Requisitos de un pastor: autocontrol (1 Timoteo 3:3)

Estas son las notas del décimosegundo sermón de la serie de 1a Timoteo y que nos habla acerca de que los líderes en la iglesia deben exhibir autocontrol, pues si no pueden ejercer gobierno sobre sus deseos, ¿cómo gobernarán la iglesia del Señor? De hecho, una prueba de que alguien tiene capacidad para gobernar o dirigir a otros es que primero puede hacerlo consigo mismo.

Las Escrituras enseñan: «Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una pequeña locura, al que es estimado como sabio y honorable» (Eclesiastés 10:1). Esta sabiduría resalta que incluso los más grandes líderes pueden caer por pequeñas indiscreciones.

Liderar una iglesia es un desafío significativo, ya que implica guiar a otros y, principalmente, a uno mismo. En semanas anteriores, hemos discutido los rasgos morales, el equilibrio interno y las aptitudes necesarias en un líder. Hoy nos centraremos en el autocontrol, según lo indicado por Pablo en 1 Timoteo 3:3, abarcando el control de los apetitos, impulsos y finanzas.

Pablo destaca tres áreas clave para el autocontrol: los apetitos, los impulsos y las finanzas. En la Reina-Valera 1960, se enumeran dos tríadas: “No dado al vino, no contencioso y no codicioso de ganancias deshonestas” y “amable, apacible, no ávaro”. En otras traducciones, aparecen como “No dado a la bebida, no pendenciero, sino amable, no contencioso, no avaricioso”.

El líder debe ejercer gobierno sobre sus apetitos

Pablo advierte contra la adicción al vino (μὴ πάροινος, mē paroinos), exhortando a los líderes a no ser borrachos. Este consejo no se limita al consumo de alcohol, sino a cualquier comportamiento adictivo. Un líder debe ser conocido por su moderación y autocontrol, ya que el desmedido consumo de alcohol puede llevar a la pérdida del juicio y a la violencia (Proverbios 20:1, 23:29-35; Gálatas 5:21).

El autocontrol en los apetitos incluye evitar la glotonería. Un líder que no puede controlar sus deseos por la comida puede ser poco fiable en la administración de la iglesia. Los deseos desmedidos por la bebida y la comida pueden derivar en pecados de avaricia y lujuria, como señala Pablo en 1 Corintios 6:12-13. La falta de autocontrol en estos aspectos abre la puerta a otros pecados.

El líder debe ejercer gobierno sobre sus emociones

El término «no pendenciero» (μὴ πλήκτης, mē plēktēs) significa «no violento» o «no contendiente». Un líder no debe ser conocido por su ira o espíritu contencioso. Pablo instruye a Timoteo a ser amable y sufrido, capaz de enseñar y reprender con ternura (2 Timoteo 2:24-26). Un pastor debe ser un pacificador, modelando el carácter manso y apacible de Cristo. No debe ser obstinado, iracundo ni agresivo con sus palabras.

El líder debe ejercer dominio sobre sus finanzas

El amor al dinero es una tentación constante para los líderes. En la iglesia de Éfeso, algunos líderes habían convertido la fe en un negocio. Pablo es claro: el ministerio no debe ser una fuente de lucro. Un líder debe mantener una relación sana con el dinero, evitando la avaricia y la corrupción (1 Timoteo 6:6-10).

Un pastor no debe usar la iglesia como su empresa personal. Es vital que la iglesia apoye económicamente a sus pastores, pero sin fomentar el lujo o la extravagancia. El líder debe mostrar contentamiento en la escasez y moderación en la abundancia, practicando la generosidad y manejando bien sus finanzas personales.

Conclusión

El autocontrol en un líder es crucial para glorificar al Señor. Jesús es nuestro modelo perfecto de liderazgo: siempre moderado, guiado por la misión divina, manso y humilde. Que Dios nos conceda líderes con corazones como el de Cristo, quienes gobiernen sus deseos, emociones y finanzas con integridad y sabiduría.

Descargar sermón:

Comparte este sermón: