Vimos la semana pasada la manera tan inusual en la que Dios escogió a Gedeón como líder, de una familia débil, siendo él débil, pero enseñado y capacitado por Dios.
El capítulo 6 termina con un Gedeón siendo confirmado como quien es enviado por Dios. Un vellón lleno de agua y luego seco era la prueba de que quien que controla las lluvias y todo lo que hay es el -Dios de la biblia y no Baal.
Pareciera que ahora si estamos listos para ver la pelea entre el ejército liderado por Gedeón y los Madianitas, peor no, aún falta algo y es que ahora Dios tiene que trabajar en el ejército. Contrario a cualquier teoría sobre la guerra, Dios no va a pelear con muchos hombres, sino con pocos, sin embargo, es esa precisamente la meta, mostrar que la salvación no ha de venir por el ejército sino por Dios.
Vamos a ver nuestro texto a la luz de tres encabezados básicamente:
- Un ejército débil y reducido (1-8), (2) un enemigo fuerte y numeroso (9-15), (3) Una guerra inusual y victoria inesperada (16-25)