En 1894 Sigmund Freud dio el nombre de psicoanálisis a la práctica terapéutica derivada
de la catarsis en el que por medio de lo que él él también llamó ‘asociación libre’, las
personas pueden sanar sus problemas emocionales si se hacen una especie de regresión a
los momentos conscientes e inconscientes de su vida y sus recuerdos, incluyendo hasta su
niñez. A finales del siglo 20 estas filosofías inundaron el cristianismo tanto que algunas
denominaciones y noviembres carismáticos buscaban la sanidad de los creyentes por
medio de “encuentros” en los que mirando al pasado, incluso desde el momento antes del
nacimiento, se podían sanar las emociones por medio de la acción mística de la sangre de
Cristo. Lo cierto es que si bien nuestro pasado hace parte de nuestra vida y el Señor puede
traer libertad, no hay nada místico en eso. Es la obra de regeneración por medio del
Evangelio que viene por arrepentirse y creer, pero me temo que aún seguimos luchando con
este tipo de pensamientos y filosofías.
Hoy estamos llenos de esta visión secularista de la vida y especialmente del sufrimiento; las
personas se ven como víctimas de su entorno, de su pasado o de las circunstancias
mismas, algo que se aleja del evangelio el cual en realidad nos ve como culpables,
pecadores necesitados de la gracia de Dios y a Dios como el Soberano que gobierna con
justicia todas las cosas.
sin embargo, quiero que veamos hoy a la luz de la conocidísima historia de José y
especialmente el pasaje del reencuentro con sus hermanos, una forma Bíblica de ver el
sufrimiento, incluso el sufrimiento pasado, desde la perspectiva de Dios y como sus
convicciones afirmadas en la soberanía de de Dios lo llevaron a tener esperanza de que el
Señor llevaría a cabo su plan de manera perfecta.
Esta es una pregunta con la que nosotros debemos lidiar especialmente en días como estos
donde vemos tanta incertidumbre, violencia y toda clase de males cercanos a nosotros.
Como creyentes somos llamados a mirar incluso el dolor con los ojos de Dios , esto es,
desde la Palabra de Dios.
Así que veremos nuestro texto en los siguientes tres encabezados:
– José y una visión bíblica de la soberanía de Dios
– José y una visión bíblica del pasado
– José y una visión bíblica de su esperanza.