionismo, pero simplemente no llega tan lejos. Si los cristianos creemos en Jesucristo como (1) el completamente divino Hijo de Dios quien (2) eternamente existió con el Padre antes de revestirse de naturaleza humana en la encarnación, entonces la teología unicitaria sólo niega su existencia eterna (2), mientras que el subordinacionismo niega ambas,  su preexistencia (2) y su completa divinidad (1).

unicidadHay una pizca de verdad en esta forma de pensar acerca de las dos herejías, y en algunas formas los subordinacionistas (los Testigos de Jehová o los teólogos liberales) de hecho están dos veces peor que los modalistas (los pentecostales unicitarios).

Sin embargo, ya que las verdades negadas son verdades tan  diferentes (la divinidad y la preexistencia eterna), no es finalmente acertado clasificarlas de esta manera. Calvino se quejaba de los herejes diciendo “los cuales, no atreviéndose claramente a quitarle su divinidad, le despojan en secreto de su eternidad”[v]. Recomiendo ver la doctrina cristiana de la Trinidad como la forma correcta de entender la persona de Jesucristo, con el subordinacionismo como el error liberal y el modalismo como el error ultraconservador. Ambos son igualmente malos, pero yerran en lados opuestos de cada uno.

Sin embargo, ya es el momento de complementar este análisis de la posición sostenida por la enseñanza unicitaria con algo de reflexión sobre el contenido de la enseñanza en sí misma…


[1] Nota del traductor: para la fecha en que fue escrito este artículo (2005) era cierta la afirmación del autor de que sólo el trabajo del señor Boyd era el único disponible sobre teología unicitaria, mas para la fecha en que tradujimos y reprodujimos este artículo existen ya otros libros que tratan ampliamente el tema.

[i] Véase por ejemplo: Robert M. Bowman Jr, “Oneness Pentecostalism and the Trinity: A Biblical Critique” [Pentecostalismo unicitario y la Trinidad: una crítica bíblica], más adelante [otoño 1985]; y numerosos artículos en la Christian Research Journal [Revista de Investigación Cristiana]

[ii] Véase por ejemplo: Robert M. Bowman Jr, “Oneness Pentecostalism and the Trinity: A Biblical Critique” [Pentecostalismo unicitario y la Trinidad: una crítica bíblica], más adelante [otoño 1985]; y numerosos artículos en la Christian Research Journal [Revista de Investigación Cristiana]

[iii] Tomado de la página web denominacional, http://www.upci.org, recuperado en 2005.

[iv] Además del  material de enseñanza disponible en su sitio web [http://www.ugst.org/] vea los recursos en el sitio web afiliado http://www.apostolic.net/biblicalstudies.

[v] Institución, I:13, sección 8. Note sin embargo que sus oponentes enseñan una palabra sobre el comienzo de su existencia en la creación; así que esta cita no es de un contexto en el cual él se dirigía a modalistas del tipo unicitario


Fred Sanders es teólogo sistemático con un énfasis en la doctrina de la Trinidad y profesor de Biola University. Él y su esposa Susan tienen dos hijos, Freddy y Phoebe, y son miembros de Grace Evangelical Free Church de La Mirada, California. Fred escribió este artículo en 2005 y luego se publicó en la revista Countercult Apologetics Journal en 2006. Se hizo la traducción con base en la versión publicada en Scriptorium Daily el 3 de mayo de 2014 en http://scriptoriumdaily.com/oneness-pentecostalism-an-analysis/ Ha sido traducido con el permiso del autor.

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