Devocional para el 13 de abril

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Versículo base: «Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.» (Proverbios 31:10, NBLA)

El tesoro escondido de la virtud

Las redes sociales nos bombardean con imágenes de belleza idealizada y éxito superficial. Celebridades y líderes de opinión definen constantemente qué hace valiosa a una mujer. Pero estos criterios cambian con cada temporada y tendencia. En medio de este ruido, las palabras sobre la mujer virtuosa resuenan como un contrapunto atemporal, estableciendo un estándar que trasciende modas y culturas.

Entendiendo el pasaje

Proverbios 31:10-31 constituye un poema acróstico donde cada versículo comienza con una letra consecutiva del alfabeto hebreo, sugiriendo una descripción completa “de la A a la Z”. Este pasaje final del libro no fue escrito por Salomón, sino que representa “las palabras del rey Lemuel, la profecía con que le instruyó su madre” (v.1). Es significativo que esta sabiduría proviene de una mujer enseñando a su hijo sobre qué cualidades buscar en una esposa.

La pregunta retórica “¿quién la hallará?” no implica que tal mujer no exista, sino que subraya su excepcional valor. La palabra hebrea traducida como “virtuosa” (חַיִל, jayil) se usa en otros contextos para describir a guerreros valientes o personas de gran capacidad y carácter. No se limita a la modestia o castidad (como a veces se interpreta), sino que abarca fuerza, excelencia, capacidad y carácter integral. Esta mujer no es valorada primariamente por su apariencia o posición social, sino por su carácter, sabiduría y habilidades prácticas.

Tres verdades bíblicas

  1. El valor verdadero es interno y duradero La belleza física se marchita. La riqueza puede evaporarse. La fama es transitoria. Pero el carácter perdura. Lo que hace extraordinariamente valiosa a la mujer descrita en este pasaje no es algo externo o temporal, sino cualidades internas que permanecen: su integridad, sabiduría, diligencia y compasión. Cuando evalúas tu propio valor o el de los demás, pregúntate: ¿Estoy priorizando lo que permanece o lo que perece? Recordemos que “engañosa es la gracia y vana la belleza, pero la mujer que teme al Señor, ésa será alabada” (v.30).
  2. La excelencia se manifiesta en acción, no en apariencia La mujer virtuosa no es elogiada por su belleza o por sus posesiones, sino por lo que hace. Es emprendedora, generosa, sabia y trabajadora. Su fe se traduce en obras concretas que benefician a su familia y comunidad. La verdadera virtud no es pasiva ni meramente contemplativa; se expresa en decisiones, actitudes y comportamientos que tienen impacto tangible. Esto aplica tanto a hombres como a mujeres: nuestra fe debe manifestarse en acciones que reflejen el carácter de Cristo, transformando nuestros hogares, trabajos y comunidades.
  3. La familia debería celebrar la virtud, no solo beneficiarse de ella El poema concluye con una visión de la familia reconociendo y celebrando las virtudes de esta mujer. Sus hijos “se levantan y la llaman bienaventurada; también su marido, y la alaba” (v.28). No dan por sentado su valor ni sus contribuciones. Esta gratitud y aprecio explícitos son fundamentales para relaciones familiares saludables. Cristo mismo nos mostró la importancia de expresar agradecimiento, como cuando alabó públicamente la fe de la mujer sirofenicia o la generosidad de la viuda con sus dos moneditas. ¿Has expresado recientemente aprecio específico por las virtudes de quienes Dios ha puesto en tu vida?

Reflexión y oración

Las cualidades descritas en este poema no son exclusivas de las mujeres casadas ni representan un rol restrictivo. Son atributos de carácter que todos los creyentes, hombres y mujeres, deberían cultivar. La verdadera belleza no reside en conformarnos a las expectativas culturales cambiantes, sino en reflejar cada vez más el carácter de Cristo en todas nuestras relaciones y responsabilidades.

Padre celestial, gracias por las personas virtuosas que has puesto en nuestras vidas. Te pido que nos ayudes a valorar lo que realmente importa: el carácter, la integridad y la sabiduría. Permítenos ver a los demás como Tú los ves, celebrando las cualidades internas que reflejan Tu imagen. Ayúdanos a cultivar estas mismas virtudes en nuestras propias vidas, reconociendo que toda excelencia proviene de Ti. Que nuestras palabras y acciones de hoy reflejen Tu carácter y traigan honor a Tu nombre. Amén.

*Lecturas del plan para hoy:

Levítico 17, Salmos 20-21, Proverbios 31, 1 Timoteo 2

*Este devocional está basado en el plan de lecturas de Robert Murray M'Cheyne

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Jacobis Aldana, pastor Iglesia Bíblica Soberana Gracia

Sobre el autor de este devocional diario

Este devocional es escrito y narrado por el pastor Jacobis Aldana. Es licenciado en Artes Teológicas del Miami International Seminary (Mints) y cursa una Maestría en Divinidades en Midwestern Baptist Theological Seminary; ha servido en el ministerio pastoral desde 2011, está casado con Keila Lara y es padre de Santiago y Jacobo.